ARSENAL 3 - REAL MADRID 0

Mikel Arteta, el entrenador que interviene y lleva al Arsenal a la élite vapuleando al Real Madrid

La temporada del club del norte de Londres no estaba siendo perfecta, pero este 3-0 lo cambia todo.

Arteta y Courtois se saludan tras el partido. /AFP
Arteta y Courtois se saludan tras el partido. AFP
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Visto al calor de una victoria histórica, porque sin duda lo es asaetear tres veces al Real Madrid en Champions, suena raro que en el ambiente del Arsenal la magia este año se haya desvanecido un poco, pero así era hasta que a las 21.00 de este 8 de abril rodó el balón y cambió todo casi de repente. El equipo de Arteta ha dado un paso más, uno rotundo, ha demostrado ser élite europea, algo que sin duda está en el ADN del club, pero desde luego no tanto en los últimos años.

¿Por qué estaba el ambiente un poco marchito? No es tanto porque vayan segundos en la Premier, la liga más competitiva de Europa, la mejor, sino por la manera en la que se han visto en esa posición esta temporada. El caso es que los dos años anteriores el Arsenal se veía en ascenso, mirando cara a cara al Manchester City y esta, que el equipo de Guardiola, siempre intocable, se ha desplomado, se ha encontrado que no modificaba su puesto, que el Liverpool, que se suponía que estaba detrás en su evolución, les comía la tostada.

Por eso había runrún, porque quizá se esperaba algo más. ¿Qué aficionado no quiere más, no pide más? El caso es que ese punto negro en el que estaban, al que se sumaba una cadena de desdichas y lesiones, les hacía llegar con ciertas dudas a la Champions. El equipo del norte de Londres, además, no tiene un historial en la gran competición europea a la altura de lo que han hecho en Inglaterra. Son, sin duda, un grande en el país, y han ganado muchas ligas, pero en Europa su historial no está a la altura de otros grandes del país.

Arteta: "Tenemos que crear nuestra historia". UEFA

Es lo de menos, porque cuando llegó el Madrid esta vez estaban más que preparados. En realidad llevan bastante tiempo construyendo esta victoria, y las otras muchas que han ido convirtiendo un club que había perdido la identidad en otro que se planta en cada partido con muy buenas cartas para ganar. Mucho de ese trabajo hay que ponérselo en el haber a Arteta, el técnico español que surgió del banquillo de Guardiola, sí, pero que indudablemente tiene una personalidad propia.

Llegó el vasco al banquillo cuando el club estaba muy abajo, quedándose fuera de la Champions casi cada temporada y con algunos intentos fallidos como el de Unai Emery. El equipo había tenido buenos jugadores, pero no una línea buena, con fichajes dudosos en los que se barruntaba que había algún agente que mandaba más de lo apropiado. Arteta llegó allí con la obligación de dar la vuelta, pero también con cierta confianza de que iba a tener tiempo para actuar.

La primera temporada no fue buena, pero ganó la FA Cup, lo que le dio una bala más. En la siguiente empezó bastante mal, pero con el paso de los meses se fue quitando el óxido y empezó a verse algo más. Hubo temas de disciplina en algunos jugadores que le dieron problemas, como Aubameyang, pero el hecho de ser capaz de solventarlos fue, de nuevo, un motivo de confianza para la directiva.

Después se estabilizó, se fueron sumando piezas que venían desde abajo, como Bukayo Saka, fichajes de campanillas como Rice o Havertz, y una consistencia defensiva que encontró en Saliba o Gabriel Magalhaes, las piezas ajustadas.

Encontrar el modo de exprimir un equipo

¿Es una plantilla perfecta? No, ni mucho menos, no hay un delantero centro, lo más parecido es Havertz, que tampoco es eso, y además está lesionado. Probablemente el talento global no es tan grande, porque algunas apuestas como Gabriel Jesus no llegaron a ser las estrellas que pensaban que estaban comprando. También hubo enormes aciertos, como Odegaard, que se fue sin confianza de Madrid y en Londres demostró que con su nivel más alto es capaz de empujar a su club a la grandeza. Hoy parece fácil, pero había que recuperarle para el fútbol.

