La relación entre la Lazio y el Atlético de Madrid con Jugovic, Vieri, Simeone, Chamot, Venturín, Albertini…
Jugovic jugó un papel decisivo en el fichaje del 'Capocannoniere': "Antic me llamó para preguntarme si Pippo (Inzaghi) o Vieri".
Se puede decir que con la Lazio comenzó todo. Al menos para Diego Pablo Simeone, puesto que contra este equipo arrancó su camino en Europa como entrenador del Atlético de Madrid. El primero de sus 122 encuentros en competición europea lo disputó en el Olímpico de Roma, en el mismo estadio donde vistió 136 veces la camiseta de la Lazio y ganó un Scudetto, una Coppa, una Supercopa de Europa y una Supercopa de Italia, entre 1999 y 2003.
Pero mucho antes de ese 1-3 de 2012 e, incluso, de que el Cholo desembarcara en la Lazio en 1999, se fraguó una conexión entre ambos clubes más allá de la figura del argentino y que tiene que ver con Christian Vieri. Radomir Antic telefoneó a Vladimir Jugovic en la primavera de 1997, cuando éste aún era jugador de la Juventus de Turín. "Me hizo una pregunta sencilla: "Pippo (Inzaghi) o Vieri". Le dije que Bobo era la mejor solución para el Atlético en ese momento", confesó el exjugador de la Lazio y el Atlético a Nebojše Petrovića.
De alguna manera, el consejo de Jugovic, que en 1997 recaló en la Lazio, fue determinante para que el Atlético de Madrid desembolsara 4.300 millones de las antiguas pesetas por Christian Vieri. Ese Atleti de Jesús Gil tiró la casa por la ventana aquel verano, donde también vinieron Juninho, José Marí o Lardín. Precisamente, la Lazio de Jugovic apeó en semifinales de la competición al Atlético, con 0-1 en el Calderón (con exhibición de Jugovic que valió su fichaje por el club rojiblanco para el curso siguiente) y 0-0 en el Olímpico de Roma, donde el '9' rojiblanco se quedó sin marcar. Eso sí, en la final, Simeone arrebató el título a esa Lazio: fue titular en la final de París, donde marcaron Zamorano, Zanetti y Ronaldo.
La polémica venta de Vieri a la Lazio
"Entrar en la UEFA es una limosna. Vieri o se adapta al sistema o si no, voy a tener que hablar con él seriamente", decía Jesús Gil al finalizar la temporada. Vieri, ese crack de los cuatro goles al Salamanca, el gol imposible al PAOK (y por el que Gil le regaló un Ferrari) y Pichichi de la Liga con 24 goles en 24 partidos, acabó el curso con desplantes públicos a Radomir Antic. La solución de Jesús Gil fue fichar la mano dura italiana de Arrigo Sacchi, que vino acompañado del 'sargento' Vincenzo Pincolini, como preparador físico, y varios fichajes procedentes de la Serie A: Chamot, Jugovic y Venturín (de la Lazio), Torrisi (Bolonia) o Serena (Fiorentina). Así es como nació aquel Atleti italianizado del que Torrisi y Serena nos radiografiaron en Relevo.
Christian Vieri llegó tarde a uno de esos entrenamientos infernales de pretemporada, en el verano de 1998, y Sacchi le apartó unos días del equipo por indisciplina. No le iba a poner a jugar hasta el cuarto o quinto partido de Liga como castigo. Detrás andaba la Juve interesada en ficharle, pero finalmente se marchó al Lazio por 4.300 millones de pesetas "ante el deseo del jugador de abandonar el equipo y regresar a su país de origen", según explicó el club en un comunicado.
Del discreto paso de Venturin a la venta de Chamot
Giorgio Venturín fue una de las peticiones de Arrigo Sacchi para intentar solucionar el descalabro que sufrió el equipo en Navidades. "El problema fueron las vacaciones de Navidad, que nos dejó una semana de vacaciones y perdimos cinco partidos seguidos", recuerda Torrisi. El centrocampista italiano venía procedente de la Lazio, donde tampoco había sido titular indiscutible y había sido cedido incluso a equipos como el Cagliari. Su llegada no tuvo mucho sentido una vez que Sacchi fue destituido en el mes de febrero.
Chamot llegó también bajo el brazo de Arrigo Sacchi después de convertirse en uno de los mejores centrales del mundo tras cuatro temporadas en la Lazio. Aguantó un año y medio en el Atlético: el de Sacchi y Antic (98-99) y el de Ranieri y Antic (99-00). Su venta, precisamente, vino con el club intervenido judicialmente, con Luis Manuel Rubí. Cuatro años más tarde, el argentino empezó a entrenarse con el Leganés, en Segunda División, con Pekerman, como director deportivo, y Carlos Aimar, como entrenador, y llegó a jugar un partido, pero desapareció cuando el mecenas del proyecto, Daniel Grinbank, abandonó el proyecto pepinero.
El último trasvase, Albertini
Como tantos otros italianos en la historia del Atlético, Demetrio Albertini sólo aguantó una temporada en el Calderón. Fue la campaña en la que el equipo rojiblanco retornó a Primera División, con Luis Aragonés en el banquillo, después de haber vivido una época dorada en el Milan, donde conquistó, entre muchos títulos, una Copa de Europa. El Milan le cedió, junto a José Marí, asumiendo el 80% de su ficha.
"El Atlético de Madrid fue la primera vez en mi vida que salía del Milan. Jugamos muchos buenos partidos, no olvidaré nunca la falta en el derbi", comentaba el exfutbolista en la última visita que hizo a la capital de España, en el mes de marzo. Después de 28 encuentros y dos tantos de rojiblanco, se marchó a la Lazio, donde en el mes de noviembre se rompió el menisco.
Albertini fue el último nombre propio en ese trasvase de futbolistas entre madrileños y romanos. En la historia de ambas entidades se han enfrentado en cinco ocasiones: los citados dieciseisavos de final de la Europa League, de la 2011-12 (con 1-3 en la ida y 1-0 en la vuelta), las semifinales de la UEFA de la 97-98 (en donde marcó Jugovic) y en la Copa Latina, de la 1949-50, donde el equipo colchonero ganó 2-1.