Rüdiger entra en el 'club de sangre' del Real Madrid
El alemán se jugó el físico como antes hicieron algunas leyendas.

Antonio Rüdiger vivió ayer su bautismo como madridista. Hizo un partido excelso contra el Shakhtar Donetsk, intratable en cada uno de sus duelos, robando numerosos balones y poniendo al servicio del equipo su energía y su liderazgo. El cierre de función no pudo ser mejor: tras rozar el gol en una jugada previa, remataba sobre la hora un centro medido de Kroos, anticipando la salida de Trubin y consiguiendo el empate. Se dejó el físico por un punto sobre la hora, en una demostración de valor que el madridismo adora. Se puede decir que fue su bautismo de sangre, como ya lo hicieron otros muchos jugadores blancos antes, convirtiéndose en leyendas algunos de ellos.
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— Madrid Xtra (@MadridXtra) October 11, 2022
"La camiseta del Real Madrid es blanca. Se puede manchar de barro, sudor y hasta sangre, pero jamás de vergüenza", afirmaba Alfredo Di Stéfano. Rüdiger siguió la indicación de la Saeta Blanca al pie de la letra. Acabó con 20 puntos de sutura en la frente y la camiseta empapada de sudor y sangre. Se levantó como un guerrero y pidió entrar pocos minutos después de recibir el golpe. Después del partido, tras ser atendido en el vestuario, salió por su propio pie, limpiándose todavía marcas de sangre de la cara. De hecho, en el avión le tuvieron que poner una nueva gasa porque no la hemorragia no se paraba del todo.
Una saga de centrales sangrantes
Su ídolo, Pepe, pasó por lo mismo. Igual que Rüdiger, era un futbolista que no huía del choque con los rivales, y en más de una ocasión le costó heridas. En un partido de Champions contra el Copenhague, se golpeó con Daniel Braaten. Tuvieron que ponerle un aparatoso vendaje, pero mostró su dureza terminando el partido. Casi diez años después, los aficionados del Madrid han recuperado la imagen para comparar a su ex central y al actual, siempre relacionados.
Otro central que sangró más de una vez fue Sergio Ramos.La primera fue en 2007, en una eliminatoria de Champions contra el Bayern Múnich. El holandés Roy Maakay le daba un cabezazo en la nariz lo que le provocó al de Camas una hemorragia que manchó toda su camiseta. La nariz volvió a sangrarle diez años después, en una jugada muy recordad en los derbis recientes. Lucas Hernández le daba una patada en la cara, rompiendo el tabique del central. En aquel caso, aguantó diez minutos, hasta el descanso, pero la sangre no paraba de brotar y tuvo que ser sustituido. "Volvería a sangrar una y mil veces más por este escudo y esta camiseta", firmó en redes sociales tras el partido.

En la retina de muchos madridistas también está la figura de Heinze. El paso del argentino por el Real Madrid es recordado por muchos por un partido en concreto: un alirón contra el Osasuna en el Reino de Navarra, donde acabó con la camiseta empapada en sangre. En su caso fue por una herida en la mano.
Los delanteros también sangran
Hubo dos delanteros que, en la época reciente de la historia blanca, han destacado por su manera de 'guerrear' contra las defensas. El primero, Raúl, que también ha vivido estos lances. Uno de ellos fue contra el Barcelona en un Clásico en 2005. En una de la primeras jugadas del duelo, chocaba con Puyol y ambos eran atendidos. El problema es que el madrileño tuvo que salir a la banda un par de veces ya que su hemorragia no frenaba del todo. Esto no lo frenó, y marcó un gol decisivo en el triunfo del Madrid (4-2). Unas grapas sirvieron para que aguantase hasta el minuto 85', cuando fue sustituido.

Por último, no se puede olvidar a Cristiano Ronaldo, un jugador que no huía de ninguna batalla. En un duelo contra el Levante en 2012, David Navarro le abrió el párpado con un brutal codazo que, además de mucho dolor, provocaba que el portugués no pudiese ver con claridad. Esto no acabó con su hambre insaciable, y anotó el primer gol de su equipo cazando un rechace en el área y definiendo con maestría.

Pepe, Ramos, Raúl o Cristiano... Un club de futbolistas que se dejaron el físico literalmente por el Madrid. A esa sociedad se ha unido Rüdiger, que se está metiendo a la afición en el bolsillo con buen juego y, también, con esa personalidad fuerte que muestra en cada partido. Un nuevo guerrero está en el Bernabéu.