Los secretos del compositor que creó el himno de la Champions, sacó a la UEFA de la crisis y enamoró a Guardiola
Tony Britten atiende a Relevo tres décadas después de dar forma a los acordes que ponen los pelos de punta a los mejores futbolistas del planeta.

En Croydon, el suburbio más poblado de Londres, obrero, sin aparente atractivo turístico, existe devoción por la pinta y por el Crystal Palace. Allí creció Tony Britten, compositor de música clásica que, hasta 1992, se ganaba la vida escribiendo acordes para anuncios, jingles y demás campañas televisivas. "Era entretenido y estaba bien pagado, pero estaba un poco cansado", reconoce tres décadas después por videollamada.
Aquel año, el 92, ansioso por dejar atrás ese mundo, Britten recibió una llamada que lo cambió todo. "Era mi agente. Me dijo: 'Tengo un trabajo para el que creo que serías el candidato idóneo. Están creando una nueva competición de fútbol a partir de la vieja Copa de Europa'. Todavía no sé cómo se dio, pero así fue. A mí, claro, me pareció una buena idea, porque en aquella época la Copa de Europa había perdido su brillo. Estaba agotada", recuerda.
Y así fue. Como en tantas ocasiones, el cómo fue lo de menos. Lo importante es que, tras aquella llamada, sucedió, y en un pequeño cuarto londinense, Tony Britten comenzó a componer el himno de la UEFA Champions League.
El británico perdió la cuenta de todas las llamadas y conversaciones que mantuvo aquellos días, pero las instrucciones eran claras. La UEFA, sumida en una crisis de identidad, acentuada por el auge del hooliganismo a finales de los ochenta y principios de los noventa, quería recuperar el crédito perdido. "Estaban buscando algo de música clásica, a poder ser cantada, aunque no en solo, porque es lo que se había hecho en el Mundial y querían diferenciarse, hacer algo que nadie hubiera hecho antes", cuenta al otro lado de la pantalla.
"La Copa de Europa había caído en crisis y la UEFA quería recuperar el prestigio perdido"
Compositor del himno de la Champions League"Preparé una caja enorme de cintas con música coral, desde 'El Mesías' de Händel hasta obras de Elgar o Purcell, y lo envié por correo ordinario. Al final, eligieron 'Zadok The Priest', de Händel, así que pensé que podría crear una versión similar con la cuerda ascendente que se escucha al principio. Reservamos durante una semana un estudio cerca de mi casa y añadí trompetas aflautadas a gran escala, que es un sonido agradable y que siempre transmite emoción. Ya solo me quedaba la letra".
Fue entonces cuando, exigido por los plazos que marcaba la UEFA, Britten pensó por primera vez en el texto que acompañaría a aquellos acordes. "Cogí una libreta y, guiado por la esencia de grandeza que querían plasmar, escribí una buena lista de superlativos. 'Los mejores', 'los más grandes'... Así como 30 ó 40 palabras", asegura. "Entonces, nos facilitaron lingüistas especializados en francés y alemán, los otros dos idiomas oficiales de la UEFA, y pedí las traducciones literales de aquellas palabras. Así escribí la letra definitiva".
Lo cierto es que todo fue muy rápido. Mucho más de lo que cualquiera puede imaginar. "Firmamos el contrato en abril, la música la hice creo recordar que en julio y en noviembre tuvimos los primeros partidos de la temporada —los estadios todavía tenían unos sistemas de sonido muy pobres—. Creamos la marca, el diseño general, la idea del balón cubierto de estrellas, el paquete de retransmisiones, las versiones para cada país, la música, la letra... ¡Todo en seis meses!", declara el compositor, todavía orgulloso por el resultado final.
Ronaldo, Guardiola, Effenberg y otras confesiones
No es para menos, claro. Cada año, cada temporada futbolística, muchos futbolistas se estrenan en la Champions, la competición de clubes más importantes del planeta. Y las emociones afloran. Pero ojo, no solo en los recién llegados. "Hay un vídeo que me gusta mucho de Cristiano Ronaldo cantando el himno antes de un partido muy importante del Real Madrid en el Santiago Bernabéu".
Erling Haaland, máximo goleador del torneo hace dos temporadas y mejor delantero de la presente edición, tiene el himno de la Champions como tono de llamada en su teléfono móvil. "Me encanta", dice Britten entre risas. "Desde que me enteré es mi nuevo mejor amigo".
