COPA | ATHLETIC - MALLORCA

El día que 80.000 vascos invadieron Barcelona, acabaron con el vino y recrearon la Gabarra: "La gente nos miraba con cara de sorpresa"

En la final copera de 2015, disputada en el Camp Nou entre los culés y el Athletic, se vivió uno de los mayores desplazamientos de la historia del club bilbaíno.

Un aficionado en la zona del Athletic en la previa de la final jugada en 2015 en Barcelona./Athletic Club
Un aficionado en la zona del Athletic en la previa de la final jugada en 2015 en Barcelona. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Este próximo sábado, miles de aficionados rojiblancos inundarán Sevilla con la ilusión de superar al Mallorca y volver a ser campeones de la Copa del Rey 40 años después. En La Cartuja habrá una invasión bilbaína, aunque será difícil de superar lo que sucedió hace nueve años en Barcelona, en una de las finales que más se recuerdan en el entorno rojiblanco por lo que se vivió en la previa de un encuentro que ganaron Messi, Suárez y Neymar camino a un nuevo triplete. En el césped se sintió la superioridad futbolística, pero en las calles golearon los hinchas rojiblancos que durante toda la jornada tomaron la Ciudad Condal.

Eran tiempos en los que se elegía el estadio de la final una vez conocidos los contendiente y, ante las dificultades de celebrarla en Madrid, Josu Urrutia y su directiva aceptó el reto de jugarla ante los culés en el Camp Nou. La intención era que la mayor parte de los socios rojiblancos pudiesen vivir en el campo el encuentro, tras las experiencias en Mestalla (2009) y Calderón (2012), además de la jugada en la Europa League en Bucarest ante el Atlético. El reto era mayúsculo, pero aquella decisión convirtió a Barcelona en rojiblanca por un fin de semana.

"Miles de seguidores del Athletic, en una imagen jamás vista en Barcelona en otras citas futbolísticas, han tomado literalmente el centro de Barcelona, todos ellos ataviados con la camiseta rojiblanca. No hay calle o paraje de la ciudad donde no se vean aficionados vascos, ya sea paseando u ocupando las terrazas de los bares". Así explicaban aquel día, en El Periódico, lo que sucedió y se vivió en las calles catalanas. Alrededor de 80.000 seguidores del conjunto vasco viajaron para vivir una jornada única, muchos de ellos sin entrada.

La 'celebración' comenzó la noche del viernes, con una fiesta que se alargó -más de la cuenta para algunos- en el Athletic Hiria, situada junto a Plaza España, donde hubo diferentes conciertos y el alcohol comenzó a ser protagonista. El sábado, con resaca para algunos y los nervios habituales de estas citas para otros, Barcelona amaneció rojiblanca. La Plaza Catalunya era uno de los principales puntos de reunión para los miles de aficionados que se fotografiaban orgullosos de lo que estaba por venir. De allí, buena parte de ellos se hicieron 'fuertes' en la Rambla, en el Puerto y, sobre todo, en una calle que fue el epicentro de la fiesta mañanera.

En la Calle Ferran no había espacio ni para caminar. Los turistas, tan habituales en esta zona de Barcelona, dejaron paso a los miles de aficionados que convirtieron esta zona en calle Licenciado Pozas a medida. Todos con sus camisetas rojiblancas, sus vasos de cerveza y kalimotxo, cantando y animando. "He visto uno del Barça, he visto uno del Barça", se entonaba, en tono irónico por la gran 'goleada' que se estaba viviendo en la previa. En diferentes puntos de la ciudad, daba igual dónde, la marea era protagonista.

Un barco turístico de Barcelona convertido en Gabarra. Cedida
Un barco turístico de Barcelona convertido en Gabarra. Cedida

"Yo recuerdo que en la zona del Puerto 'disfrazaron' un barco turístico como si fuera la Gabarra, tocando la bocina y lleno de gente del Athletic", apunta Fran García, miembro y vocal de la Peña Lehoi Beltz, una de las más importantes de la Ciudad Condal, con más de un centenar de miembros, y creada precisamente meses antes de aquella histórica temporada. Los de Valverde se clasificaron en Cornellá el Prat a la final y poco después se dieron cita de nuevo en Barcelona. Pudieron vivir de cerca la invasión, algo único para un grupo de aficionados que hasta la creación de la peña veían los partidos prácticamente solos. Lógico que no se olvide ese día.

"Una peña trajo una bandera de no sé de cuántos metros de larga, así que nos paseamos muchos por todo el Parallel hasta la Plaza España portándola. Unas cosas sorprendentes porque una cosa es estar en ambiente de fútbol, ir allí a San Mamés y estar en Pozas, que ya es un ambiente muy genuino de fútbol, pero todo esto a mí me pareció un espectáculo imprevisto. Para alguien como yo, de Barcelona, hasta con cierto surrealismo", define Fran.

La bandera gigante del Athletic entrando en el Athletic Hiria de Plaza España. Cedida
La bandera gigante del Athletic entrando en el Athletic Hiria de Plaza España. Cedida

Había diferentes puntos de interés. En la calle Ferrán se llegó a acabar el vino en muchos de sus bares, igual que en los bares de los alrededores de la Plaza España y en los supermercados no daban a basto con las necesidades de los miles de aficionados que se congregaron allí. "Yo no había visto nada igual", reconoce Fran, que admite que cuando se conoció la sede de la final sintió "una cierta contradicción". "Me pareció poco adecuado jugar la final en el campo de uno de los finalistas, pero al mismo la teníamos en casa y con más opciones de ir al campo. Me parecía un poco rendirse a no sé qué fuerzas y poder extraños. Pero bueno, una vez pasado eso, a disfrutar".

Y disfrutaron. Claro que disfrutaron aunque se les quedó hasta corto. "Es de esos días a los que le faltan horas. Queríamos estar en diferentes sitios. En Parallel, en la Hiria, montamos una comida con diferentes peñas, queríamos estar en nuestra sede...". Pudo disfrutar de uno de los momentos más emotivos, cuando miles de aficionados rojiblancos partieron en Kalejira desde Plaza España hasta el Camp Nou. "La gente nos veía pasar desde los balcones y los pisos porque el follón que hacíamos era considerable. Sí recuerdo ver por la calle caras como de sorpresa y de hacerles ilusión por ver gente que por un motivo tan genuino les lleve un poco de alegría. Cierta simpatía por ver que nos lo estábamos pasando en grande solo por llegar a la final".

Décimo aniversario de la peña

Aquel fue el día más grande para los athletikzales de Barcelona, aunque la peña nació en marzo de 2014. La Copa y la Supercopa ganada unos meses después también en la Ciudad Condal fueron empujones importantes, aunque Fran cree que el punto clave sucedió antes, con la clasificación a la Champions de 2013-14. Muchos se hicieron miembros de la peña para disfrutar en grupo de estos partidos y ya suman diez años animando y disfrutando del Athletic. Hace unas semanas celebraron el décimo aniversario con un recorrido por las diferentes sedes que han tenido en este tiempo, con un Aurresku sorpresa para los cuatro socios fundadores y muchos cánticos rojiblancos para seguir soñando con este club. Muchos estarán en Sevilla para revivir lo que sucedió en Barcelona 2015, aunque esperan que con mejor suerte en el campo.