Por qué no ha sido válido el último gol del Bayern
Marciniak pitó fuera de juego, los futbolistas se quedaron quietos y el balón acabó en la red por disparo de De Ligt.
Si algo le había faltado a esta eliminatoria de Champions entre Real Madrid y Bayern de Múnich es la polémica. Aunque, en esta ocasión, el debate es inexistente. El árbitro anuló un gol en el minuto 103'. O bueno, siendo precisos, no lo anuló porque nunca llegó a existir. Y como no existió, el VAR no pudo entrar. Sí, el balón acabó en el fondo de la red, pero lo hizo varios segundos después de que el colegiado pitara fuera de juego, con los jugadores blancos parados y sin que se estuviera compitiendo como en una acción normal.
El colegiado dejó hasta cuatro minutos más de lo previsto, algo exagerado para lo que se perdió entre la revisión del VAR y la celebración del gol. Y ya en el 13' de descuento, un balón en largo acaba en fuera de juego señalado por el colegiado después de que el línea levantara la bandera. Lo señaló, quizás de forma precipitada, antes de tiempo, lo que generó que todo se anulara y los jugadores del Real Madrid se quedaran quietos.
De Ligt acabó llevando el balón al fondo de la red tras un rechace, una pugna de Muller y un posterior remate. Pero ya no solo no valía, sino que todos los futbolistas se habían desentendido de la jugada. Es más, el árbitro pita antes de que llegue el alemán. Incluso Lunin estaba ausente de la jugada y no se lanzó ni siquiera a por el balón y estaba en una posición impropia de una jugada en dinámica.
La acción desquició a los jugadores del Bayern, que protestaron enérgicamente al colegiado que se hubiera precipitado a la hora de señalizar la infracción. No obstante, ni que decir tiene que el VAR no puede intervenir en la acción, ya que pita antes de que el balón acabe en el fondo de la red. De hecho, si el árbitro no hubiera pitado, la jugada no hubiera transcurrido del mismo modo y quién sabe si la pelota hubiera acabado o no en gol.
Matthijs de Ligt, muy claro sobre el gol anulado: "Ha sido una VERGÜENZA". #LaCasaDelFútbol #UCL pic.twitter.com/7Pm5bL3ESE
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) May 8, 2024
Así lo explicó De Ligt ante las televisiones con derechos: "Todos sabemos las reglas, si no está claro el terreno de juego tienes que dejar jugar. Es una vergüenza. Es increíble, pero al final lo han merecido". Y luego añadió: "El linier me ha dicho: 'Lo siento, me he equivocado'". Es cierto, pero no se puede entender la jugada como gol anulado. Tuchel, en la misma línea: "Los árbitros tienen su efecto en el Bernabéu". Y Max Eberl, director general del Bayern, sentenció: "Todos estábamos a favor de una final alemana. Todos, excepto los árbitros polacos".
De este modo, el protocolo correcto de actuación era que el árbitro dejara continuar la jugada, pero la naturaleza de esta parecía de una acción irrelevante, sin demasiado peligro y con varios toques de por medio. Así que no resultaba tan extraño que lo indicara. La inmediatez le quitó la razón al colegiado, porque el Bayern consiguió marcar, con el matiz, claro, de que los jugadores de Ancelotti no estaban disputando la pelota con normalidad.
Si efectivamente hubiera dejado jugar y el balón hubiera acabado en el interior de la portería de Lunin, entonces hubiera señalado fuera de juego tras ello y el VAR sí le hubiera corregido, aplicando a la perfección su protocolo de funcionamiento (como mostró Fran Martínez en la imagen superior al trazar las líneas, no había orsay). En el momento en el que suena el silbato del colegiado, ya no hay más historia: la jugada ha finalizado salvo que haya alguna agresión de por medio o episodios extraordinarios.