CHAMPIONS LEAGUE

Se viene una alfombra roja para los grandes del fútbol: así iría la Champions League con las reglas del próximo año

Relevo simula cómo hubiera quedado esta Liga de Campeones con el formato suizo de la próxima temporada.

El United lamenta su eliminación de la Champions./REUTERS
El United lamenta su eliminación de la Champions. REUTERS
Jonás Pérez
Guillermo Villar

Jonás Pérez y Guillermo Villar

UEFA ha aprovechado la vuelta de octavos de final para recordar el nuevo formato de sus competiciones, que entrará en vigor a partir de la próxima temporada. Pese a haber hecho mucho menos ruido que el modelo de la Superliga, la nueva Champions dará mucho que hablar. En resumidas cuentas, pasa a ser un formato suizo con 36 participantes en lugar de 32, ocho jornadas en vez de seis y la inclusión de una ronda previa a los octavos de final denominada playoffs.

Más allá del caos del sistema, una de las principales críticas que ha recibido esta nueva propuesta es que facilitará en gran medida la papeleta de los equipos grandes. ¿Y está fundamentada? Lo cierto es que sí. Relevo ha simulado cómo quedaría la Champions de esta temporada si ya se hubiera aplicado el modelo suizo. Es una interpretación con matices, claro, ya que los participantes han jugado dos partidos menos, han tenido solo tres rivales en lugar de ocho y hay menos aspirantes que en la próxima campaña.

Aun así, sirve como modelo para establecer que los grandes lo tienen muchísimo más sencillo. Tanto como que el Manchester United cerró su grupo como colista, con solo cuatro puntos y que eso le hubiera valido para lograr la clasificación para los playoffs, una especie de ronda de dieciseisavos de final en la que no participan los ocho mejores de la fase regular. Así hubiera quedado la tabla en caso de que esta temporada ya existiera el modelo suizo.

LA NUEVA CHAMPIONS, CON LOS EQUIPOS DE ESTA TEMPORADA

Los emparejamientos dejan poco glamour

El organismo europeo se las ha ingeniado para que sigan existiendo los sorteos, pese a que los emparejamientos llegan a través de la clasificación en la fase de liga. Lo que se sorteará será el camino que recorrerán los clubes, a través de su posición y formando parejas. Explicado de forma más sencilla, da igual ser primero o ser segundo. El primero y el segundo llegarán al sorteo sabiendo que irán uno al lado izquierdo y otro al lado derecho. Del mismo modo, tercero con cuarto, quinto con sexto y séptimo con octavo, directamente todos en los octavos de final.

En el escalón inferior, irá uno a un lado y el otro al contrario el noveno y el décimo, el undécimo y el duodécimo... Y así sucesivamente hasta el vigesimocuarto y el vigesimoquinto. Pero la única manera de simular cómo hubiera quedado la presente edición sin retorcer lo que ya de por sí es un formato complicado es directamente establecer los emparejamientos de forma natural: es decir, mejor clasificado contra peor, segundo mejor contra segundo peor... Así quedarían los duelos de playoffs o dieciseisavos de final:

  • Leipzig - Benfica
  • Inter - Manchester United
  • Borussia Dortmund - Galatasaray
  • Nápoles - Newcastle
  • Lazio - Feyenoord
  • Shakhtar - Lens
  • PSV - Milan
  • PSG - Copenhague

Como se puede observar, no hay ningún duelo especialmente llamativo y, si lo hay, es en función de circunstancias como la debacle del Manchester United o la enorme igualdad que tuvo el grupo de la muerte con el Newcastle en el ajo. A posteriori, los octavos sí gozarían de gran belleza, pero por la naturaleza en sí de la competición, no por la evolución del formato.

El resto de equipos:

  • Clasificados para octavos: Manchester City, Real Madrid, Bayern de Múnich, Atlético de Madrid, Arsenal, Oporto, Barcelona y Real Sociedad.
  • Eliminados: Salzburgo, Braga, Young Boys, Celtic, Antwerp, Union Berlín, Sevilla y Estrella Roja.

Esfuerzos para eliminarse

En este caso, las restricciones de esta temporada son beneficiosas para sacar conclusiones. Con dos partidos más y rivales diferentes, los equipos que este año hubieran quedado fuera tendrán más oportunidades y, por tanto, más probabilidades de salvar los muebles. El mejor ejemplo es el Manchester United, que firmó una fase de grupos bochornosa con una victoria y un empate en seis partidos, teniendo como rivales a Copenhague, Galatasaray y Bayern de Múnich.

Los de Ten Hag cerraron la fase de grupos en última posición, ni siquiera consiguieron el premio de consolación de la Europa League. Y su puntuación de cuatro puntos no es precisamente un motivo de orgullo. Pues bien, aun con esas hubiera logrado la clasificación para los dieciseisavos de final al contar con mejor diferencia de goles general que los rivales contra los que está empatado (Benfica, Salzburgo, Young Boys, Braga y Celtic).

Con la lista de eliminados se puede predecir la naturaleza del nuevo formato. Los caídos son clubes de pequeño peso en el continente. El más sonado, de hecho, es el Sevilla, que es penúltimo en la clasificación. Y más por lo anecdótico, por la oportunidad perdida. Sus dos puntos totales en seis partidos les llevaron a ser el segundo peor equipo de toda la competición. Un desastre.

El nuevo formato viene para dar otro aire a una competición más que acostumbrada a su habitual fase de grupos, pero recae en algunos problemas y en una mayor densidad de partidos en un calendario ya de por sí muy cargado. Uno de ellos es que un equipo grande tendrá que hacer méritos y proponerse muy seriamente caer eliminado para lograrlo. Y quizás ni así.