Las reacciones a la batalla del Etihad: el amuleto de Jobe Bellingham, el 'dardo' de Rodri...

Euforia en el vestuario blanco (salvo en el frío y "agotado" Lunin) y desolación en el del Manchester City, desesperado después de haber rematado 33 veces y cosechar otra eliminación a manos del rival que suele amargar sus caminos en Europa. La batalla del Etihad, una oda al fútbol de la que volvió a salir victorioso el Real Madrid, dejó multitud de reacciones y detalles entre bastidores.

Bellingham, que no brilló como de costumbre, contó con un apoyo muy especial desde la grada: el de su hermano Jobe, futbolista del Sunderland (a unos 200 kilómetros de Mánchester) que jamás ha podido desplazarse a España para verle jugar desde que fichó por el equipo de Ancelotti. Esta vez ejerció de amuleto en uno de los primeros partidos grandes de Jude. "Es muy bonito, la primera vez que me sigue en directo con el Madrid", aseguró emocionado el inglés en TNT.

Después mostró su "orgullo" por haber vivido una noche "mágica". "Nunca podría haber soñado con cómo ha empezado mi etapa en el Real. Sólo espero que la sensación que tengo jugando para el club, poniéndome este escudo en el pecho, continúe por mucho tiempo y que haya más días como este". Al final se le vio fundido por el esfuerzo. "Estaba casi muerto de pie. Es muy difícil. Ellos están continuamente en posesión del balón y te mueven. La mayoría de los equipos se desmoronarían cuando el City te supera, pero nosotros aguantamos a la perfección", elogió.

Otro testimonio que puso los pelos de punta fue el de Lunin, que ha dejado atrás momentos difíciles para brillar como nunca desde que aterrizó en el club de Chamartín hace ya unos cuantos años. "El trabajo siempre tiene recompensa. Lo de la salida, si me quedo o si me voy, es un tema más de la prensa. La única dificultad ha sido la guerra en mi país, porque allí residen mi familia, mis amigos... No resulta fácil ir día a día a entrenarte cuando te salen en el teléfono las peores noticias. Trato de ayudarles como puedo. Noto el apoyo de esa gente y trato de enviárselo de vuelta".

El avance de la invasión rusa es constante y el meta, entre parada y parada, quiso mandar "ánimo" a sus compatriotas. "Estoy orgulloso de ellos y sé que esto va a acabar pronto. Viviremos todos en paz". Sus elogios deportivos fueron para Luis Llopis, el preparador de porteros: "Por supuesto que habíamos preparado los penaltis. También ha habido consejos de los compañeros. De Modric, por ejemplo. Gracias a eso y a la preparación con Llopis, lo hemos conseguido". Los de Bellingham se dirigieron a Ancelotti: "Nuestra mayor fortaleza es que encuentra una manera de dejar que muchos juguemos con libertad. Como hombre, te llena de calma y confianza".

El trofeo del MVP del duelo recayó en Fede Valverde, un pulmón incansable que defendió a capa y espada a uno de sus compañeros más queridos. "El trabajo ha sido increíble por parte de todos, pero felicito a Lunin. Después de que le criticasen y le dijesen 1.000 cosas por una jugada que le puede pasar a cualquiera (la del 0-1 de Bernardo Silva en la ida), sacó el coraje que hay que tener en el Real Madrid". El uruguayo resaltó que hasta el tanto de De Bruyne "se cumplió el plan"; Kroos alabó que era "la única posibilidad" de resistir.

El alemán, además, maldijo no haber podido chutar en la tanda al haber sido sustituido antes ("he sufrido, prefería tirar por hacer algo") y dejó, posiblemente sin querer, una frase llena de significado para el Real Madrid: "No se puede ganar siempre, pero a veces sí". Después de que Valverde apelase al ADN ("hay que lucir la garra"), el capitán Nacho ensalzó el espíritu de los blancos: "Este rival aquí te somete mucho, pero somos el Madrid. Hemos demostrado que defendemos de forma espectacular. El objetivo está cumplido. Ahora, a pensar en lo que viene".

La otra cara de la moneda la pusieron los jugadores del City. Rodri Hernández, desquiciado, le lanzó un pequeño dardo a los de Carletto. "Para ser honesto, sólo vi a un equipo sobre el campo", aseveró en declaraciones recogidas por el periodista Fabrizio Romano. El que pasa a semis, sin embargo, es el Madrid, que se medirá al Bayern en una eliminatoria con ida el 30 de abril y vuelta el 8 de mayo.