El vestuario del Barça hace autocrítica de puertas hacia dentro: falló la pizarra y faltó determinación
Mientras el discurso oficial se ha centrado en el escándalo arbitral, 'staff' técnico y plantilla tienen claro el diagnóstico del KO en Milán.
Slavko Vincic y Pol van Boekel fueron los dos nombres de la noche este martes en Milán. El Barça se sintió gravemente perjudicado por la actuación tanto del colegiado del encuentro como del responsable del VAR. Así lo expresaron, sin pelos en la lengua, Xavi Hernández, Eric Garcia y Sergi Roberto tras el envite. "Estamos indignados", coincidieron.
Se especuló con la posibilidad de que el Barça elevara una queja formal a la UEFA por el arbitraje. Sin embargo, desde el club trasladaron a Relevo que dicha posibilidad no estuvo nunca sobre la mesa. Menos aún este miércoles. Más en frío, el cuerpo técnico prefiere evitar más ruido extradeportivo y centrarse en hacer autocrítica para empezar a preparar ya la 'final' del próximo miércoles en el Camp Nou.
La actuación arbitral ha pasado a un segundo plano. De puertas a dentro todavía escuecen las decisiones de Vincic y el VAR, especialmente las manos de Dumfries. Pero el punto principal este miércoles ha sido la introspección. Cuerpo técnico y jugadores son conscientes de que en el Giuseppe Meazza no dieron con la tecla.

Marcos Alonso no funcionó como extremo
El 'staff' no considera que hubiera falta de actitud. Al contrario, pues el equipo lo intentó hasta el final. El diagnóstico se centra en dos puntos: falló la pizarra y faltó 'instinto asesino' arriba.
Marcos Alonso vivió más como extremo que como lateral, aunque el movimiento no surtió efecto. Además, el madrileño desplazó a Raphinha a los carriles interiores, donde el brasileño se perdió por completo. En el otro costado, Sergi Roberto se quedó en tierra de nadie, aportando un valor residual en los ataques posicionales.
Indolencia en los extremos
Por otra parte, los extremos fueron incapaces de desarmar a la zaga italiana. Reubicado, Raphinha apenas participó, mientras que Dembélé perdió un total de 38 balones. Xavi quería que el equipo moviera al Inter de lado a lado, pero el perfil atrevido de Ousmane, salvador en otras ocasiones, propició esta vez que los ataques terminaran antes de hora.

En la primera mitad, la precipitación permitió varias transiciones peligrosísimas de los de Inzaghi. En la segunda, la mayor paciencia del Barça en el juego posicional llevó a embotellar al Inter. Pero faltó el gol. Que Lewandowski lleve tantos goles (12) como el resto de sus compañeros juntos indica la extrema dependencia de la inspiración del polaco. Tras él, los máximos realizadores son Ansu y Dembélé con solo dos dianas. Un dato preocupante para los intereses azulgranas.
Sin disparos desde fuera del área
Por último, Xavi quiere que sus pupilos prueben más el disparo lejano. Así lo admitió en rueda de prensa. Ante rivales que te 'regalan' tanto terreno y se aculan atrás, el disparo desde fuera del área es un recurso para encontrar portería. Y más contando con la potencia de jugadores como Raphinha, Lewandowski o Dembélé. El técnico egarense tiene una semana para reparar la 'Xavineta'.