REAL MADRID

El vestuario ya desconfía de Ancelotti tras el inexistente plan contra el Arsenal... y Florentino lo sabe de primera mano

El presidente pudo hablar con algunos pesos pesados tras el encuentro y encontró quejas por el planteamiento.

Carlo Ancelotti y Florentino Pérez en Valdebebas./Real Madrid CF
Carlo Ancelotti y Florentino Pérez en Valdebebas. Real Madrid CF
Jorge C. Picón
Alfredo Matilla

Jorge C. Picón y Alfredo Matilla

El Real Madrid esperaba una remontada épica contra el Arsenal y se encontró un batacazo. Cayeron en el Bernabéu contra el conjunto inglés para confirmar que esta temporada no estaban al nivel que exigía la Champions League para jugar la final de Múnich. El resultado fue un golpe de realidad para todos, incluido un vestuario que más allá del resultado, se vio incapaz de superar futbolísticamente a un equipo rival más trabajado y con las ideas más claras. De ahí que el recelo y la desconfianza de los jugadores con Ancelotti haya alcanzado su punto más álgido.

En defensa, el Arsenal ahogó a los blancos con una presión adelantada para no dejarles jugar cómodos y, si se superaba, con un bloque bajo en el que no existían prácticamente grietas. Conscientes de cómo podía darse el partido, los futbolistas blancos se vieron sin armas tácticas para superar la estrategia planteada por Arteta. De hecho, salieron del Bernabéu convencidos de que no había plan más allá de la intensidad y el compromiso que Ancelotti repite constantemente esta temporada y que, por mucho talento que haya en la plantilla, se antoja poca cosa para superar a rivales de entidad como se ha demostrado una y otra vez en los últimos tiempos.

El principal problema para el técnico es que Florentino Pérez se ha enterado. Según pudo saber Relevo, el presidente ya sabe de primera mano lo que sucede en ese vestuario y que algunos pesos pesados han perdido la confianza en voltear la situación. Pudo hablar con algunos jugadores tras el partido y encontró quejas por el planteamiento contra el Arsenal. No es una cuestión de cuántos, sino sobre todo de quiénes.

«Me da igual si me consideran el único culpable».

Los últimos días ha habido varios gestos y acontecimientos en la ciudad deportiva que dejan en evidencia una fisura. Que la relación no es tan magnífica como sí destacaban el año pasado. Y que en las horas más bajas del último lustro, empiezan las tensiones.

Ancelotti es muy respetado, incluso querido después de tantos años, pero la sensación en Valdebebas es la de fin de un ciclo. Sólo el presidente puede llegar a salvarlo, como el propio Carletto recordó en rueda de prensa: "Lo que cuenta es que la persona más importante (Florentino) está tranquila, que no se canse él, los demás me dan igual", dijo antes de jugar la ida contra el Arsenal. Pero como hombre de fútbol con experiencia en esta clase de situaciones, sabe que tener controlado al vestuario marca la tendencia. En este caso, las últimas semanas en las que se le ha caído el equipo (tres derrotas y un empate en los últimos cinco partidos) ha alborotado la caseta y eso le ha llegado al "más importante".

Dos títulos en juego, pero muy difíciles

Desde el club siempre han asegurado que serían los títulos los que marcaría su futuro, y ya ha perdido el más importante de todos. Le queda una Liga que se ha puesto cuesta arriba y una Copa que cobra una especial importancia viendo cómo se ha dado la temporada. Porque al mal rendimiento del equipo se suma que el máximo rival, el Barcelona, mantiene viva la ilusión del triplete y demuestra cada tres días ser capaz de ganar a cualquiera, incluido el Real Madrid en la final de La Cartuja el próximo 26 de abril (22:00).

Ancelotti trata de sostener los ánimos de un vestuario contrariado. En el club no sólo miran al banquillo. También señalan a unos jugadores a los que se les ha mimado y no han respondido sobre el terreno de juego. Pero Ancelotti, la plantilla y la directiva saben que para cambiar la dinámicas negativas se suele empezar por cambiar en el banquillo. Ya sin apoyo de una parte del vestuario y con el presidente alerta, Carletto necesita un milagro para no perder su puesto, y este año todo hace indicar que no van a suceder.