El alquiler de balcones en Bilbao, la gallina de los huevos de oro durante la Gabarra

"Por el río Nervión bajaba una Gabarra. Rumba la rumba, la rum", aseguraba una bilbainada entonada por última vez hace 40 años. Este mismo jueves, se volverá a escuchar ese cántico tan ansiado y nostálgico. Algunos entre tanta euforia colectiva han encontrado su particular gallina de los huevos de oro: el alquiler de balcones en Bilbao. Según aseguran agentes de la Ertzaintza a este medio, en la villa se esperan más de un millón de personas para acompañar a la Gabarra hasta el ayuntamiento del municipio.

Las orillas de la ría estarán copadas por millares de aficionados del Athletic y por este motivo, hay algunos que quieren asegurarse un sitio privilegiado para no perderse la comitiva que ofrecerá la Copa del Rey a la ciudad. Como marcan las leyes del mercado, la demanda genera oferta y esta celebración no ha sido la excepción. En una rápida ojeada en Wallapop (aplicación de compra-venta), Relevo ha encontrado más de una decena de ofertas relacionadas con el alquiler de balcones y terrazas para ver la Gabarra.

Los precios varían debido al espacio disponible y orientación de los edificios en los que se ofrecen estos alquileres. En la aplicación hay quien oferta su espacio por 750 euros, otros llegan hasta los 1500 euros. Por otro lado, son varios los que no han especificado una cuantía, al contactar con ellos este medio ha comprobado que la horquilla comprende entre los 400 y 650 euros. En la ciudad no ha hecho demasiada gracia el modus operandi de algunos. El sentir general es de disgusto, son varios los aficionados que han mostrado su desagrado en redes sociales acerca de estas personas que mercadean con algo tan sagrado en Bilbao como lo es la Gabarra.

Es más, durante la búsqueda, este medio se ha topado con alguna oferta falsa cuya descripción, en tono jocoso, hacía burla de las personas que sí buscan un beneficio económico de este acontecimiento. Volviendo a los alquileres reales, la mayoría, además del espacio con buena visibilidad, ofrece servicio de picoteo y coctelería. Otras ofertas no se limitan a un precio fijado, sino que proponen pagar entradas de hasta 200 euros por persona para así poder explotar al máximo todos los metros cuadrados disponibles.

La oferta hotelera de la ciudad también ha sufrido alguna modificación debido a la comitiva de embarcaciones de este jueves. En general, la mayoría de curiosos que se congregarán a las orillas de la ría de Bilbao son personas cuya residencia se encuentra en un rango cercano a la celebración. Es decir, los hoteles no han notado un incremento de turistas debido a la Gabarra, entienden que gran parte de las personas que vendrán a la ciudad tienen residencia en la misma, como asegura un empleado de Booking a Relevo.

Donde sí se ha percatado un cambio drástico ha sido en los complejos hoteleros cercanos al recorrido que replicarán los jugadores del Athletic esta semana. Las habitaciones cuya orientación favorece a la visibilidad del acontecimiento y aquellas con terraza o ático han sufrido un incremento notable en el precio. Los hoteles cuyas estancias gozan de las características ya citadas han visto su precio cuadruplicarse en comparación con el resto de suites.

Cabe destacar que los problemas de visibilidad serán mayúsculos durante la celebración. Bilbao, cuya población está tasada en torno a los 345.000 habitantes, verá prácticamente cuatro veces ese número personas el 11 de abril y todas ellas apiladas en los dos márgenes de la ría del Nervión. Por este motivo son muchos los aficionados que se aventuraron a reservar habitaciones de hotel con casi un mes de antelación.

La realidad es que nadie quiere perderse el recorrido de la Gabarra en la ciudad. Han sido 40 años sin verla y hay dos generaciones de aficionados del Athletic que no han disfrutado nunca de una celebración así. Pese a ello, el control en Bilbao será total. Nadie quiere que un día tan festivo se convierta en una tragedia y por este motivo los agentes de seguridad que han pedido no llevar a los más pequeños de la casa a la primera línea de la ría. Todo el mundo busca evitar caídas al agua y aplastamientos en una tarde de jueves que será recordada durante mucho tiempo.