BETIS-GUIMARAES

Chuli, el héroe de Guimaraes que se topó con dos leyendas del Betis: "A Jorge Molina lo extrapolo con Benzema"

El onubense atiende a Relevo en una semana de muchísimos sentimientos encontrados. Le hizo un recordado gol al equpo luso en 2013, rival del Betis este jueves.

Chuli en un partido con el Betis./
Chuli en un partido con el Betis.
José Manuel Rodríguez

José Manuel Rodríguez

Manuel Jesús Vázquez Florido (Huelva, 1991) únicamente defendió la camiseta del Betis durante temporada y media, pero serán pocos los que no recuerden su paso por el Benito Villamarín. "Me conocen por 'Chuli, el del Betis'" afirma en Relevo. Pero no es oro todo lo que reluce.

En Heliópolis tuvo que madurar de pronto, aunque no lo hizo de la forma más bonita. Sin apenas apoyo ni oportunidades, dejó de disfrutar del fútbol y se replanteó su carrera. Una charla donde Chuli saca su lado más humano. Es un cachondo y bromista de manual, pero si rascas encuentras una historia única. "Pasé de jugar delante de 100 personas a hacerlo delante de 40.000".

Lo primero, ¿cómo estás? El Orihuela te ha devuelto la felicidad...

Sí, muy contento. La verdad es que en la ciudad se vive muy bien. Es un club familiar, totalmente familiar, con poca gente y tal. Y muy a gusto. La verdad es que estoy muy a gusto, estoy muy contento.

Has acabado, quizá, dando pasos más naturales ahora que a principios de tu carrera...

El otro día, cuando vi que tocó el Vitoria y tal, estuve un poco analizando mi carrera... y pensé que me hubiera gustado que fuera al revés, ¿no? En la dirección contraria en la que ha ido. Directamente a acabar, intentar acabar en la élite. Más que nada porque yo creo que una de las cosas que acusé en esa época, cuando el ascenso meteórico de Tercera División a los dos años estar jugando delante de 40.000 personas, fue el tema mental. El cambio para mí fue bastante brusco, no supe llevarlo bien, no tuve esa capacidad de, como otros jugadores muy jóvenes que son capaces, quemar etapas muy rápido y afianzarse en ello. Yo creo que eso es un poco lo que ha marcado mi carrera. Ahora mismo, con la mente que tengo, si me llega lo que me llegó en su día estoy seguro de que lo llevaría de otra manera y iría mucho mejor. Porque el talento sé que lo tengo y siempre lo he tenido, y siempre lo tendré.

¿Era presión por la competencia en el Betis?

Sí, sí, pero más que nada la presión ya no por los compañeros o por la rivalidad que había por el puesto, que tenía delante a Rubén Castro y a Jorge Molina. Evidentemente para mí era difícil porque acababa de llegar al mundo profesional y eran jugadores muy consagrados, pero fue más el hecho de la presión de estar jugando delante de 100 personas que iban a ver el partido de Tercera, a 30.000 o 40.000. Y que fallas un pase y te pitan, y si haces una jugada buena te aplauden y te llevan en volandas. Hay que saber llevar un poco eso. Sobre todo, el saber salirme de lo que al final es solo fútbol, que es la mentalidad que tengo ahora. Es solo fútbol. No pasa nada, puedo jugar delante de 40.000 personas que voy a pensar que es solo fútbol y que juego para divertirme, y quizás fue esto un poco lo que me falló. También recuerdo que cuando llego Rubén Castro se lesiona de la espalda y estuvo mucho tiempo fuera, y yo vine un poco con el cartel este de suplirle. Recuerdo que se esperaba de mí muy rápido el poder reemplazar el nivel que tenía y en mi caso, pues no por nivel futbolístico porque nunca he puesto en duda mi nivel futbolístico, pero sí por estar preparado mentalmente para ello fue muy complicado.

Hablas como si se te hubiese olvidado de disfrutar jugando...

Totalmente, totalmente. Se me olvidó por lo que yo me había hecho futbolista, que era por el simple hecho de jugar a fútbol. Había tanto ruido alrededor que al final pues me hizo jugar con más presión, y querer jugar mejor de lo que realmente tenía que hacer, que era simplemente disfrutar y divertirme. Sentir que estoy jugando con unos amigos nuevos que me he echado y ya está, que esa mentalidad la tengo ahora. Igualmente, también te digo, estoy muy orgulloso de lo que he hecho, de la carrera que he tenido, de cómo me ha ido todo y de lo que soy ahora. Si no hubiera vivido eso, no tendría la mentalidad que tengo ahora o no disfrutaría tanto como estoy disfrutando ahora. En parte eso me lleva también un poco a querer e intentar ayudar a chavales. Ahora se le llama coaching o coach, y es intentar ayudar a chavales a que ese salto que yo no llevé tan bien, lo puedan dominar. Es algo que llevo tiempo pensándolo y que si no hubiera vivido eso, no se me hubiera ocurrido esa salida después del fútbol.

