Siniestro total del Real Madrid en Londres

Declan Rice nunca había marcado un gol de falta y esta noche anotó dos de los libres directos más increíbles de la Champions. El Arsenal era un equipo que jamás aparecía en las grandes citas. El Real Madrid se plantó en el Emirates con Mbappé, Vinicius y Bellingham y apenas generó peligro. Los primeros cambios (y casi los únicos) de Ancelotti fueron Fran García y Lucas Vázquez. Así se escribió un capítulo oscuro del cuadro merengue en su competición más decorada.

Enfrente compitió un Arsenal que sí fue lo que se esperaba. Un equipo dinámico, robusto, esforzado, con calidad e ímpetu, con gol, pese a no tener delantero. Los blancos aguantaron hasta que Courtois dejó de ser infranqueable, hasta que el destino, parece que este año cobrándose todas sus ventajas, dijo basta. Lo peor fue que nadie, ni Mbappé ni Vini, se revolvió desde su camiseta gris, en un día muy gris.

Al descanso del encuentro entre el Real Madrid y el Arsenal se escuchó en la redacción que no habría goles. Un 0-0 de manual, decían. Los periodistas saben mucho. Lo que hizo el Arsenal fue pintar tres obras de arte. Nicolás Jover, el miembro del staff técnico de Arteta dedicado a las jugadas a balón parado, a las partituras. Rice al lanzamiento. Era el primer gol.

Jover le hizo el gesto al mediocentro: que chutara con comba, por fuera de la barrera. Y el británico lo ejecutó mejor que en sus sueños. El tanto, formidable, superó a un Courtois que todo lo paraba. Sólo era la antesala de uno de los mejores goles de falta que se marcaron en la Champions.

Declan Rice, lo que la generación TikTok se pensó que era David Beckham chutando a balón parado, clavó a la escuadra una belleza. 2-0 y el Madrid aniquilado. La guinda, otro golazo de Mikel Merino con su zurda al primer toque desde dentro del área. Ante esos tres tantos hubo poco que hacer. Pero los de Ancelotti no hicieron nada en el Emirates.

El desastre del Real Madrid en Champions se veía venir. Tras una primera parte en la que los blancos resistieron, más por supervivencia que por buen hacer, saltaron por los aires en la segunda mitad. El conjunto merengue no tuvo respuesta al dominio del Arsenal, y apenas intimidó al contragolpe, con Vinicius, Mbappé, Rodrygo y Bellingham y una defensa rival en cuadro. Es un síntoma que explica los problemas de 'Carletto'.

Ancelotti ha sido incapaz de domar su plantilla durante toda la campaña. Sólo halló la solución con la irrupción de Dani Ceballos, y sin él el Madrid ha sido una pena. Por contemplar piezas de tanto glamur jugar como un equipo reducido y tan desordenado, en el que todo parece una prueba.

Por fin. Tuvimos que volver a Europa para recuperar la fe en el arbitraje. El bosnio Irfan Peljto firmó una actuación espléndida en el Emirates. Consiguió algo inédito en España: no nos dimos cuenta que había un trencilla por el campo. No interrumpió y decidió rápido cuando había que hacerlo, en un posible penalti por manos a favor del Arsenal, que no fue.

Controló el choque, vertiginoso por momentos, dejando jugar y sin entorpecer. Sin protagonismo, aunque chafó su aportación impoluta con la expulsión de Camavinga por desplazar el balón, que bien se pudo ahorrar.