"Guardiola ha pedido siempre que no se pite el himno porque le encanta y hay que respetarlo"
Compositor del himno de la ChampionsPep Guardiola, técnico del atacante noruego en el Manchester City, también ha confesado su devoción por la música coral de Britten. "Desde que Pep cogió al equipo en 2016, ha pedido en numerosas ocasiones a su afición que no piten el himno antes de los partidos [una costumbre que habían adquirido a modo de protesta contra la UEFA]. Es más, ha llegado a decir que le encanta y que odia cuando la gente abuchea en esos momentos".
Todo lo contrario sucede en Italia, donde desde hace años se sigue con rigor una curiosa tradición: antes de cada encuentro de Champions, sea la ciudad que sea, el estadio entero canta la última línea del himno a todo pulmón. "Es alucinante", reconoce el compositor.
Pero la historia que mejor refleja lo que esos acordes suponen para cualquier futbolista del planeta es la de Stefan Effenberg. El centrocampista alemán, capitán del Bayern de Múnich a finales de los noventa, coincidió con Britten en un programa de la cadena alemana Sky. Y se abrió como nunca. "Estábamos en Múnich, durante la narración de un partido, y me habló de la final que el Bayern jugó en 2001 contra el Valencia, en San Siro. Ese día yo estaba allí, en el estadio, a pocos metros de los jugadores. El coro de La Scala de Milán fue el encargado de tocar el himno en vivo antes de aquella final. Fue una locura", recuerda. "Yo veía a Effenberg muy nervioso. Claro, él tenía fama de tipo duro, y aquello chocaba".
"Muchos años después, en el programa de Sky, bromeé con él y le dije: 'La última vez que nos vimos estabas muy nervioso'. El público que había en el plató se moría de risa. Él al principio lo negó, dijo que estaba muy concentrado. Pero al final confesó y me dijo: 'Mira, te voy a ser sincero, escuchando el himno se me puso la piel de gallina por toda la nuca. Como un escalofrío. Es uno de esos momentos en los que el jugador, y más aún en una final, sabe que ha llegado donde quería. Que ha cumplido el sueño de toda una vida".
Éxito, polémicas y acusaciones de plagio
Tal fue la popularidad alcanzada por el himno de la Champions que, desde 1992, muchos han intentado copiar la idea. Incluso la propia UEFA ha intentado aprovechar el molde y repetir la fórmula en otras competiciones —como la Europa League—. "Son emocionalmente tensos y dramáticos, pero están compuestos en una tonalidad menor. A mí me gustan. Son como más de película, pero no se parecen demasiado al mío".
Con todo, la versión original, la compuesta a partir de la obra de Händel, ha sido noticia más allá del fútbol. Y no siempre con buenas intenciones. "Fue curioso porque hace bien poco, en la coronación del rey Carlos III, se tocó el 'Zadok The Priest', que es un himno utilizado en las coronaciones, y la prensa plasmó cómo miles de aficionados al fútbol, al verlo, se habían preguntado por qué se tocaba el himno de la Champions en la coronación del nuevo rey", comenta Britten con una sonrisa.

Claro, el acorde base es el mismo, tal y como explica el propio músico. "La mayoría de compositores hacen referencia a otros compositores. Es un proceso interesante, pero así es como la música clásica se expande y se mueve. Ha habido personas que han sido muy desagradables al respecto y que han criticado sin saber, pero bueno, lo que les diría es que no me preocupa. A fin de cuentas, me pagaron por el trabajo que hice y, como es lógico, cada cierto tiempo recibo royalties por ello".
Guste o no, su obra, esa que se compuso en un cuartucho londinense, es historia del fútbol. No hay debate. Ahí lo ha situado el transcurso del tiempo. "Nadie pensaba que aquella idea, aquel intento de recobrar el brillo de una competición que se apagaba, se fuera a convertir en lo que es hoy. ¡Ni siquiera nosotros lo podíamos pensar! No estaba en nuestro vocabulario".
"Hoy, más de 30 años después, el marketing deportivo es un negocio multimillonario y a mí me invitan a dar charlas cada dos por tres. Todo ha cambiado muchísimo", asegura con una sonrisa justo antes de pronosticar una victoria del Manchester City en Estambul este sábado. "Apuesto por un 3-1. Eso sí, solo espero que, como siempre pide Guardiola, no se abuchee el himno antes de la final".