FINAL DE CHAMPIONS | CITY 1 - INTER 0

El impulso de Rodri: el más titular para Guardiola desde Messi

El centrocampista madrileño cerró una temporada inolvidable con el primer gol de la historia del City en una final de Champions.

Rodrigo festeja el gol ante el Inter. /EFE
Rodrigo festeja el gol ante el Inter. EFE
Marcos Durán

Marcos Durán

Si tu entrenador te dice: "Relájate, has sido el mejor mediocentro de Europa con diferencia", te puedes hacer una idea de lo que ha sido tu temporada. Si tu entrenador se llama Pep Guardiola, que ha sido de los mejores en tu puesto, esa frase tiene todavía más peso y sentido.

Rodri ya tiene 26 años, es un jugador hecho, que pasó por Villarreal y Atlético de Madrid, donde estuvo una sola temporada. Con Simeone era titular y clave, pero Guardiola se enamoró de él y se lo llevó a Inglaterra.La relación de Pep con Rodrigo ha sido excepcional en estas cuatro temporadas y en el descanso de la final, el técnico le dio la responsabilidad: "He estado horrible en la primera parte, impropio de mí. Pero el míster me ha animado, me ha dicho a la cara que estaba mal, que era un líder y tenía que cambiar la mentalidad y eso he hecho".

En su segunda temporada en el club, Rodrigo fue suplente en la final contra el Chelsea en Portugal. No jugó ni un minuto. Guardiola optó por Gundogan en el pivote con Bernardo Silva y Foden por delante. El madrileño tenía una cuenta pendiente que hoy pudo saldar.

A la altura de Messi

Rodrigo, desde su llegada al City, nunca ha jugado menos de 46 encuentros, pero esta temporada ha sido diferente, porque con 52 titularidades, el mediocentro es el jugador de campo que Guardiola ha hecho jugar más de inicio desde un tal Lionel Messi en la temporada 11/12, cuando jugó 57 partidos como titular en el Barcelona. Este dato es el resumen de lo que significa Rodrigo Hernández en el ecosistema de Guardiola y el Manchester City: es insustituible.

Rodri y Guardiola tras el partido.  REUTERS
Rodri y Guardiola tras el partido. REUTERS

Además de la confianza de su entrenador y su cuerpo técnico, el comienzo de la cuarta temporada del madrileño en el club fue diferente, ya que fue elegido como uno de los capitanes del equipo por votación de sus compañeros. Además de influir dentro del campo, lo hace fuera, siendo uno de los más respetados y escuchados por los demás.

En la primera parte de la temporada fue clave, siendo suplente solo en un partido de Champions y jugando todos los encuentros de Premier League menos la goleada contra el Manchester United en el Etihad. Todos rotaban, pero el mediocentro se mantenía firme, siendo el ancla del equipo.

Paréntesis central

Entonces llegó el parón por el Mundial y Rodrigo se fue con España a Catar. España llegó con la vitola de favorita al torneo, pero el equipo se volvió a casa tras no superar los octavos de final contra Marruecos.

Rodri durante el Mundial de Catar.  EFE
Rodri durante el Mundial de Catar. EFE

En la cita mundialista, Luis Enrique tenía un plan para Rodri: que juegue de central.El madrileño nunca lo había hecho con la Selección y claro, le costó la adaptación: "Jugar de central son tres conceptos, pero cuestan. También hay que cambiar la mentalidad. Lo que más me transmitieron es que no hay que ser un pivote jugando de central. Hay que ser un central". Y claro, le costó, porque no es su posición natural.

Vuelta a su hábitat natural

Tras la eliminación de España, Rodri volvió a su posición, la de pivote, centrocampista, mediocentro. El Manchester City tras la pausa comenzó a jugar mejor y ganar más. El Arsenal se desinflaba a medida que los de Mánchester sumaban puntos y las distancias se acortaban.

Rodri jugaba cada vez mejor y eso se sumaba a la inclusión de Stones en esa zona del campo, lo que le daba más y más libertad al centrocampista, algo que le gusta mucho. El Kun Agüero, en la previa de la final, ilustraba así a Rodri: "A él le gusta tocar e ir para adelante, pero a Pep no, quiere que toque y se quede. Pero él se va al ataque".

Rodri y la Copa de Europa.  REUTERS
Rodri y la Copa de Europa. REUTERS

Rodri ya no es ese pivote posicional que solo hace coberturas defensivas y sale jugando. Ahora toca, se desplaza y llega al ataque. Lo vimos con el golazo contra el Bayern Múnich con un zurdazo desde fuera del área, lo vimos contra el Inter llegando desde segunda línea tras un rebote. Lo dicen los cánones del fútbol: llegar es mejor que estar. Y Rodri se la pasa llegando todo el partido donde al equipo le hace más falta.

Ahora, además de campeón de Inglaterra, es campeón de Europa. Lo de mejor mediocentro del mundo puede ser demasiado, pero si lo dice Pep Guardiola, no lo parece tanto.