FC BARCELONA - BORUSSIA DORTMUND

El 'Mozart' del fútbol que cayó en depresión, revivió en Australia y ahora quiere construir La Masia del Borussia Dortmund: "Artistas con balón, monstruos sin él"

Desde el pasado julio, Thomas Broich es el responsable de la cantera amarilla. Su etapa de futbolista acabó en el cine.

Thomas Broich, director de la cantera del Borussia Dortmund. /GETTY
Thomas Broich, director de la cantera del Borussia Dortmund. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

"Yo de ti investigaría la figura de Thomas Broich. Es el nuevo responsable de la cantera desde el pasado verano. Tiene una visión más formativa y menos orientada a los resultados. Los jóvenes promocionan antes. El filial está luchando por no bajar a cuarta con varios jugadores sub-19 y el primer equipo ha utilizado a bastantes canteranos en el primer tramo del curso", explica uno de los técnicos de cantera del fútbol alemán, que entrena a pocos kilómetros de Dortmund, donde el Borussia intenta copiar todo lo bueno del modelo de La Masia del FC Barcelona para convertirse en el motor del fútbol base en Alemania: "Ese es el equipo [Barcelona] al que debemos prestar atención ahora mismo. Si decimos que no es posible de todas formas, y no lo creemos posible, entonces ni siquiera necesitamos competir", dijo en una reciente entrevista en Ruhr Nachrichten.

Hasta la fecha, el club de Westfalia es el más rico en una zona salvaje por la competencia. En un radio de 80 kilómetros convergen Düsseldorf, Colonia, Leverkusen, Bochum, Borussia y Schalke 04, incluso Mönchengladbach está a tiro de piedra. "Sigue siendo un club comprador. Tiene muchos recursos y cuentan con una residencia en sus instalaciones deportivas, por lo que siguen incorporando a jugadores de fuera", apunta. Y eso se traduce, por ejemplo, en futbolistas de su U-19 como el estadounidense Tyler Meiser, el italiano Luca Reggiani, el sueco William Rashidi o el austricado Thierry Fidjeu-Tazemeta. Eso pasa en todas las categorías gracias a una red de ojeadores en distintos países. "Su juego es ofensivo, pero no hay un modelo tan claro", destacan. "Queremos artistas con el balón, pero monstruos sin él", resumió recientemente Brioch en una entrevista en los canales oficiales del Borussia Dortmund.

"Cuando estaba en Alemania detecté que les faltaba formación. Cómo puede ser que en un país tan grande haya jugadores que no tuvieran claros los conceptos básicos del juego. Hay muchas cosas mejorables", detalló en la pasado Eurocopa a Relevo Albert Capellas, exseleccionador Sub-21 danés y que trabajó en el Borussia Dortmund de Peter Bosz en 2017. Actualmente, en el primer equipo hay casos como el de Jamie Gittens, fichado con 16 años de la cantera del City, o Almugera Kabar, formado desde sub-14 en Dortmund. Las dos caras de la moneda. Ahora, la llegada de Broich llena de esperanza e icógnitas el porvenir y rescata una de las historias más trascendentales del fútbol alemán en los últimos 25 años.

Hay una frase de Broich que ha retumbado los últimos meses y que genera una cierta contradicción con la que fue su historia. "Los diamantes se crean bajo presión", dijo, mientras en la memoria de los aficionados aparecen las imágenes de su carrera deportiva, la de un talento apodado el 'Mozart' del fútbol que quería jugar contra Zinedine Zidane pero que las expectativas y el modo de vida del fútbol le abocó a una depresión que curó en Australia, donde se reencontró con el fútbol y pasó a la historia del país oceánico. "Aquí es de los jugadores más conocidos, es uno de los históricos", cuenta Javi López, que ya suma cuatro temporadas en el Adelaide City.

El apodo que se ganó por llevar a un compañero en el coche

Thomas Brioch (1981) era un prometedor centrocampista, con mucho talento, que en su cuenta de correo electrónico ya dejaba claro sus ambiciones, que eran las de jugar contra Zidane (Tom conoce a Zizou). Este email da título a uno de los documentales, que llegaron a la gran pantalla, que mejor explica la vida de un futbolista que iba para ser el nuevo Netzer y que apenas tuvo recorrido en el fútbol alemán. Acabó engullido por el entorno. "Nunca hubiera creído cuánto depende de la psique", resume en el documental que estuvo dirigido por Aljoscha Pause en 2011 tras ocho años de grabación.

Todo le cambió un día, cuando jugaba en el Wacker Burghausen, de Segunda, que decidió llevar a un compañero a casa y se le ocurrió, como hacía habitualmente, poner a Carl Orff como banda sonora. Era música clásica. Unos cánones alejados de lo que es el fútbol. Desde entonces, sus compañeros empezaron a llamarlo Mozart, y su amor por la literatura, la filosofía y la música llegó a los medios... y se le colgó la etiqueta de jugador culto en un mundo más bien superficial. Se construyó un carácter que no le ayudó. Brioch tuvo problemas con entrenadores, como Dick Advocaat, con quien chocó y le hizo ganar la fama de conflictivo.

Su carrera cayó del Mönchengladbach al Colonia y luego al Nuremberg, no llegó a la selección y en 2010 decidió marcharse a Australia tras sufrir durante años una depresión a escondidas. "Yo representaba una cierta filosofía que en ocasiones iba en contra de los valores de la Bundelisga... Todo lo que hago siempre se juzga por los ojos de la gente... Todo entrenador persigue solo conseguir el éxito...", dice el propio exjugador en su documental, que se presenta así: "A Broich le encanta jugar al fútbol, pero también admira la vida, la literatura, el razonamiento moral y ético, y pronto los medios lo consideran el futbolista diferente".

Su filosofía de vida chocaba con los valores de la Bundesliga

"Deja de identificarse con el fútbol y sus personajes. Con las enormes expectativas de los medios de comunicación y de la afición siendo "diferente" como jugador juega en su contra. Su carrera comienza a tambalearse... En 2009, los síntomas de depresión lo dominaron. Unos meses más tarde, en 2010, decide escapar del gran escenario futbolístico de la Bundesliga y se dirige a Australia", prosiguen. Broich jugó en total 144 partidos en la Bundesliga, solo 19 en los dos últimos años, y solo llegó a ser internacional en las categorías inferiores. En Australia, en un fútbol menos competitivo, se convirtió varias veces en mejor jugador de su equipo, Brisbane, y en el máximo asistente histórico del campeonato. Jugó de 2010 a 2017.

Ya con otra mentalidad, Broich se abrazó a los medios que antes repudiaba y se convirtió en comentarista de televisión alemana antes de dar el salto a los banquillos. Primero, en el Hertha de Berlín, ahora en el Borussia Dortmund. Artistas, monstruos, diamantes... Los retos de un director de cantera al que la industria del fútbol le amargó su experiencia de jugador, y ahora él se encargará de filtrar a los talentos de Westfalia.