DORTMUND - REAL MADRID

El caos de la última final de Champions del Real Madrid que no se puede repetir: "La gente temió por su vida"

El Real Madrid y el Liverpool jugaron una final en 2022 en la que lo más impactante fue todo lo que sucedió en los aledaños del estadio.

Aficionados del Liverpool se cubren ante el gas pimienta en la final de 2022. /REUTERS
Aficionados del Liverpool se cubren ante el gas pimienta en la final de 2022. REUTERS
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

La final de la Champions de 2022 entre el Madrid y el Liverpool se demoró considerablemente por los disturbios en los alrededores del estadio de Saint-Denis. La UEFA lo justificó en los videomarcadores del estadio: "Por la llegada tardía de los aficionados, el partido se retrasa. Se dará más información en un máximo de 15 minutos". La frase puede parecer inocua, pero para los aficionados del Liverpool, que eran los que todavía no estaban dentro del recinto, fue una puñalada al corazón, un recuerdo del momento más duro de la historia de su club.

Lo explica Steph Jones, aficionada del club y miembro del grupo de fans 'Spirit of Shankly': "La UEFA nos empezó a culpar antes del partido. Todos los aficionados del Liverpool dijimos 'oh, lo van a hacer de nuevo', pensábamos en Hillsborough y creímos que en París podía pasar otra vez".

Era imposible no recordar aquello para los aficionados reds. Por hacer un resumen de esa historia, en 1989 murieron decenas de personas en Sheffield en la previa de una final de la FA Cup. Durante años tanto la policía como la prensa acusaron a los hinchas del Liverpool de lo ocurrido. En el año 2013 una investigación independiente determinó que nada de eso había pasado, que la culpa fue de la pésima organización. El guión en París fue muy similar.

Una organización que falló y no estuvo a la altura

La final de la 2022 es la del gol de Vinicius, las paradas de Courtois y la que corona la Champions de las remontadas blancas, pero en lo extrafutbolístico pasará a la historia como una de las más peligrosas y peor organizadas. Todos los que allí acudieron recuerdan el caos y el peligro.

Fue en París, en Saint-Denis, aunque iba a ser en San Petersburgo. La guerra en Ucrania obligó a improvisar y mandarlo a la capital gala. Es bien sabido que el estadio nacional francés se construyó en una zona degradada pensando en que una instalación así podría revitalizar el barrio, pero los problemas de seguridad demuestran que no logró su objetivo. Nada estuvo a la altura.

Luigi Borges acudió a la final invitado por Just Eat. Los VIP suelen entrar temprano al estadio, pues tienen zonas reservadas para ellos, pero incluso con esa antelación se encontró disturbios en la puerta. "Ya desde el principio veías que algo no iba bien. Para entrar en esa zona tenías que subir unas escaleras grandes y era fácil ver cómo los invitados iban tranquilos pero a los lados había ya bandas de jovencitos y chavales encapuchados con bastante mala pinta", explica.

"Cuando nos dimos cuenta de dónde teníamos que ir empezamos a ver mucha gente corriendo y policías detrás de ellos"

Feliciano López Extenista

Fue parecida la experiencia de otro invitado a la fiesta, Feliciano López. "Llegando al estadio nos perdimos un poco porque las indicaciones tampoco eran muy buenas y fuimos al lado contrario donde estaba nuestra puerta. Cuando nos dimos cuenta de dónde teníamos que ir empezamos a ver mucha gente corriendo y policías detrás de ellos. También ocho o nueve personas saltando una valla de seguridad, la primera que había. La policía iba detrás, pero no lograba alcanzarlos", relata el extenista.

"Saqué mi entrada del bolsillo y cuando estaba llegando al torno un niño me la quiso trincar. Me di cuenta rápido, me metí en el torno y mi suegro detrás conmigo. Luego vimos otro par de chavales que también intentaron colarse detrás de un socio del Madrid y hubo un poco de trifulca", explica.

Borges también vio gente colándose al estadio: "Había policía en los alrededores, pero dispersa, no había sensación de seguridad ni mucho menos. Después de la escalinata VIP, ya en la entrada oficial al estadio, había que pasar un doble arco y allí ya se montó el pifostio gordo. Había gente que se había colado sin entrada ni buenas intenciones y claro, hacían de todo, desde saltarse las vallas en forma de serpiente hasta la puerta, empujarte, agarrar las entradas… estuvimos allí más de una hora. Se montó muy gorda y se coló gente sin entradas".

"Dependía mucho de qué torno tocase y cómo reaccionase el encargado para dejarte pasar. Los que se querían colar ahí ya se habían saltado un par de arcos de seguridad. En mi cola hubo golpes, zarandeos duros, se escucharon gritos, alborotos y carreras", rememora.

