Cómo el Real Madrid sobrevivió a 113 toques en su área... con sólo 11 en la del City
El conjunto blanco sufrió el peor sometimiento de su historia en Champions League para pasar a una nueva semifinal europea.
A veces el fútbol es inenarrable. Vida y fútbol se cruzan en un espacio que no solo el Real Madrid domina, pero que sí solo él conjuga con tanta regularidad y maestría en Europa, donde los blancos transforman el sufrimiento en abono para competir todavía más. Ante el Manchester City, los de Ancelotti vieron cómo les disparaban más que nunca (desde que Opta tiene datos desde 2003), hasta en 34 veces, y cómo el rival llevaba la pelota más que nunca a su área (88 ocasiones). A pesar de jugar sin su único mediocentro defensivo capaz de ganar duelos aéreos (Tchouameni), el Real Madrid aguantó como siempre para ganar... como casi siempre.
"No tengo reproches. Hemos jugado fantásticamente bien en todos los apartados, pero no ha podido ser. Felicito al Real Madrid por defender tan bien, de forma tan solidaria. Lo hemos intentado todo", dijo Pep Guardiola después de caer en los cuartos de final tras un partido que recuerda, por fondo y forma, al del Allianz Arena en 2016, cuando el Atlético de Madrid resistió el ataque constante del Bayern para colarse en la final de Milán. El Real Madrid sumó 11 toques en el área de Ederson, suficientes para marcar el gol y generar una ocasión clarísima al borde del descanso de la primera prórroga (Rüdiger). De nada sirvieron los 113 toques del City porque los blancos resistieron siempre.
Un ajuste que dio resultados... pero no goles
En el segundo tiempo, el City hundió de forma definitiva al Real Madrid. Guardiola ajustó las posiciones de Foden y Silva, llevando al portugués a su hábitat natural, el extremo diestro, y metiendo al inglés en zonas interiores junto a De Bruyne. Con ese ajuste, el City pasó a ser un equipo muy ancho y, a la vez, con hasta cuatro referencias prácticamente viviendo en la frontal (Akanji, Rodri, De Bruyne y Foden), lo que hundió definitivamente al equipo de Ancelotti, dejándolo sin mecanismos para salir.
Una de las claves fue el posicionamiento de Rüdiger en las diagonales de Grealish. Como se aprecia en la imagen, el alemán se sitúa tapando un posible disparo al segundo palo, permitiendo que Lunin esté muy pendiente del suyo y el atacante no tenga demasiadas opciones a la hora de dirigir su disparo. Entre Carvajal y Rüdiger taparon 9 disparos del City, minimizando gran parte de las opciones del equipo de Guardiola una vez encontraban a Grealish o Doku en esa zona.
Dani Carvajal, el MVP del partido
Si algo explota a la perfección el City de Pep es el dentro-fuera y fuera-dentro entre extremo, interior y un mediocentro que siempre da apoyo a la frontal. En base a desmarques, pases y repeticiones, el City desarbola al rival y logra meter la pelota buscando atacar los espacios más débiles en el área contraria. Allí emergió la figura totémica de Dani Carvajal. El de Leganés siempre responde de la misma forma cuando la competición se tuerce y requiere apretar los dientes, y si el City no destrozó al Real Madrid como el juego marcaba fue, en gran medida, gracias a su actuación defensiva.
Fue el futbolista que realizó más acciones defensivas en todo el partido, con 21. Fueron más acciones que las de Rüdiger y Nacho juntas. Nadie despejó más balones (7), ni ganó más duelos aéreos (5), ni bloqueó más pases (4) que el canterano, que tuvo que enfrentarse a Grealish y después, ya amonestado, a Jeremy Doku. Su resistencia en el uno contra uno, forzando que el rival en muchas ocasiones tuviese que recular, fue tan importante como la enorme capacidad de resistencia en área propia para aguantar los centros laterales constantes del City, que tienden a buscar la espalda del lateral más alejado.
Para sobrevivir cuando el repliegue es tan intenso y se alarga tanto en el tiempo, la importancia a la hora de contar con especialistas defensivos en las alas crece exponencialmente. Más que defender el punto de penalti, lo relevante es defender lo que sucede detrás, donde normalmente suele estar la debilidad (que se lo digan al Barça en el gol de Dembélé) porque quien ocupa esa zona no prioriza defender, sino otros menesteres. Mendy y Carvajal siguen honrando con maestría el oficio del lateral que sabe y ama defender.
La forma de acercarse al duelo con Grealish por parte de Carvajal fue casi perfecta. El inglés es un jugador de retención, de aguantar y forzar mucho la conducción para buscar el pase atrás o el centro una vez el rival ha perdido altura. De ahí que el lateral del Real Madrid priorizase estar muy pegado, consciente que el cambio de ritmo no es su principal fuerte, para forzar a Grealish a tomar decisiones.
El lateral fue el defensa del equipo blanco que más presiones hizo (25), y el futbolista que más tiempo de media presionó en cada acción, con 1,2 segundos. Su capacidad para engancharse y negar el 1x1 a su par fue crucial para que el Real Madrid resistiese y no necesitase ayudas cercanas de Camavinga, que pudo estar más pendiente de defender el área, y evidentemente tampoco de un Rüdiger que apenas hizo ninguna cobertura. Con Fede Valverde como escudero, Ancelotti sabía que podía defender muy cerca de Lunin sin necesitar efectivos extra allí donde el City tenía más efectivos.
"Prefiero no hablar de suerte. Para Cruyff no existía", explicó Guardiola en rueda de prensa. Y así es. La suerte existe en jugadas, en momentos concretos, no en historias tan largas. Existe la suerte en una anécdota de una noche, no en toda una vida. Y el Real Madrid lleva haciendo de esto su forma de vida en Europa y su gran secreto a la hora de ir a los mejores campos y ganar sea cual sea la forma que tenga que tomar la victoria.