Todos están a muerte con Courtois pero todos andan muy inquietos con Lunin (y no por la gripe B)
En el Real Madrid se temen que la suplencia del ucraniano en Wembley empuje a su entorno a animarle de nuevo a querer salir pese a que su renovación está atada (2029).

Este sábado será muy importante lo que suceda en el césped de Wembley en la final de la Champions (21:00 horas). A fin de cuentas es donde se decidirá si el Real Madrid alza la Decimoquinta o, por contra, se lleva un disgusto que no sufre desde hace varias décadas. El desenlace de la Euroliga ha rebajado la euforia popular y ha recordado que, pese a los favoritismos, hay que ser prudentes y jugar. Pero también habrá que tener muy en cuenta lo que acontece más allá del terreno de juego. Caras, gestos y reacciones alrededor del verde que pueden tener su incidencia en el presente y en el futuro a corto plazo en el equipo de Ancelotti. Andriy Lunin, héroe de esta temporada, estará lejos de la portería pero más en el foco que nunca.
El club, el equipo y el madridismo ya han asimilado que Courtois será titular el sábado ante el Borussia Dortmund. Y esa realidad tiene a todo el mundo tranquilo, seguro y contento por el regreso a primera línea del mejor portero del mundo. Sobre todo por una recuperación extraordinaria de un doble percance de rodilla y por su inclusión en el once que, desde hace meses, veníamos anunciando contra pronóstico para el tramo decisivo. Las garantías que suponen sus poderes y la admiración por su forma de resurgir tiene a todos de su lado. Sin embargo, su regreso a la titularidad en Europa dejará una secuela importante: la suplencia del jugador más en forma del Madrid que, además, le ha llevado con sus paradas al lugar que está. Ese nuevo mazazo para Lunin es lo que tiene al personal bastante preocupado.
La inquietud va más allá de su estado de salud. Andriy se ha estado ejercitando en los últimos días en solitario debido a un proceso gripal (gripe B, más leve y menos contagiosa que la A) que va superando poco a poco. El cuerpo técnico lo consensuó así con el guardameta y con los servicios médicos del club para evitar un contagio que pusiera en peligro el concurso de más futbolistas en la final. De hecho, seguramente ni siquiera viaje hoy a Londres con el resto de la expedición y puede que lo haga al día siguiente o el sábado en solitario. Nadie quiere correr riesgos, ya que Lunin ha tenido unas décimas de fiebre en las últimas horas. Sin embargo, la intranquilidad con él tiene que ver más con los debates respecto a su futuro que a veces se abren en su entorno.
En el club hay mucha gente que da por hecho que Lunin no va a digerir demasiado bien que no juegue el partido más importante del curso después de haber sido uno de los pilares que han catapultado al equipo a la gloria. Pero sobre todo no lo harán su pareja (activista en redes con tino para producir contenido viral) y su padre (exmilitar que mantiene viva una mentalidad marcial). Ya no gustaron nada las últimas declaraciones del pasado 21 de mayo de su primer entrenador, Iván Markó, acompañado de la madre del arquero, Svitlana, en un reportaje publicado desde Krasnograd por Alberto Rojas para El Mundo."¡Andriy es el titular, señor Ancelotti! Si no le pone en la final puede pagarlo caro…". Fue una amenaza en toda regla. Quizás por eso, corría prisa en el club atar su renovación, que ha quedado fijada para 2029 como anunció este medio y que todas las partes quieren firmarla y anunciarla después de Wembley. El enfado por no ser protagonista en una final que se ha ganado a pulso podría enrarecer el ambiente.
Él quiere seguir, pero...
El portero ya tiene más o menos asimilada su suplencia, por lo que ve en el día a día y las declaraciones del jefe pero, aun así, se resiste a aceptarlo y quiere estar preparado por si salta la sorpresa. Recuerda que una lesión fortuita de Kepa en un calentamiento le cambió la vida. Muchos compañeros, además, le han dado aliento estas semanas y le han hecho ver que sería de justicia que jugase, aunque tengan la creencia compartida de que Courtois sólo hay uno. Pero esos ánimos sinceros le dan alas. De ahí que el internacional se preste a subir contenido en el Instagram de su mujer (@a.nastasica) para demostrarle al madridismo, con hechos y argumentos, que está a tope y que no quiere facilitar excusas ni allanar las cosas a los que tomen la decisión de alinearle o no el sábado. No ha dejado de entrenarse en ningún momento y, además de acudir a Valdebebas en los días libres (sobre todo la semana antes de ir a Vila-real donde hubo tres días seguidos de descanso para el resto), se ha machacado en su domicilio.
Lunin siente que no está solo, como otras veces. Y que en esta ocasión tiene razones de peso para molestarse. En otras circunstancias, como cuando la temporada pasada Ancelotti le sentó en La Cerámica en la Copa pese a prometerle que esa competición era suya, terminó acatando que estaba a bastante distancia de Courtois. Pero ahora ve que no es el caso y que sus exhibiciones ante el City o el Bayern, por poner sólo dos ejemplos, han acortado mucho esa brecha. Además, ha visto que leyendas como Iker Casillas se han puesto de su lado: "Debería jugar Lunin", dijo en un reciente acto.
Este empoderamiento, y el hecho de que Lunin (25 años) haya firmado recientemente con Jorge Mendes, el agente de agentes, tiene a más de uno mosqueado pese a que la sintonía con el portero siempre es muy buena. Firmar con un representante de este nivel se puede deber a dos cosas: para cerrar un contrato como el que está a punto de anunciarse o para buscar una salida (incluso habiendo renovado) que suponga un escalón infinitamente superior (¿Premier?) a los que le consiguió su anterior apoderado con las cesiones a Leganés, Valladolid u Oviedo.
Florentino Pérez, la dirección deportiva y los técnicos, como el propio futbolista, quieren que se quede mucho tiempo en Valdebebas, sobre todo porque ya es un ídolo, y confían en que así será pase lo que pase estos días. Creen que la Eurocopa (a la que irá con galones) lo cura todo y, dada su inmediatez, no da tiempo casi ni a pensar. De lo contrario, si alguien le calienta (más) la cabeza próximamente y se sale con la suya, obligaría a fichar. Y gastar dinero en la portería no aparece en ningún plan estratégico a no ser que Lunin deje un dineral con el que hace un año nadie contaba...