István Kovács, el árbitro con fama de "hombre duro" que expulsó a Araujo, a Xavi y desquició al Barça
Es profesor de Educación Física, le encanta leer, pasear y jugar a tenis. Y en el Mundial, supuestamente, tuvo lío con Collina y no árbitro.

Istvan Kovács nació en la zona de Transilvania, Rumanía, en la localidad de Nagykároly (1984), donde empezó a jugar a fútbol con destreza. Recuerda su infancia en la calle, con amigos y un balón, lo que le llevó a formar parte de buenos equipos en categorías inferiores y a soñar con ser futbolista. Tiene la doble nacionalidad, la húngara y la rumana. En una extensa entrevista en el medio Maszol.ro, el colegiado del Barça-PSG dijo que tenía nivel como jugador para alcanzar la segunda división, pero que se dio cuenta a tiempo y empezó su carrera arbitral, a la que ha llegado más lejos.
Entre sus méritos como árbitro, está sin duda poder dirigir un partido de cuartos de final de Champions, donde fue protagonista por las decisiones que tomó y que determinaron el devenir del encuentro. La primera, la expulsión de Ronald Araujo en el primer tiempo en una acción en la que el central azulgrana, que había fallado previamente un pase, le pone la mano en el hombro a Barcola y lo derriba. Último hombre. Roja. Sin intervención del VAR, que no corrigió la decisión.
En la segunda mitad, el colegiado rumano expulsó a Xavi Hernández por protestar y señaló un penalti de Joâo Cancelo sobre Ousmane Dembélé, mientras que después decidió no intervenir en una caída de Ilkay Gundögan en el área francesa. El colegiado, que sacó una ristra de amarillas, estuvo en el punto de mira. En la misma entrevista al medio húngaro, Kovacs se mostró a favor de la tecnología y destacó que a partir de ahora ya no se verían errores y los jugadores saldrían del estadio más calmados que antes.
"El uso del vídeo cambió un poco el arbitraje. Puedo decir que no hay tanta presión, al final del partido todos pueden salir del campo sin dudarlo, porque saben que si se cometió un error se puede aclarar con la ayuda del VAR. Los equipos no sufren por una decisión equivocada y el encuentro termina con un resultado justo", explicó el colegiado.
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Kovacs reconoce asimismo que él no siente presión en los partidos, que tiene una vida sencilla y que encuentra calma en otros placeres como la música, los paseos y el tenis, ya que es un gran aficionado.
Collina, supuestamente, lo apartó por estar 'demasiado preparado'
Desde 2010, el colegiado es internacional y uno de sus mejores recuerdos fue el de arbitrar la primera final de la Conference League. La temporada anterior fue el cuarto árbitro en la final de la Champions y en el Mundial de Qatar no llegó a arbitrar ningún encuentro en ocho partidos el cuarto colegiado.
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En este Mundial, según publicó la prensa rumana, hubo una controversia. "No fue llamado para ser suplente. Es ilógico decir lo contrario. Si un juez y sus asistentes son convocados a un campeonato mundial, allí cuentan con él. Algo podría haber pasado en Qatar, por eso no le dieron ninguna oportunidad". Y esa explicación estuvo, según recogió Nemzeti Sport, en su obsesión por la preparación física, ya que Kovacs tiene fama de hombre duro, y eso no le gustó a Pierreluigi Collina. Tampoco le gustó su arbitraje al Barça y a Xavi, que lo fue a buscar al final del partido para pedirle explicaciones.