El extraño caso de Joselu: aficionado en París en 2022, descenso en 2023 y a la final en 2024

El delantero, fichado en verano para ocupar el rol de Mariano, saca el billete para Wembley con dos goles para el recuerdo en tres minutos. En 2022 acudió a la grada del Stade de France.

Joselu, en la final de París 2022./
Joselu, en la final de París 2022.
Manuel Amor

Manuel Amor

Fue apoteósico, delirante, frenético... pero no sorprendió a nadie. Cuando el Real Madrid veía más lejos que nunca la final de Wembley, emergió el héroe de otra de esas noches que no se olvidan en Chamartín: Joselu. El delantero salió en el minuto 81, marcó el 1-1 en el 88, logró el 2-1 en el 90+1 e inscribió su nombre con letras de oro en la historia de las citas mágicas del Bernabéu. Nadie se lo hubiese esperado cuando llegó, cedido desde un Espanyol recién descendido a Segunda y para ocupar el rol de Mariano, pero su trabajo, su fe y la confianza de Ancelotti lo han hecho posible.

Carletto echó mano de él ante el atasco de su equipo, incapaz de descifrar el camino hacia las redes de Neuer y sin una amenaza real en el juego aéreo. Para eso apareció Joselu, bendecido por el don del oportunismo: empató al culminar el rechace a un tiro de Vinicius que el portero no logró embolsar y remontó al rematar un centro lateral de Rüdiger. Primero fue anulado por fuera de juego; tras revisión, Marciniak lo validó.

El ex de Alavés o Newcastle se desplazó a París en 2022 para seguir como aficionado la final ante el Liverpool. Lo hizo para acompañar a Carvajal, su cuñado, y con el deseo de celebrar una nueva conquista del equipo de su corazón. Además, posó con la camiseta merengue en el Arco del Triunfo. Esta vez será protagonista y no un espectador, un increíble giro de guion para un canterano que se vio muy lejos de su nueva realidad y que ahora la disfruta como nadie.

Cabe recordar que el gallego llegó cedido en el mes de junio, que el Madrid aún no se ha movido para aclarar su situación... y que media Europa está al acecho. A falta de un mes para finalizar la temporada, el delantero no sabe si el club blanco abonará el millón y medio estipulado en la cláusula o si deberá volver a la entidad perica para recalcular el futuro. La situación es la misma que el pasado mes de mayo. Si el Espanyol no asciende [ahora es cuarto en LaLiga Hypermotion], cualquier equipo que iguale su sueldo se lo llevará cedido un año... Y acaba contrato en 2025, por lo que al expirar la próxima campaña quedaría libre.

Un posible escenario sería que el Madrid aguardara al desenlace de Segunda para repetir operación, pero este no se contempla en las oficinas de Valdebebas: si realmente está interesado en quedarse con Joselu pagaría la cláusula y le ficharía como gesto con el club blanquiazul. Un marco, el de su contratación, que muchos dan por hecho en el Bernabéu. Incluso en el instante de sellar la cesión, el internacional español recibió señales de que su retorno a la capital de España no iba a ser un brindis al sol y sí una decisión con continuidad.

Joselu celebra el 2-1.  REUTERS
Joselu celebra el 2-1. REUTERS

El caso es que, con el equipo jugándose la Champions, el Madrid no ha abierto aún la carpeta del ariete, cuyo nombre permanece subrayado en varias ligas. Tal y como informó Relevo el pasado 28 de marzo, el Manchester United le vigila como refuerzo de Høljund. Las condiciones del nacido en Stuttgart responden a las del prototipo que rastrean: veterano con buen físico, juego de espaldas y mucho remate. Además, conoce la Premier, donde jugó cuatro temporadas [Newcastle y Stoke]. Lo suyo no ha sido negociación sino una monitorización por si surge la oportunidad de echarle el lazo. Un comportamiento que también están adoptando equipos de LaLiga y de Europa; no le pierden ojo.

En cualquier caso, la prioridad de Joselu es quedarse en el Real Madrid. El delantero salió de La Fábrica hace más de una década, nunca ocultó su madridismo [como cuando viajó a París para presenciar la final de la Decimocuarta... con la camiseta blanca] y volvió con perfil definido y rol asumido. Hubo quien menospreció su cesión, contemplándola más como la adquisición de una prenda que completaría el armario pero pocas veces se utilizaría. Su rendimiento selló alguna boca. Es el cuarto máximo goleador del equipo (15) por detrás de Bellingham (21), Vinicius (21) y Rodrygo (17), el Pichichi en la Champions (cinco) y ha distribuido tres asistencias en 45 partidos. Aunque es cierto que el estilo de este Madrid a veces le aísla, sus atributos le han convertido en el instrumento del líder para ganar encuentros de forma excepcional... y este miércoles lo demostró como nunca.

Emocionado

El ariete compareció después ante los medios para explicar sus sentimientos después de la noche con mayor trascendencia de su carrera futbolística: "Esto es insuperable. Yo he venido a ayudar, a aportar. El míster sabía lo que podía dar y estoy feliz, trabajando y alegre de haber ganado una Liga y estar en la final de Champions".

Él, a diferencia de Tuchel, que apeló a los arbitrajes para explicar la magia del Bernabéu, sí cree que en el templo de Concha Espina se cocina algo especial. "Ha sido una remontada con emoción. Como nos dijo el míster, estos partidos hay que ganarlos con el corazón". Elogió, asimismo, a la afición: "Hemos visto el Bernabéu de una manera al principio y de otra al final. Han estado de 15, como la final que vamos a jugar". Sobre su futuro no se pronunció: "Me centro en lo que pase hoy y en que en tres semanas tenemos una final de Champions. Después, ya veremos".