La jugada que muestra el poder de Rafael Leao y amenaza al resto de aspirantes a la Champions
El delantero portugués decantó la eliminatoria con una arrancada de 60 metros en una de sus jugadas favoritas.

Ha habido pocas muestras más imponentes de una superioridad manifiesta sobre el rival que la que perpetró Rafael Leao en el estadio Diego Armando Maradona. Mientras corría por el verde dejando atrás a rivales iba sonriendo. Contrastaba con las caras de quienes trataban de frenarlo, ataviadas en una mueca de sufrimiento. La jugada que supuso el 0-1, y el mazazo emocional al Napoli, va directa a una de las más icónicas de un futbolista del Milan en la Champions League, como la de Kaká en 2007 en Old Trafford. Y no es casualidad. Es un mensaje para el resto.

Fueron 65,5 metros. 10 segundos. Desde esa distancia y sin ninguna referencia por delante emprendió una carrera desafiante, mostrando mucha superioridad en el cambio de ritmo. Leao es un extremo de casi 1,90 (188cm), una altura poco común en un futbolista de banda, y un tren inferior fortísimo que le permite ser ganador en acciones en las que la lógica invitaría a pensar que no debería ganar.

Según iba avanzando la jugada, las probabilidades de que acabase en algo interesante para el Milan iban aumentando a pesar de que cada vez había más rivales, el espacio se iba acotando y cada mal control podía ser penalizado. El portugués posee la habilidad de salir por ambos perfiles con naturalidad, con la ventaja de que su primer paso es mucho más dominante que el de la mayoría de rivales.

Ese cambio de ritmo definitivo fue como si a 100 metros de llegar al final de una maratón, al atleta le diese por acelerar el doble. Una arrogancia generosa en forma de pase para que Giroud, que había fallado dos goles, se redimiese. El portugués entendió que daba igual si marcaba o no, porque la jugada ya había trascendido, recordando al famoso slalom de Thierry Henry en el Santiago Bernabéu hace 17 años. En Leao todo es excesivo.
Leao le regala al Milan distintos partidos dentro de uno mismo. Como en Nápoles, los 27 despejes en área propia que dejaron entre Tomori, Kjaer y Theo, no impidieron que los de Pioli encontrasen opciones de salir a la contra. La amenaza latente de Leao está al alcance de los dos o tres mejores atacantes del mundo en este tipo de situaciones, unas en las que solo por su presencia hunde y cambia los planes del contrario.
En lo que va de Champions, Leao es el tercer máximo regateador de la competición (mínimo 600 minutos), solo por detrás de Kvaratskhelia y Vinicius, con 3,2 regates completados por 90 minutos. Pero a diferencia de ambos extremos, Leao es el más eficiente de toda la Champions con, al menos, tres intentados, con un 67% de acierto. Cifras que demuestran la suficiencia del portugués una vez afronta el 1x1. El siguiente paso es ser más consistente a lo largo de los 90 minutos, porque tiende a acabar fatigado y es sustituido en mucho de ellos.