La mano izquierda del Cholo: en la banda y con la directiva
Su renovación hasta 2027 aún no se oficializa, aunque vuelve a transformar la crisis del carril zurdo en un escaparate para Roro.
![Diego Pablo Simeone, en la banda del Metropolitano en el partido ante el Celtic./AFP](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202311/08/media/cortadas/cholo-izquierdo-RvXC6lvFlovXZ6kYxtCQjeP-1200x648@Relevo.jpg)
Nadie le preguntó esta vez a Simeone por su renovación, pactada hasta 2027, porque el técnico del Atlético no quiere desviar la atención y erigirse por encima de la entidad. Lleva unas cuantas conferencias de Prensa esquivando la pregunta y lo más productivo al respecto sobre este asunto fue: "Cuando el club tenga algo contundente que informar, lo hará". Su mensaje y su actitud en sus comparecencias públicas vienen a repetir la idea que expresó desde el año pasado, precisamente, cuando le obligaron a alinear a Griezmann a partir del minuto 60 como medida de presión al Barça para propiciar una venta a la baja: "Yo soy hombre de club".
Nadie se atreve a poner fecha a la oficialidad de su ampliación de contrato. En el club no descartan que pueda realizarse durante el siguiente parón de selecciones, pero tampoco les importaría anunciarlo antes de las Navidades. "No está cerrada, pero va por el buen camino", destacó Gil Marín el lunes. Los dirigentes no quieren desviar el foco en lo deportivo: la "obligada" (según Enrique Cerezo) clasificación para octavos de final de la Champions y la pelea por el título de Liga. El Cholo, tampoco.
Simeone ha tenido mano izquierda desde el verano de 2022, cuando gran parte de la planta noble del Metropolitano no era partidaria de la continuidad de Antoine Griezmann. La grada se encontraba lejos aún de brindarle la absolución, pero mucho más difícil resultaba que los directivos aceptaran el quite del perdón del francés, tras un primer año de cesión con un rendimiento gris, como el propio Simeone reconoció. Nadie quería a Griezmann tras su paso por el Barça, excepto el Cholo.
"Hablar de Griezmann cuando todos por ahí no estaban tan de acuerdo con su regreso, yo estaba convencido de que estaba nacido para jugar en el Atleti", fue la tímida reivindicación del técnico argentino. La cabeza dura de Diego Pablo Simeone ha vuelto a colocar al Atlético en un lugar de privilegio, tras 11 temporadas consecutivas jugando la Champions. El año anterior, por estas alturas, algunos ejecutivos empezaron a filtrar nombres como el de Luis Enrique, Marcelino y el Muñeco Gallardo después de la debacle de Oporto. El Cholo sobrevivió a la gran crisis, muy diferente a la de 2016, después de perder la segunda final de Champions y en la que el técnico valoró seriamente no continuar.
![Riquelme celebró con Griezmann el primer gol del partido ante el Celtic. AFP](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202311/08/media/cortadas/RIQUELME-CELTIC-U14180580824aaS-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
El problema del carril zurdo
El perfil de "hombre de club" lo cumplió todo el verano sin mensajes ni recados malsonantes ante la prensa por asunto del necesitado fichaje del '5'. "Tenemos un plan A y si no un plan B", deslizaba con cierta resignación. La solución por parte de la Dirección Deportiva, como lo que sucedió tras la noche fatídica de O Dragao, fue la misma: cantera y ventas. El 'fichaje' fue recolocar a Barrios de '5', cuando le ve más posibilidades de interior, y mantener en la recámara a Witsel, a quien prefiere de central en lugar de '5'.
La venta, en este caso, fue la de Yannick Carrasco, en el último día de mercado. Todo el mundo se olía el traspaso, pero Simeone negaba la mayor poniendo al belga como titular en los tres partidos de Liga en verano: Granada, Betis y Rayo. Su única petición a Berta fue que no vendieran ni a Lino ni a Riquelme, aunque no les diera bola al principio de temporada. El experimento lo realizó en verano: el ex del Valencia y el ex del Girona eran bautizados como nuevos carrileros zurdos de la plantilla, por delante del único fichaje por el que la entidad invirtió dinero, Javi Galán.
Si bien es cierto que en la trayectoria del Cholo en el Atlético aparecen fichajes con su firma que luego no disfrutaron tantos minutos en el césped (veáse Vitolo o Gaitán), el caso de Javi Galán sigue siendo un misterio porque los rojiblancos desembolsaron unos 5 millones de euros más Manu Sánchez (con tres años de sobresaliente Erasmus, a lo Roro, en Osasuna). Desde la segunda semana de entrenamientos, en julio, el lateral extremeño apenas ha entrado en los planes del argentino hasta el día de Glasgow, que le sirvió para sumergirse más aún en el ostracismo.
"Lino es un jugador diferente. Lo vimos en los entrenamientos. Tiene velocidad, fútbol asociativo, trabajo, humildad. Y Riquelme lo mismo. Uno se fue al Valencia y otro al Girona cedidos. Cuando sabíamos la posibilidad de salir de Carrasco no queríamos quedarnos sin ninguno de los dos", subrayó el Cholo tras el 6-0 al Celtic.
Cuando Lino se había consolidado en el once inicial, el brasileño sufrió un esguince de rodilla ante el Celta que vino a evidenciar, nuevamente, el problema en el carril izquierdo: el Cholo no confía en Javi Galán y el último recuerdo de Riquelme como titular fue en Mestalla (3-0), donde salió del once al descanso. Roro marcó frente al Alavés y contra Las Palmas fue el que más ocasiones creó (cuatro, con palo incluido). Lo del Celtic ha sido algo más que su consagración, también la de Simeone ante un aparente problema de planificación. Mucha mano izquierda para resolver el problema del ala zurda y mucho tacto al saber medir sus desafíos y peticiones cuando su propio contrato se encuentra aún por oficializar...