El periodismo ha perdido la batalla si solo sabe hablar de penaltis anulados y Simeones

Podemos estar de acuerdo en que nunca ha habido tanta gente analizando cada detalle de un partido de fútbol. Tanto en medios de difusión masiva como en pequeños podcasts o páginas de internet. No sé si el periodismo deportivo español pasa por una edad de oro, pero sí tengo la sensación de que hay ahora más periodistas deportivos que nunca, luchando por llamar la atención con su trabajo y enfocándolo lo mejor que pueden.
Por eso, me da un poco de rabia ver todo lo que se ha publicado después de la eliminatoria entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid. En cuarenta y ocho horas he visto ya cuatrocientos vídeos desde cuatrocientos ángulos del penalti de Julián Álvarez. No parece que en doscientos diez minutos de eliminatoria haya pasado otra cosa. El único que no se ha referido públicamente a si dio un toque o dos toques al balón ha sido precisamente el propio jugador, centrado, como es normal, en el juego.
No digo que la jugada no tenga importancia, pero, con todo, sería limitada. Incluso sin polémica de por medio, lo cierto es que el Atlético de Madrid no habría ganado la eliminatoria sin ese gol, puesto que Marcos Llorente tiró su penalti a la cruceta. Es muy llamativa y da pie a mucha discusión extrafutbolística –"es que siempre les pasa a los mismos", "es que Florentino les dijo a los del VAR…", "es que el espíritu de la norma no dice eso…"-, que, más allá del periodismo, se puede discutir en cualquier barra de bar.
A un analista deportivo yo no le pido que me diga si un jugador ha infringido una norma o no. Como mucho, que me explique la norma o me informe sobre ella-cosa que, casi nadie ha hecho, es decir, explicar por qué no puede haber un doble contacto en un tiro libre, igual que uno no puede sacar de banda y tocar después el balón o pisar la pelota hacia adelante y luego hacia atrás para sacar una falta-, pero que me la explique una vez, con eso me basta. Todo lo demás es ruido… y de ruido andamos sobrados.
Los topicazos contra Simeone
Buscando algo que tenga que ver con el partido en sí, con una eliminatoria de Champions a la vieja usanza, entre dos eternos rivales de un mismo país, con drama, con tensión, con todos los ingredientes para excelsas crónicas periodísticas, me encuentro una y otra vez con que es que "Simeone no fue valiente". Al parecer, para muchos toda la eliminatoria se resume en el árbitro y en el entrenador. Lo de Simeone se dice cada vez que juega contra el Madrid. Al parecer, siempre se "caga" cuando juega contra los de Ancelotti. Nadie aporta datos ni explica por qué, simplemente se repite de medio en medio y ya está.
"Pudo pasar por encima del Madrid y prefirió aguantar", se dice del argentino. Bueno, no conozco yo muchos equipos que hayan pasado por encima del Madrid en los últimos once años y menos en Champions, así que entiendo que no es una cuestión de voluntad. El Atlético de Madrid ganó. Tuvo varias oportunidades que fueron repelidas por un gran Courtois, disparó diecisiete veces, ocho entre los tres palos y tiró diez córneres. No sé yo si eso es "cagarse", pero no lo parece. Parece un equipo que intenta ganar y, como tiene delante a otro equipo igual de bueno, lo consigue, pero por la mínima.
Lo más divertido, con todo, es ese "siempre le pasa contra el Madrid". Desde que, en 2011, Simeone llegara al banquillo del Atlético de Madrid, el Real Madrid ha ganado cinco ligas y seis Champions. No hablamos, desde luego, de cualquier equipo, sino del gran dominador del fútbol europeo en este período. Con todo, el Atlético ha jugado, juntando todas las competiciones oficiales, cuarenta y seis veces y ha perdido dieciséis. Es muy complicado encontrar a un equipo que, a lo largo de trece años de excelencia madridista, solo pierda uno de cada tres partidos que disputan ambos clubes. La otra excepción probablemente sea el Barcelona, que presenta aún mejores números… pero con distintos entrenadores.
El periodista no puede ser un tuitero
El periodismo debe aportar lo que no aporta "saltimbanqui78" en su cuenta de Twitter, una red social, por cierto, a la deriva. Ahí, uno puede estar muy enfadado o muy contento por la decisión del árbitro y puede estar muy enfadado o muy contento por el planteamiento de su entrenador o del entrenador contrario. El periodismo no se puede permitir eso. Si cree que el árbitro se ha equivocado, debe argumentarlo y no puede ser que todos los que han decidido vincular su carrera al Real Madrid digan una cosa y todos los que la han vinculado al Atleti digan la contraria para acabar gritándose en las ondas como ultras en un estadio.
Tampoco puede dedicarse a "retuitear" opiniones ajenas. Si de verdad crees que Simeone se "caga" contra el Madrid o crees que el Atlético de Madrid pudo pasarle por encima el pasado miércoles, pero, por alguna razón que al resto se nos escapa, "no quiso", muy bien, arguméntalo. No lo repitas como un mantra o como un topicazo. No hables desde las entrañas del aficionado. Repasa los datos, repasa el partido, busca donde el forofo no tiene tiempo de buscar.
Y, sobre todo, intenta huir de lo que todo el mundo está hablando a menos. Eso es lo que diferencia a un profesional de un tuitero. No te obsesiones con los penaltis y Simeones. Toca y vete. Sé que este artículo no es el mejor ejemplo, pero me gusta verlo como el "Tractatus" de Wittgenstein: una escalera que hay que subir para después tirarla una vez arriba. Punto. A ver si en la próxima eliminatoria, los aficionados tenemos más suerte.