¿Te faltó ayuda en el Betis?

Sí. Tengo que decir que el Betis ya en esa época teníamos psicólogo y luego psicóloga, pero a mí no me ha terminado nunca de ayudar ese tema. Lo intentaron con dos psicólogos diferentes conmigo... pero yo creo que lo que necesitaba era más el hecho de que un compañero con más experiencia me tendiera su mano, o el entrenador, que creo que más va por ahí, en este caso Pepe Mel. Si el entrenador me hubiera mostrado su apoyo, su confianza en mí, 'Oye, te he visto, sé lo que puedes hacer'. ¿Me entiendes? Entiendo que para el entrenador somos 25 futbolistas y no con todos tiene que dar en la la tecla. Es muy complicado, lo entiendo, pero sé que conociéndome ahora, creo que eso era lo que me hubiera ayudado de verdad. Que el entrenador me mostrara su confianza y que me dijera, 'Juega para ti, disfruta, tú no te preocupes, no te voy a quitar o voy a seguir confiando en ti'. Lo que sea.

Tampoco era un buen momento en el club...

Cuando te he dicho eso de 'ruido exterior', también es todo esto. Tuve dos presidentes, creo, no sé si varios directores deportivos, pero dos o tres mínimo. Recuerdo que había mucho cambio siempre en el club, no había esa estabilidad institucional. No te digo que por culpa de eso a mí no me fue bien, pero sí que es verdad que eso no terminó de ayudarme para yo poder centrarme simplemente en lo que era el fútbol. Al final, el equipo iba mal y lo único que hace es agravar más la situación individual de cada uno.

Ahora se enfrenta el Betis a un equipo que tú conoces bien

Es mi mejor recuerdo con el Betis. Lo recuerdo un poco como ese tipo de situaciones que vives en las que parece que estás en un sueño, que te tocas y no te sientes. No sé si me explico o soy capaz de transmitir bien lo que quiero decir. Lo viví muy contento, la verdad. Recuerdo que después del partido estaba muy feliz. Evidentemente vinieron todos los medios a hablar conmigo y recuerdo que además es la única camiseta que guardo junto a la de la presentación. Muy feliz, sobre todo, por lo que generó en la afición. Era el gol que nos daba la clasificación. Lo viví como que no era yo, no terminaba de ser consciente de todo lo que había pasado en ese momento.

Además sales de suplente...

Estoy en el banquillo. Recuerdo que después del descanso me saca a calentar, como a otros compañeros, y hace dos cambios. En cuanto los hace, a mí me sienta. Yo tengo a mi lado sentado a Sergio Rodríguez, y le digo de broma, 'Joder, tío, yo que iba a salir y meter el gol de la victoria'. Totalmente de broma, evidentemente. Y yo ya estoy sentado, pensando que no voy a jugar, y no sé si tres o cinco minutos antes del final, me mira Pepe Mel y me dice, 'Venga, que vas a entrar'. Yo tengo la costumbre de siempre estar listo y no tenía que hacer ningún preparativo. Al segundo ya estaba al lado del entrenador preparado para salir al campo.

Un pase de Verdú que nunca olvidarás, ¿no?

Sí, un pase espectacular. ¡Qué jugador! Muy especial, con muchísimo talento. Vio mi desmarque perfectamente. Y recuerdo que llovía mucho, o que había llovido mucho, y gracias a eso entró el gol, porque le di tan mal que el balón entró llorando, pero gracias a que estaba muy mojado se deslizó mucho el balón... y terminó entrando.

Ha cambiado el Betis...

Sí, la verdad es que creo que han dado un paso adelante en institución, y cuando das ese paso, se ve reflejado en los jugadores que traes. El club está ahora mismo en otro nivel.

Aquella temporada, descenso y buen papel en Europa. ¿Año extraño?

Totalmente, las cosas inexplicables del fútbol. ¿Qué te digo que no hayas visto ya? En liga no conseguíamos los tres puntos casi nunca... y en Europa hacemos un muy buen papel, cayendo eliminados en penaltis contra el Sevilla y habiendo ganado en su campo. Es algo impensable, cosas que al final hace que el fútbol sea lo que es y tenga seguidores por todo el mundo. Nunca se sabe lo que va a ocurrir.

Allí coincidiste con Jorge Molina...

Pues para mí, Jorge, siempre lo digo, es el mejor jugador con el que he compartido vestuario en mi vida. He jugado con Rubén Castro y todo el mundo puede decirme que él era mejor, pero es que Jorge Molina te facilitaba la vida. Todo el que jugaba a su alrededor era mucho mejor jugador. Aparte de cómo es como persona, que es un espectáculo, pero futbolísticamente yo disfrutaba muchísimo jugar con él porque te facilitaba mucho la vida. Era increíble, te sentías superior al rival solo porque estabas a su lado.

