Cómo fue la noche de Pep Guardiola y el Manchester City en la última remontada del Real Madrid: una charla con David Trueba y un cambio de hotel

La megafonía del Santiago Bernabéu anunció el tiempo de descuento ("Seeeeis minutoooos", seguido de un grito de ánimo de toda la hinchada que ya es historia) y el Real Madrid preparó el gol de la remontada que le faltaba contra el Manchester City. Centró Carvajal, la rozó Asensio y la metió dentro Rodrygo de cabeza. La locura total. Pudo ser un gol más antes del final de la segunda mitad -había tiempo para absolutamente todo en esos seis minutos- pero fue después, ya en la prórroga, cuando Benzema culminó la heroicidad (3-1) y clasificó a los blancos para otra final de la Champions y dejó en la lona a su archienemigo reciente: el City de Guardiola.

La imagen en el césped la vieron todos; la del vestuario solo la conocen quienes estuvieron allí. Según las palabras de Guardiola, hubo silencio: "No hablamos. Nada. No hay palabras que puedan ayudar a cómo nos sentimos", dijo después. Mientras el Real Madrid escribía una página inolvidable de su idilio con la Champions, el City se diluía al borde de una segunda final consecutiva tras la lograda en 2021.

Uno de los golpes más dolorosos que ha recibido el Manchester City en la era Guardiola acababa de impactar en el pecho. Dejaron el vestuario del Santiago Bernabéu, todavía en obras y sin estar abierto en su totalidad, se subieron al autobús y, Castellana abajo, llegaron al Hotel Mandarin Oriental Ritz, al lado de la Fuente de Neptuno, donde se alojaron durante dos días junto a sus más allegados.

De lo que unas horas antes eran caras de alegría y optimismo ya no quedaba nada. Por la tarde, esperanza. Por la noche, tristeza. Se había desplazado la cúpula mayor del City, incluyendo por ejemplo a Ferran Soriano o Khaldoon Al-Mubarak. También estaban los familiares y más allegados de cada jugador, que esperaban en el hall del hotel, reservado únicamente para los miembros del club, a que llegara toda la plantilla. Y lo hicieron, cabizbajos, pasada la medianoche. Uno a uno los futbolistas y el cuerpo técnico del Manchester City entraron al hotel y pasaron el resto de la noche como buenamente pudieron acompañados de los suyos.

En el grupo de confianza de Pep Guardiola estaba el escritor David Trueba, uno de sus amigos más íntimos, que no se quiso perder la cita en Madrid y que tuvo que dar apoyo moral en una noche crítica en la que el técnico catalán no se lo podía explicar. Después de haber ganado 4-3 en la ida, los citizens echaron a perder una ventaja de 0-1 en la vuelta cuando corría el minuto 89. Trueba pasó una larga noche junto a Guardiola, el principio abatido por lo que había sucedido: sabía que el Real Madrid iba a tener una ráfaga portentosa, había avisado a los suyos, pero no pudieron frenarlo.

En los años posteriores -porque el City y el Real Madrid se han seguido viendo las caras en 2023, 2024 y 2025- los ingleses han cambiado su campamento base. Ahora, en lugar del Mandarin Oriental, y tras haber hecho dos años en el Rosewood Villa Magna, este curso han optado por el Four Seasons del centro de la capital. En las últimas dos temporadas, el partido de vuelta se ha disputado en Mánchester, por lo que no ha habido clasificaciones o eliminaciones que sufrir o celebrar en Madrid. Hasta este 2025, donde todo se resolverá este miércoles en templo blanco.