Lunin y Rüdiger reescriben la historia del Real Madrid para apear al monstruo del Manchester City

Aún quedan días de verano. Muchos días de verano. Todos los días de verano. Cuando juega la Champions el Real Madrid. En el Etihad el cuadro blanco vivió todas las estaciones del año, y sobre todo el invierno en Europa, contra un rival que ya es parte de su historia: el monstruo del Manchester City. De más de mil cabezas y una plantilla imparable, a la vez técnica, a la vez física, a la vez táctica. Ni por esas pudo Pep Guardiola.

Ancelotti anuló su triunfo con un movimiento de ceja. La mirada de Andriy Lunin en la noche que le corona para siempre junto a Rüdiger, en el rincón de las leyendas del Real Madrid, que no hicieron más que agrandar su historia en el nuevo templo de Manchester, donde todos los rivales mueren menos el que viaja desde Chamartín. Porque el Real nunca muere, como el sol de Madrid.

En una tanda agónica, tras 90 minutos más agónicos aún, los de Carlo Ancelotti lograron el pase a las semifinales de Champions y se medirán al Bayern de Múnich. Rodrygo marcó en el minuto 12 y en el 76 igualó De Bruyne, para llevar la batalla a la prórroga. 1-1. Los fallos de Bernardo Silva y Kovacic sellaron el guante dorado de Lunin, con el error perdonado de Modric y los tantos de Bellingham, Lucas Vázquez, Nacho y Rüdiger.

La actuación de Andriy Lunin contra el Manchester City es de las que marcan una carrera en el Real Madrid. Las que encumbran. Tras una vida entera de lucha bajo palos, figurados y literales, el arquero ucraniano sujetó la fe merengue en el Etihad. La fe más pesada de la historia. En una tanda de penaltis para la posteridad.

Lunin batió su propio récord de paradas y manotazos en Manchester, sobrepasando las nueve intervenciones capitales contra el Leipzig. Estuvo calmado hasta el abismo, como es él, y rubricó una actuación de leyenda, también incluso con el balón. Cuanto más quemaba el esférico, más frío. Más legendario.

A Rodrygo se le podría definir de la misma manera que al Real Madrid. Son almas gemelas. Aparecen en las citas clave, y a veces se marchitan en el día a día. No por nada; sólo que no es lo suficientemente importante para ellos. Jabois definió al Madrid y a la vez a Rodrygo: "El Madrid es una pelea en la cárcel, le basta un cepillo de dientes para hacerte una avería".

Así lo hizo el astro brasileño en el minuto 12, cuando martilleó a la segunda la meta de Ederson. Vinicius y Bellingham sacaron la baraja, y Rodrygo levantó la mano con la mejor carta. La de un gol que elevó al Madrid en la cima del marcador en el Etihad. Un ochomil.

El Madrid estaba tocando de nuevo la historia con las yemas de sus dedos, y en ese momento surgió De Bruyne. El City, plantado en el área blanca por aplastamiento, llamó a la puerta con un tronco de madera. La pierna diestra de Kevin De Bruyne, que recogió un rechace de Rüdiger y machacó la meta de Lunin, que parecía imposible.

De Bruyne fue el mejor de los de Guardiola, no muy por encima del resto. Todos son buenísimos. Sin excepción. El belga clarificó cada ataque local y rescató a los suyos cuando el destino asomaba. Walker y Rodri estuvieron a su altura.

Dos maneras de entender la vida. Dos formas de moverse en un campo de fútbol. Los dos desde el área técnica, todo el partido de pie dando instrucciones. Pep Guardiola con sus gestos incesantes, sus palmadas, sus protestas, sus lamentos, su celebración. Ancelotti, con un sólo movimiento de ceja. Impasible.

El técnico italiano volvió a acertar con el planteamiento. Y no engañó: salió como en la sorpresa del Bernabéu. Con Rodrygo emergiendo por el flanco izquierdo como si apareciera de una piñata. Y con Nacho como repuesto esforzado de Tchouameni. Pero no se atrevió a quitar ni a Vinicius ni a Bellingham, los dos jugadores más fatigados del Madrid, cuando las fuerzas menguaban.

Guardiola alineó a todos sus titulares, ya recuperados, e introdujo a Akanji por Stones. Cambió el partido con la entrada de Doku por Grealish, y su equipo dominó con tiranía hasta el final. El Madrid en la segunda parte sólo tuvo la opción de resistir. A la espera del último milagro. Y resultó ser el plan definitivo.

--RESULTADO: MANCHESTER CITY, 1 - REAL MADRID, 1. (0-1, al descanso).

--ALINEACIONES:

MANCHESTER CITY: Ederson; Walker, Akanji (Stones, min.112), Rúben Dias, Gvardiol; Rodri, Bernardo Silva, De Bruyne (Kovacic, min.112); Foden, Haaland (Julián Álvarez, min.91) y Grealish (Jérémy Doku, min.72).

REAL MADRID: Lunin; Carvajal (Militato, min.110), Rüdiger, Nacho, Mendy; Camavinga, Valverde, Kroos (Modric, min.80), Bellingham; Rodrygo (Brahim, min.85) y Vinícius (Lucas Vázquez, min.102).

--GOLES:

0 - 1, min.12, Rodrygo.

1 - 1, min.76, De Bruyne.

--TANDA DE PENALTIS:

1 - 0, gol, Julián Álvarez.

1 - 0, falla, Modric.

1 - 0, falla, Bernardo Silva.

1 - 1, gol, Bellingham.

1 - 1, falla, Kovacic.

1 - 2, gol, Lucas.

2 - 2, gol, Foden.

2 - 3, gol, Nacho.

3 - 3, gol, Ederson.

3 - 4, gol, Rüdiger.

--ÁRBITRO: Daniele Orsato (ITA). Amonestó a Grealish (min.59), Gvardiol (min.61) y Rodri (min.90) por parte del City. Y a Carvajal (min.38) y Mendy (min.90+4) en el Madrid.

--ESTADIO: Etihad Stadium.