¿Crees que se le ha infravalorado?

Totalmente. Lo extrapolo un poco, salvando diferencias y tal, a Benzema. Ese tapado, que todo el mundo hablaba de Cristiano, y nadie se daba cuenta de lo que realmente hacía Karim. Yo creo que Jorge Molina es un poco así. Es que era espectacular, no te puedo decir otra cosa. Era muy sencillo jugar con él, y cuando alguien te dice esto, es que da gusto.

¿Y cómo era Rubén Castro?

Pues eso era una pasada. Evidentemente en mi carrera he cogido cositas de él, que aprendía de y que veía. Los típicos partidos a campo reducido que hacíamos en los entrenamientos, 5 contra 5 y con la portería muy cerca. Si él estaba en el equipo rival, tú sabías que no ibas a ganar. Tú sabías que cuando él cogía el balón era gol. Él cerca de la portería... no tenía sentido. Ese hombre nació con una varita en el pie y le hacía ver el gol donde otros no éramos capaces.

¿Se le ha sabido reconocer a nivel nacional?

En absoluto. Es un jugador que es el máximo goleador histórico de uno de los clubes más importantes de España. Que no haya tocado la selección... la verdad que choca. Choca bastante. Pero bueno, el mundo del fútbol sabemos cómo es. Hay cosas inexplicables y esta es otra más de ellos.

También conociste al Ceballos más joven...

Sí, es que... vaya tres, ¿no? Otro espectáculo más. Me sorprendió muchísimo cuando vino a entrenar con nosotros, que era juvenil aún, porque directamente tiró abajo la puerta. Él no vino a llamar a la puerta del primer equipo. No, no, no. Lo que se dice de tirar la puerta del primer equipo, pues lo hizo tal cual. Y tal cual lo ves ahora en el Madrid, cómo juega, cómo la pide, que todo el rato la quiere, pues eso lo hacía cuando subió con nosotros y era juvenil. Y no le asustaba nada. Nada. Se veía lo que iba a ser, lo que es ahora. Era algo increíble. Fue capaz de extrapolarlo al Benito Villamarín con 40.000 personas. Estaba claro que estaba tocado también por la varita.

En Segunda te marchas cedido en enero... y metes 11 goles.

Es el contraste de lo que te he comentado antes. En el Betis sentía que no era yo, y me voy al Leganés para encontrarme con un entrenador que me da eso. Asier Garitano me da eso que te he dicho que necesitaba. A partir de la segunda semana que yo llegué, ya me dijo, 'Tú vas a ser el delantero de aquí hasta el final'. Y me liberé. Directamente me liberé porque me dediqué a disfrutar y a jugar sin más, sin pensar en nada más que no fuese eso. Y así me salió. Tengo mucho que agradecerle a Asier Garitano. Además, él me contó que ya me quiso cuando yo estaba en el filial del Recre. Me conocía bien. Sé que es así, que es un tío que ve mucho fútbol y que ve muchos jugadores. Y lo tenía claro conmigo. Me tendió su mano y yo le respondí con goles, que es lo que he hecho toda mi vida.

¿Te decepcionó no tener una oportunidad en tu vuelta al Betis?

Pues sí, la verdad es que sí. Fue un pequeño golpe para mí. Sí que es verdad que me lo dijeron muy rápido, pero me sorprendió más por eso. Lo tenían muy claro, directamente ya pensaban en la venta, y que no iba a haber otra oportunidad. Pero bueno, al final, este es el mundo del fútbol… y la vida. Tienes que seguir con el siguiente paso. Te ilusionas con lo siguiente que viene. Tuve la suerte de que me querían muchos clubes de Segunda División. Acabo en el Almería, con un entrenador ya conocido por mí, que fue Sergi Barjuan. Él fue el que me hizo jugar en Segunda con el Recre.

¿Cómo fue la etapa de Getafe con Bordalás?

Ya el mundo del fútbol de Segunda conocíamos todos a Bordalás. Sabíamos que sus equipos, o te hacían playoff o ascendían directo. Y con muy poco. Recuerdo que lo había hecho con el Alcorcón antes. Equipos que, a priori, no tienen tanto presupuesto o que no se presuponen que puedan meterse arriba, él lo consigue. La clave de Bordalás es que te exprime al máximo y, sobre todo, te hace ir a muerte con él. Te hace ir a muerte con su idea. Son tres ideas básicas, él no te va a marear con tácticas, pero estas tres cosas hay que hacerlas sí o sí. Y sales al campo convencidísimo de hacer todo lo que se ha trabajado, lo que él te dice. A la vista está, da resultado.

