DORTMUND - REAL MADRID

La foto de la prensa, el bus de la Juve y la bandeja de Pedja: cuando nadie sabía cómo se cubría una final de Champions

La Séptima es, quizá, la más importante de las Copas de Europa del Madrid moderno. Los que allí estuvieron explican cómo todo era nuevo para el club.

La foto de la prensa que apareció en la revista Extra Real Madrid, la oficial del club. /CEDIDA
La foto de la prensa que apareció en la revista Extra Real Madrid, la oficial del club. CEDIDA
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

La revista Extra Real Madrid de junio de 1998 no engaña a nadie. Desde la primera página hasta la última rezuma madridismo, es una revista oficial del club en la época y este número se dedica íntegramente a celebrar la victoria del equipo blanco en la final de Amsterdam de unos días antes. La Séptima. Decenas de fotos de aficionados y del partido, porque esa es la clave de bóveda del asunto. Entre todas esas fotografías hay una en la que el blanco no domina, no se ven camisetas del equipo y es normal, porque quienes aparecen en ella son algunos periodistas y no han ido hasta Países Bajos para formar parte de la masa de fieles sino para contarlo.

"Creo que los conozco a todos, otra cosa es que me acuerde del nombre", dice Fernando Laura, que como editor de la revista y fotógrafo tuvo unos días de mucho trabajo tras el éxito del Madrid en Europa. A él, como a otros consultados, se les pide ayuda para reconocer a los presentes. Todos responden con nostalgia y reenvían la fotografía a otros hasta completar los huecos que la memoria ha ido borrando. La final fue especial, los recuerdos se acumulan.

Pongamos nombre a esas caras. En la fila de arriba, de pie, están Ulises Sánchez-Flor (en aquel momento en Marca, ahora en El Confidencial), Juan Gato (As, ahora colaborador en varios medios), Fernando Laura, su compañero en la revista Javier Palomino, Ignacio Tylko (la agencia Colpisa), los fotógrafos Juan Lázaro y Felipe Sevillano (As), Manolín (que primero fue chófer de un presidente de Madrid y terminó trabajando en el club) y Jesús Aguilera, también fotógrafo de As.

La fila intermedia la ocupan María Jesús Luengo y Carmen Colino (ambas en As, entonces y ahora), Jesús Alcaide (El Mundo, hoy Real Madrid) Jesús Gallego (Cadena SER), Luis Villarejo (EFE), Antonio Domingo (Radio Voz en la época, después muchos años en la RFEF), Mabel Galaz (El País, hoy retirada) y Ángel Rodríguez (RNE, hoy colaborador). Agachados están José Felix Díaz (Marca), Carlos Rodríguez (Onda Madrid) Juan Carlos Tirado (fotógrafo de Diario 16, hoy en Canal Sur), José Antonio Pascual (EFE) y Ricardo Gutiérrez (El País).

Toreros, periodistas o aficionados llenaron las calle de Amsterdam.
Toreros, periodistas o aficionados llenaron las calle de Amsterdam.

No son todos los periodistas desplegados en Amsterdam ni mucho menos, de hecho hay tantos en la ciudad que el Real Madrid tiene que tomar una medida rompedora. No pueden todos viajar en el avión del equipo, como era costumbre, así que solo vuela con el equipo uno de cada medio. "De 'Marca' fuimos cuatro fotógrafos y cinco redactores", explica Ulises Sánchez-Flor. "Lo que planificamos era que si el Madrid ganaba había que montar un operativo para sacar en la misma noche el periódico y un suplemento, que era casi como un periódico", recuerda. Días, por lo tanto, de muchísimo trabajo.

Luis Villarejo, jefe de Deportes de EFE, fue uno de los afortunados del avión. "Cuando llegamos al aeropuerto de Amsterdam salimos con los jugadores, íbamos en un chárter, y nos encontramos dos autobuses esperando a los dos equipos, porque ambos llegaron casi a la vez. En aquella época el Madrid alquilaba un autobús en la ciudad, uno simple, sin más y la Juve llegó con su superautobús, con el logo, los colores… parecía que ya ganaban 1-0", relata.

Hoy parece algo extraño, pero en aquel momento el Madrid es un equipo con las glorias en un pasado remoto, grande en España pero no tanto en Europa. Juega contra un equipo que representa a la liga más potente del mundo y que enlaza su tercera final de Champions. En realidad, que unos lleven un autobús fardón y los otros uno de línea es coherente con lo que ha pasado en las décadas anteriores.

"El Madrid, al día siguiente de llegar, pidió un autobús como el de la Juve. Eran años de modernizarse, incluso en detalles como este", rememora Villarejo.

Liturgias del partido

La liturgia de los grandes partidos ha cambiado bastante desde entonces. La mayor parte de enviados especiales duerme en Utrecht, a 40 kilómetros de Amsterdam. En la capital no hay ni una habitación disponible. "Yo fui cinco días antes del partido, para hacer reportajes de color de la ciudad, del estadio, cifras económicas, repercusión en la ciudad, la reunión con la UEFA…", explica el enviado especial de Marca al evento.

En esa reunión de UEFA coincidió con Juan Gato, de As. "Utrecht fue nuestro cuartel general. Yo fui a una previa unos días antes, que fue como una comida y fue mi primera intervención en la SER, metí a Lorenzo Sanz en antena", recuerda el periodista, que se pasó unos días danzando y haciendo reportajes.

