El golpe en la mesa de Raúl Asencio: una asistencia a lo Ramos y mucha personalidad para quitarle un miedo a Ancelotti
El central realizó un impecable esfuerzo defensivo y sumó su desplazamiento en largo para abrir el marcador.

Raúl Asencio consigue quitar un balón limpio en el centro del área propia con un complicado tackle a Marmoush. Al terminar el lance se levanta, lanza los brazos adelante y mete un grito de ánimo. Es una de esas jugadas complicadas, con un importante riesgo, ejecutada a la perfección por un jugador que hace unos meses no existía para el Real Madrid y ahora es algo más que un central titular.
Su confianza para ese robo es lógica, unos minutos antes había sido clave para que el Madrid abriese el jugador. Tenía la pelota en su campo, levantó la cabeza, vio a Mbappé correr y ahí mandó un misil, perfectamente medido, franco para que el francés hiciese lo propio. Aplausos al goleador y al asistente, los miedos que pudo haber los ha despejado Asencio con una personalidad que asusta. Ese campo ha visto otros defensas con esas cualidades: Ramos, Hierro... casi nada cuando de madridismo se habla.
Es posible que no valga como ejemplo de camino para los demás canteranos, pues el Madrid ha tenido que sufrir las siete plagas de Egipto hasta que se consolide como titular, pero sí le debe servir a Ancelotti como recuerdo de que los jugadores de la fábrica pueden ser algo más que útiles circunstancialmente, sino futbolistas con un lugar en el futuro del Real Madrid. Es verdad que el italiano dice que él solo piensa en ganar, que no está ahí para dar oportunidades, pero quizá en muchas ocasiones la respuesta no sea un arabesco táctico o una reformulación extraña de una posición sino conocer al Castilla.
A Asencio los expertos de cantera no le veían el potencial que a otros, pero vestido de blanco, con decenas de miles de personas en la grada, está demostrando que tiene la personalidad correcta para no sentirse incómodo en el Real Madrid. Su despliegue físico es bueno, sus intintos defensivos notables y está tan seguro de sí mismo que no tiene meido ni siquiera a conducir para deshacerse de alguna presión. Muchos puntos positivos para un jugador.
Los errores que ha cometido esta temporada son contados y si no es titular en los partidos importantes junto a Rüdiger en el centro de la zaga en los partidos importantes será difícil de entender. Ha sido mejor que Tchuamení en ese oficio, y Alaba hace demasiado tiempo que no juega al fútbol lo suficiente como para considerarlo una mejor opción que el canario.
Todas las lógicas dudas que hay sobre los nuevos, que siempre que llegan al Madrid tienen que demostrarlo varias veces hasta asentarse, han ido abriendo paso a un jugador fiable. Raúl Asencio ha sabido aprovechar la oportunidad de su vida, una que solo llegó como consecuencia de la desgracia. Contra el Manchester City reafirmó que su sitio es la élite del fútbol y, concretamente, el Real Madrid.