Podemos intuir lo que le dice a los defensas... pero, ¿a un delantero?

Pues mira, entiendo que todo el mundo que escucho y veo tiene a Bordalás como un entrenador muy defensivo, pero es todo lo contrario. A los delanteros nos pedía que presionáramos muy arriba. Es más, si te fijas casi todos los goles que hace el Getafe este año son robando el balón en campo contrario. Es muy difícil hacer eso. A nosotros una de las cosas que nos pedía es que el jugador más cercano al poseedor de balón, tiene que estar presionado siempre. Entonces, lo que hacen sus equipos es incomodar al rival todo el rato y a todo campo. No es 'Le dejo que salga y luego le presiono'. No. Es desde el principio, desde el primer momento que el portero saca en corto, ya hay que ir a por él a muerte.

¿Fue Bordalás ese apoyo mental que necesitabas?

Totalmente. Es más, él me ficha en un partido que me enfrento a él. Habla conmigo preguntándome qué voy a hacer en enero y tal, y nada más llegar pues me muestra su total confianza. Desde el primer día al último. Para mí fue un placer jugar para él por esto, pero también como hizo Asier Garitano. Me dieron esa confianza que en esa época yo necesitaba para hacer mi fútbol.

En el Extremadura coincidiste con Reyes...

Qué pasada. Un mago. Ya con nosotros viene un poquito en su etapa final como futbolista, incluso un poco pasadito de peso, pero es que era un espectáculo igualmente. Eso era un espectáculo. Lo que hemos dicho de los ejercicios que te he dicho de Rubén Castro de partidos pequeños y tal, lo de Reyes era otra pasada. Talento puro. Y mira que solo utilizaba una pierna, si utilizara las dos... yo no sé lo que hubiera hecho ese hombre con un balón en los pies (risas). Para mí es un orgullo haber jugado con él. Talentazo y muy buena persona además. Me llevaba muy bien con él. Hacíamos muchas bromas.

¿Qué significó volver al Recreativo?

Pues mira, recuerdo cuando vuelvo, yo estaba en Segunda División años anteriores. Por circunstancias se da el caso de que no me llegan ofertas de la misma categoría y tengo que dar el paso a jugar en segunda B. Yo lo tenía claro. Volver a casa era lo más especial. Tenía la oportunidad de otros clubes que incluso me pagaban más, pero yo hablé con mi agente y le dije que si yo iba a jugar en segunda B solo lo podía hacer en el Recre. Y para mí siempre será especial, porque es el club de mi vida.

Verlo ahora en Primera Federación debe ser un alivio...

Sí, por supuesto. Además, siendo yo uno de los integrantes de la plantilla del descenso, me alegra aún más. Es una espina que tengo ahí y no me podré quitar jamás. Yo soy socio, mi hija lo es desde que nació, y yo vivo el Recre de fin de semana en fin de semana. Tengo muchas ganas de que la incertidumbre esta se acabe, de que acabe todo bien y de volver a ver a mi Recre en el fútbol profesional. No hay cosa que me haga más ilusión que llevar a mi hija al Colombino para ver un partido de Segunda División o de Primera División.

Y pese a todo eso... sigues siendo 'Chuli, el del Betis', ¿no?

Efectivamente (risas). Todo el mundo me conoce. Hace tiempo que no voy por Sevilla, mucho tiempo, pero yo creo que si ando por Sevilla me van a reconocer más gente que si ando por Madrid, donde he estado en dos equipos. Es algo que te muestra un poco la repercusión que tiene el Betis. Es increíble la masa social que tiene. Solo tienes que ver los entrenamientos cuando van a Cataluña. Siempre que se juega allí, la gente que va es de allí, pero también del Betis. Aquí mismo, en Orihuela, tengo amigos que son del Betis, que automáticamente cuando me vieron el primer día llegar, me dijeron '¡Hostia, eres Chuli el del Betis!'. Sí, soy 'Chuli, el del Betis'.

¿Qué ha significado para ti el Betis?

Mira, voy a ser totalmente sincero. Cuando me voy de allí, para mí fue bastante traumático lo que me había pasado en el Betis. No fue fácil para mí. Años posteriores me alejé un poco del Betis, en mi pensamiento me alejé bastante del Betis. No quería hablar del tema, no quería ver mucho los partidos... lo tenía en mi mente como algo traumático. Pero ahora con la distancia, con el tiempo, pienso que fue algo muy importante para mí. Al final, la repercusión que tiene el Betis, la importancia que tiene este club... aunque fuera traumático lo que yo viví, soy lo que soy hoy día también gracias al Betis. Todas las situaciones las puedes ver de manera positiva. Yo estoy muy orgulloso de haber defendido las trece barras, que sé lo importante que es para muchas personas.