CHAMPIONS | REAL MADRID 5 - DORTMUND 2

El Real Madrid es capaz hasta de dejar mal a Valdano: "No veo clima de remontada"

Ni el público silbó en exceso la primera parte nefasta del equipo. Después enloqueció, como el comentarista: "Es una expresión futbolística".

El Madrid y el Bernabéu celebran uno de los goles./REUTERS
El Madrid y el Bernabéu celebran uno de los goles. REUTERS
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El Real Madrid lo ha vuelto a hacer. Las redes sociales eran un clamor. Otra vez igual. Otra remontada increíble. Otro partido en el que pudieron salir goleados y que acaban reforzados, con una sensación de invencibilidad aplastante. Un poderío que solo este equipo es capaz de replicar una y otra vez en la Champions League. Esta vez, eso sí, había un aire diferente, un aroma a fracaso. Los blancos llegaban a este primer gran examen continental con la sensación de que no habían terminado de arrancar. La primera mitad desastrosa sucumbía los ánimos de cualquiera. Hasta Valdano, un ilustre madridista, se resistía a creer en Movistar Plus+: "No veo clima de remontada".

Lo cierto es que no le faltaba razón. En la primera mitad el estadio cayó en un clima de apatía, silencioso, animando con tibieza y sufriendo en silencio los goles y las amenazantes llegadas del Dortmund. Ni siquiera en el entretiempo respondieron como se esperaba. El público suele ser certero e incluso cruel cuando las cosas no salen en el primer tiempo. Las pitadas al descanso resultan atronadoras cuando el equipo hace méritos para ello. Y, en esta ocasión, sorprendieron. Fueron dóciles, apenas unos murmullos fuera de tono. El Madrid ni vencía ni convencía, pero, sobre todo, ya no daba esa sensación de poderío.

Ya en la segunda mitad, los de Ancelotti apretaron y el público comenzó poco a poco a sentir que podía ocurrir de nuevo. No despuntaron hasta el primer tanto del equipo, obra de Rüdiger a pase de Kylian Mbappé. El Dortmund sentía temor, el equipo olía la sangre y el público ya comenzó a vitorear como si ese primer tanto valiese por cinco. Llegó en el 60', quedaba tiempo, aunque las sensaciones de esos quince minutos de segunda mitad tampoco resultaban especialmente esperanzadores.

Pero un gol en el Bernabéu lo cambia todo, es una fuerza voraz de la naturaleza, son las fieras carroñeras lanzadas a por su objetivo. Es la sensación de todo un estadio sabiendo que el partido va a acabar en victoria madridista. Y todo es todo: parecía que hasta el Dortmund en completo era consciente de que ya no había que hacer. Todavía más cuando Vinicius marcó el empate solo dos minutos después.

Tras veinte minutos al compás, con ataques más suaves, conteniendo por si acaso un contragolpe rompía de cuajo los esfuerzos anteriores, Lucas Vázquez marcó el tercero y el público terminó de romperse. Ese ambiente que no existía que reflexionaba Valdano se convirtió en un festival. Y Vinicius, que ya estaba desatado, imparable, cerró la fiesta con otros dos golpes como preludio del Balón de Oro que ganará casi con total certeza el próximo lunes en París.

Valdano, que dudó, que incluso se pudo decir que no creyó, utilizó su altavoz para describir literariamente una nueva epopeya futbolística en el Santiago Bernabéu: "El rival termina abatido. Es una expresión futbolística de la que el público no se cansa nunca. Sale con recuerdos inolvidables". Y cerró: "Hoy se puede decir que 30 minutos en el Bernabéu son molto longos". El Real Madrid, da igual cómo, lo consiguió una vez más. Una remontada que silenció hasta a leyendas como Valdano y que hizo creer a un público deprimido que todo era posible.