Arteta y los golazos ante el Madrid. UEFA

Arteta, que en algún momento pareció un entrenador sin el carácter suficiente para tanto club, porque no es de los que grita y patalea, fue demostrando que tenía la fuerza suficiente para ir moldeando al equipo como quería. Confió en jugadores que quizá la grada no veía, como el fichaje de Raya para la portería teniendo ya a Ramsdale, que llegaba de una gran temporada y por el mero hecho de ser inglés ya sumaba puntos. También miró a la cantera sin miedo, con hallazgos como Lewis-Skelly, que ya es incluso internacional.

Confió en un cuerpo técnico amplio, incluyendo en la nómina a Nicolás Jover, que se dedica a jornada completa a estudiar el balón parado. Y el que crea que eso no sirve es que ha visto poco al Arsenal y lo extremadamente productivo que ha sido este año para el club. La afición lo ha entendido, de hecho lo ha entendido tanto que hasta le ha dedicado un mural en los alrededores del estadio.

Mikel Arteta, el entrenador que interviene y lleva al Arsenal a la élite vapuleando al Real Madrid

 

Existieron críticas por el camino, algunas estéticas, otras de fondo. No ganar no satisface a nadie, y es difícil a veces explicar que un proceso necesita ciertos pasos. Esta temporada, también un poco por las lesiones, no ha sido el equipo más atractivo de ver. Ritmos lentos, marcadores bajos. Algo que los aficionados del fútbol pueden llegar a encontrar aburrido, pero los ingleses lo ven casi como un pecado mortal. Porque, además, al Arsenal ya se le exige otra cosa, no es el mismo equipo que en los 80 vivía del One-nil (1-0).

La sonrisa de la labor cumplida.

La sonrisa de Arteta era indudable cuando terminó el partido y encaró su paseíllo por la zona de televisiones. Sí, queda la vuelta, y un entrenador tan poco excéntrico como el vasco nunca va a dejar de ver los peligros posibles en el Bernabéu, pero también sabe que esta noche no es una cualquiera, que en esos 90 minutos se ha graduado y que el Arsenal, que siempre ha sido un grande, también ha vuelto a parecerlo.

"Creo que hemos estado a un nivel muy alto, sin eso no hay manera de meterle tres goles al Madrid. Hemos estado a un nivel muy alto, de organización, y eso que en la primera nos hemos resbalado alguna vez y ellos han podido correr con peligro", arrancaba ante los micrófonos de Movistar+.

Arteta también es consciente de que todas las horas que pasa pensando en su equipo, las conversaciones con Jover, el muy minucioso día a día, de poco vale si no hay alguien que sea capaz de ejecutarlo. Esa es también la grandeza del fútbol, que sin destellos de algunos jugadores se queda en menos. El tributo llegaba para Declan Rice, claro: "Lo que ha hecho hoy es una barbaridad. Esto a veces depende de la inspiración. Llevábamos sin marcar de falta desde septiembre de 2021, comentábamos que a ver cuándo llegaba".

La satisfacción del donostiarra es marca y la explica desde la manera que han tenido los suyos de plantarse en el campo: "Jugar con esa confianza, esa determinación, ese espíritu que hemos demostrado. Toca dar otro paso más y hacerlo allí".

Arteta ha tenido que ir quitándose capas, pesos, problemas. El equipo no siempre ha ido perfecto, pero es que tampoco existe obra perfecta que se perpetúe en el tiempo. No vino el 9 que quizá necesita, no tuvo meses a Odegaard, se ha encontrado a Saka solo ahora, justo para este partido, después de estar ko desde Navidad. Ante todo eso fue actuando, es un entrenador que interviene. Quizá no todo fue perfecto, pero tampoco sería justo pedirle más. Y, desde luego, ganar al Real Madrid en unos cuartos de Champions nunca puede considerarse cualquier cosa.