Vinicius, Kroos y Musiala aplazan el desenlace del Clásico de Europa

Cuando el Madrid juega mal truena en las calles. La gente corre a resguardarse. Saltan las alarmas. Pero no las del Real Madrid. Suenan las de los rivales. Nadie se fía. Con razón. El Real Madrid es el único equipo del mundo que hace que jugar mal parezca una táctica. Tuchel, tras unos primeros quince minutos imponentes de su Bayern, desfilaba por el área técnica desquiciado, como si representara el método Stanislavski. No podían hacerlo mejor. Justo antes del gol de Kroos. Qué digo, el de Vinicius. El Madrid lo tenía ganado pero enfrente había un rival como él.

Un rival casi tan grande. El Clásico de Europa. El equipo alemán que no se rindió ni ante las sinfonías de Toni Kroos. El Bayern de Múnich es el otro Real Madrid del continente, y remontó el choque nadie sabe cómo. Bueno sí lo supo alguien. Jamal Musiala, mitad Iniesta, mitad Bellingham, el culpable de hechizar a Mendy y despertar a Vinicius para el empate final. Con la batalla más abierta que nunca en la Gran Final del Bernabéu.

Estas líneas tendrían que estar escritas en mayúsculas. En pie. La primera mitad de Toni Kroos fue tan grande que no sólo le explicó a sí mismo. También explicó al Real Madrid. En los primeros quince minutos de juego los de Ancelotti no juntaron más de tres pases seguidos. Hasta que Kroos dijo basta y agarró el partido por el pescuezo. No lo soltó.

Tuchel tenía razón. Los goles del Real Madrid no te los imaginas diez segundos antes de que pasen. El gol de Vinicius no lo vio nadie. Sólo se lo imaginó Toni Kroos, un genio esforzado que atrapó el partido desde la defensa y lo ganó con un pase surrealista, que además indicó, como si fuese un director de orquesta. Lo que es.

Por algo le gusta tanto a los dirigentes del Real Madrid. Jamal Musiala fue el futbolista más afilado/sibilino/peligroso del Bayern de Múnich en unos primeros quince minutos de pura llamarada. Tumbaron a los blancos, sin el premio del gol. Y Musiala prendió la mecha en cada uno de sus ataques. Lo mismo en la segunda mitad.

El jugador alemán, también británico, con esas carreras partiendo líneas al estilo Bellingham, como si cabalgara, desquiciaron la espalda de Tchouameni. Que aún no le encuentra. Musiala provocó el penalti clave en el segundo tiempo y sus conducciones, en los peores momentos del Madrid, también recordaron a Iniesta. Los blancos seguirán atentos.

Llegó a tiempo. Sané llevaba sin marcar un gol con el Bayern de Múnich desde el 28 de octubre. Y en el Allianz cambió el partido de un zurdazo titánico al palo corto de Lunin. Lo secó. Su zarpazo alteró el marcador y sobre todo el tempo de un choque que ya parecía merengón.

Nada de eso. El Bayern, otro equipo de mil vidas, de otra historia a la del resto, resucitó con el empate y en cuatro minutos se encontró con un penalti a favor. Lo regaló Lucas Vázquez y lo convirtió Harry Kane. La eliminatoria queda abierta para la vuelta, con los dueños de Europa con las espadas en alto.

Hay actuaciones que consagran. Y Vinicius ya acumula un saco de ellas. Su desempeño contra el Bayern de Múnich le eleva (si es que ya no estaba ahí) en lo más alto del fútbol mundial. El número uno. Con un doblete imponente en uno de los templos del fútbol europeo. Otro más.

Vini rubricó la obra maestra de Kroos en el primer tanto del choque, y recogió los frutos de su sortija para Rodrygo, que provocó el penalti final del Real Madrid. El brasileño se armó de responsabilidad y grandeza para igualar ante el Bayern de Múnich en Alemania, y dejar para el Nuevo Bernabéu la penúltima batalla de una Champions inolvidable. Una más.

- Ficha técnica:

2 - Bayern: Neuer; Kimmich, Dier, Kim, Mazraoui; Laimer, Goretzka (Guerreiro, m.46); Sané (Davies, m.87), Musiala, Müller; y Kane.

2 - Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez, Nacho (Camavinga, m.65), Rüdiger, Mendy; Tchouaméni, Kroos (Brahim, m.76), Fede Valverde, Bellingham (Modric, m.76); Vinícius y Rodrygo (Joselu, 87).

Goles: 0-1, m.24: Vinícius. 1-1, m.53: Sané. 2-1, m.57: Kane, de penalti. 2-2, m.83: Vinícius, de penalti.

Árbitro: Clément Turpin (Francia). Mostró cartulina amarilla a Mazraoui (43) y Kim (82), por el Bayern; y a Kroos (64) y Lucas (91), por el Real Madrid.