La mezcolanza de medios y jugadores era muy frecuente en la época. También porque los periodistas eran muchos menos numerosos que hoy en día. En todo caso, en esta ocasión el club trató de alejar un poco a los futbolistas del ruido. "Se fueron a un hotel en las afueras. También empezaban a tener más poder Hierro, Sanchís o Raúl y buscaban aislarse un poco", recuerda Sánchez-Flor. Nada comparado con lo que vendría después, eso sí. Los periodistas acudían al hotel y seguían haciendo reportajes y entrevistas hasta la final.

La alegría de un momento así era, para muchos, contagiosa. "Después de 32 años para la mayoría era la primera vez. La sensación era de estallido, de euforia, de alegría. Hicimos un gran esfuerzo para hacer el periódico, terminamos a altas horas de la madrugada", cuenta Sánchez-Flor.

La tensión en la grada

Manolo Lama no estaba en la foto, pero por supuesto sí en Amsterdam. De hecho, en la revista aparecen también Paco González, Tomas Guasch y Poli Rincón, compañeros de Lama. "Fue una jornada tremenda, fue el asentamiento del deporte español en el mundo, veníamos de grandes éxitos, pero esa Champions es el espaldarazo definitivo del fútbol. Fue un día histórico, no es comparable a ninguna de las siguientes", dice el mítico narrador.

Coincide en el análisis Luis Villarejo. "Era todo muy nuevo para nosotros, en el 98 ya habíamos hecho cosas, Mundiales y Juegos, pero una final de Copa de Europa era algo muy novedoso", cuenta. La relación con los jugadores era intensa: "Yo estaba muy contento, sobre todo, por ver a Raúl con el trofeo". Era un caso muy especial, había debutado un par de años antes, pero ya era una estrella mundial.

Villarejo había pasado por un Mundial Juvenil en el que había destacado Paolo Montero, uno de los centrales de la Juventus en aquella época. "Me hizo mucha ilusión verle, porque en aquel torneo habíamos incluso tocado el balón con él en la playa, porque España y Uruguay coincidieron en la misma sede", relata.

Llegó el partido y, como ocurrirá este sábado en Londres, había un favorito claro, pero no era el Real Madrid. "Tampoco creíamos que fueran a ganar", explica Ulises. "Íbamos como corderos al matadero, la única duda parecía ser cuántos nos iba a meter la Juve. Pero a mí me impacto mucho que los jugadores iban muy motivados y hasta sonaban que la ganaban, se lo iban creyendo poco a poco", rememora Fernando Laura.

Sánchez-Flor también vio en los rivales del Madrid cierto exceso de suficiencia: "Recuerdo a periodistas italianos llorando después del partido, no daban crédito porque se sentían favoritos. El día antes, en la sala de prensa, en los entrenamientos, se veían superiores y te lo hacían saber. Parece que no podías ni opinar del partido o de las virtudes del equipo. Al acabar estaban hundidos". El periodista de El Confidencial comenta que entre los reporteros que seguían el Madrid también se subieron los decibelios en la zona de prensa. Demasiada pasión.

La bandeja de Pedja

La historia del partido es bien conocida, un gol de Pedja Mijatovic cambió para siempre el rumbo del Real Madrid. "Me acuerdo que canté el gol de la Séptima haciendo la séptima sinfonía de Beethoven. Fue una locura absoluta", explica Lama.

Mijatovic, el autor del gol, era también una persona muy afable y cercana a varios periodistas. Juan Gato era uno de ellos. "Yo les había hecho un reportaje a él y a Suker jugando al billar, titulado 'apunta, dispara…' una de esas cosas que hacíamos en la época", cuenta. El montenegrino citó a unos cuantos reporteros unos días después en Madrid. Era una persona feliz y les regaló una pequeña bandeja grabada como recuerdo de aquel mítico gol.

La bandeja que Mijatovic regaló a algunos periodistas. CEDIDA
La bandeja que Mijatovic regaló a algunos periodistas. CEDIDA

Gato es del Atlético y amigo de Pedja: "En los aniversarios siempre le digo que le quiero, pero que ese gol era fuera de juego [ríe]". Unos meses después de Amsterdam el Madrid ganó la Intercontinental en Tokio. Gato también estuvo allí, en aquel caso para plantarle una cinta samurai en la cabeza y hacerle una foto. Eran, definitivamente, otros tiempos.

También tiene memorias de Mijatovic Luis Villarejo: "Le entrevisté en el avión de vuelta y le recuerdo con el pie en alto porque estaba lesionado, abrazado a la copa. Son detalles inolvidables".

La copa era como el anillo de poder, todos la querían cerca. Y todos la tuvieron cerca, de hecho. "Los jugadores en la zona mixta venían a vernos. A mí Roberto Carlos y Karembeu me llevaron la Champions y la pude tocar. Me estaban dejando tocar el trofeo que acaban de ganar, para mí eso era… parecía que había jugado", explica Sánchez-Flor.

Y no solo la pudieron tocar los periodistas. La fiesta posterior al partido, en el hotel del Madrid, fue casi un acto social para el madridismo. Lorenzo Sanz decidió que, tras tantas décadas de anhelo, no podía hurtar al aficionado ese momento. Lama estuvo allí "Aquella famosa noche abrió las puertas de los salones para que todos los seguidores del Madrid que quisieran se hiciesen fotos con la Champions, abrió las puertas de la intimidad del equipo a los aficionados. Fue una jornada tremenda". Desde luego que lo fue.