"Y luego al salir siguió habiendo jarana, había gente protestando porque les habían roto los coches, el autobús no podía llegar a nuestra zona y la organización tuvo que llamar ubers para sacarnos de allí, porque a la salida también hubo bastantes robos. Salimos pensando cómo esa gente iba a organizar unos Juegos Olímpicos dos años más tarde", cuenta Borges.

"Había gente que se había colado sin entrada ni buenas intenciones; empujaban, intentaban quitarte la entrada... estuvimos así una hora"

Luigi Borges Aficionado

Miriam, una aficionada madridista, fue víctima del caos: "Para mí fue el peor y el mejor día de mi vida, porque llegamos a casa sin absolutamente nada. Habíamos dejado el coche en un parking y se lo habían llevado todo. En el estadio no había seguridad y a la salida nos estaban esperando".

Los problemas en la entrada del estadio fueron constantes.  AFP
Los problemas en la entrada del estadio fueron constantes. AFP

El Liverpool se lleva la peor parte

El relato de los aficionados vip y de los del Real Madrid es muy crítico y duro con la organización, pero sin lugar a dudas se llevaron la parte menos mala. Fue con los hinchas del Liverpool donde todo se descontroló completamente.

"Alrededor del estadio fue horrible, la gente estaba en pánico, muy asustada, mucha gente temió por su vida. Muchos de los aficionados fueron al estadio con tiempo y cuando llegaron les mandaron por calles estrechas, acorralados. Hacía mucho calor, no había agua, no estaba señalizado, era un caos absoluto", rememora Steph Jones, presente en el partido.

"Muchos de los nuestros viajaron sin entradas, querían vivir la experiencia durante el día. A los aficionados nos trataron como si fuésemos a causar problemas, había policía por todos lados, hubo registros, los fans no supieron hasta el final de la tarde si iba a poder verse el partido en las pantallas de la ciudad. Nos dijeron que no vistiésemos de rojo o con indicativos del club. No éramos bienvenidos, no nos vieron como visitantes sino como hooligans".

"El lado en el que estaban los aficionados del Liverpool era más peligroso que el de los del Madrid. Creo que hubo dos problemas, uno tiene que ver con UEFA, que no controlo en absoluto durante el día lo que pasaba, no hicieron nada por la seguridad ni se coordinaron con las autoridades francesas. Además, pusieron ese mensaje en el estadio, que era una gran mentira", resalta.

"El otro problema fue la policía, no trataron con respeto a los fans, los vieron como una amenaza más que como gente que iba a ver un partido", remata.

Con todo lo ocurrido era imposible disfrutar el partido. "Yo llegué a mi sitio tres minutos antes de que empezase, después del tiempo que habíamos pasado fuera, que fue terrible, llegaron a usar gas pimienta. Era imposible no pensar en lo que había pasado o en los aficionados que no habían podido entrar, el partido terminó siendo irrelevante", continua su narración. La prensa inglesa en los días posteriores siguió esta misma línea: el partido era una cuestión menor en comparación con el riesgo corrido.

"Unos minutos antes del pitido final hubo un desfile de policías armados delante de la afición del Liverpool. No fueron donde los del Madrid, se pusieron solo delante de nosotros ¿qué podíamos pensar?"

Steph Jones Aficionada del Liverpool

Cuando terminó el partido la cosa no mejoró: "Unos minutos antes del pitido final hubo un desfile de policías armados delante de la afición del Liverpool. No fueron donde los del Madrid, se pusieron solo delante de nosotros ¿qué podíamos pensar?".

"La policía nos trató con absoluto desprecio, como si fuésemos a crear problemas. Todo esto ha salido en el informe independiente posterior de la UEFA. La policía esperaba problema y por eso nos trataron así. Y es raro, nosotros sabemos lo que es un desastre porque tuvimos Hillsborough, había gente que había estado allí. Fuimos maltratados por la policía". La cosa pudo ser mucho peor, casi sorprende que no hubiese muertos.

Las semanas posteriores, a diferencia de aquella catástrofe anterior, hubo un movimiento muy fuerte desde el Liverpool e Inglaterra para remarcar que ellos no eran los culpables. Este drama era producto de la desorganización absoluta que había existido en aquel encuentro.

"Desde antes de que empezase el partido nos querían culpar por todo. Incluso una persona el Senado francés intentó decir que había ocurrido por nosotros. Pero esta vez luchamos, no íbamos a dejar que nos pasase otra vez. Inmediatamente nos revolvimos y desde entonces hemos hablado con periodistas, contando lo que vivimos, e incluso el presidente de la peña llegó a ir a testificar al Senado francés".

El informe independiente que se hizo de todo lo ocurrido dio la razón sin paliativos a los aficionados reds. Jones había estado antes en la final de Kiev, con los mismos equipos y el mismo campeón. La recuerda como un gran día, sin problemas, solo fútbol. Tocó perder, pero otra vez se puede ganar, en eso consiste el deporte. El problema esta vez es que el dolor de la derrota fue lo de menos.