ATHLETIC CLUB

En el Athletic de Nico Williams, los veteranos antepusieron hacer historia a las dudas con sus contratos

Valverde, que alineó a De Marcos, tiró de Muniain y Raúl García en la prórroga, pese a su papel secundario en Liga, y respondieron.

Munain y De Marcos levantan la Copa en La Cartuja./AFP
Munain y De Marcos levantan la Copa en La Cartuja. AFP
Patxo De la Rica
Alfredo Matilla

Patxo De la Rica y Alfredo Matilla

La final entre el Athletic y el Mallorca se encaminaba a la prórroga. Y en el momento decisivo, Ernesto Valverde no lo dudó y mandó hacer un triple cambio. Berenguer, Iker Muniain y Raúl García eran los elegidos para disputar los últimos 30 minutos ante el Mallorca, en esa búsqueda obsesiva de romper una sequía de 40 años. Los tres navarros fueron decisivos en los penaltis, pero la figura de los dos últimos sobresale por encima del resto por su estatus y su situación actual. En sus temporadas más complicadas y con menos minutos, demostraron por qué han hecho carreras con nivel de estrellas y, sobre todo, porque son dos de los jugadores más queridos por el público rojiblanco, y el vestuario, en el tramo final de sus carreras.

'Muni' incluso pudo imitar a Zidane y su volea ante el Bayer Leverkusen, pero su disparo se marchó alto. Hubiese sido demasiado bonito. Aun así, intervino, asumió galones y no dejó de intentarlo. Y cuando llegó el momento decisivo, Raúl y él no dudaron en aceptar ser los dos primeros lanzadores. Valverde vino a decir en la sala de prensa que un momento de tanta tensión requería frescura mental. Por eso tiró de los que saltaron al césped como revulsivos. Pero también lo hizo por la personalidad que siempre han demostrado en las buenas y en las malas. Dispararon al mismo lado, costado derecho de la portería, golpeo de interior y delirio en la grada. El del capitán significaba ponerse en ventaja, después de que Julen Agirrezabala detuviese el anterior a Morlanes, y lo demostró con su gesto de rabia y con el detalle de acercarse a animar al meta antes de que Radonjic lanzase el suyo a la grada. No es casualidad.

El capitán ha sufrido mucho este curso, en el que no alcanza ni los 800 minutos en todas las competiciones (en los que sólo ha podido hacer dos goles) y sus titularidades se limitaban a las primeras rondas de esta ya histórica edición de la Copa del Rey. Le costó entenderlo, asumirlo y digerirlo, algo lógico en un futbolista que, desde los 16 años que debutó, ha sido siempre importante sobre el verde. Sin embargo, hizo un clic, apoyado y recomendado por su entorno más cercano, para intentar disfrutar y aportar desde su nueva posición en segunda línea. Entendió que debía ser el mejor compañero posible, ser el primero en llegar a celebrar los goles, aconsejar incluso a su competencia más directa como Unai Gómez y, por supuesto, no generar ningún problema. Anoche no soltaba la Copa.

Lo demostró en la rueda de prensa previa, con constantes mensajes grupales y siendo muy contundente para no hablar de su futuro: "Sería una aberración", llegó a decir. Pero la realidad es que su futuro está sobre la mesa. Sin minutos como titular e incluso tercero en la rotación de la mediapunta tras Sancet y Unai Gómez, su continuidad a los 31 años es complicada. Ha llegado a este este curso 16 veces en el banquillo sin participar ni un solo minuto. El club quiere que siga, porque es una institución, aunque con una evidente rebaja salarial. La decisión es suya.

Muniain cuenta lo que se siente al ser campeón.RELEVO

Ni mucho menos es un tema económico, se trata más de un tema de gestión de carrera y el miedo a empañar una trayectoria de leyenda en el club al que llegó en edad infantil desde Pamplona. Muchos años después, es el segundo futbolista con más partidos de la historia de la entidad y el capitán que levantó una Copa 40 años después, además de contar con dos Supercopas en su palmarés. Lógico que se emocionara y que no soltase el trofeo hasta el amanecer: "Esto alivia todo el sufrimiento que ha habido", reconoció. "Es una felicidad enorme, descomunal, nos quitamos una losa de encima. Había mucho peso, muchos años, muchas lágrimas detrás de esta bonita Copa".

Con Raúl, en cambio, la decisión será del club. Ya el curso pasado dudaron en si ofrecerle un año adicional, que finalmente llegó porque el 'Txingurri' lo quiso. Con la temporada acabada y a pocos días de acabar contrato, se le puso sobre la mesa una oferta muy a la baja de un año que aceptó, aunque entonces todos entendieron que apuntaba a ser la última. Con 37 años, los pocos minutos que ha tenido (393') hacen pensar en que está a unos meses de salir de la entidad en la que ya lleva ocho años, aunque la clasificación europea y esa confianza que el técnico tiene en él dejan una ventana abierta a que vuelva a repetirse lo del curso pasado.

De Marcos, otro veterano con premio final

Si Raúl García y Muniain fueron protagonistas inesperados, Óscar de Marcos volvió a demostrar que es incombustible. 120 minutos para un futbolista que ya tiene que medir cargas de trabajo durante la semana porque su cuerpo va dando señales de agotamiento. Acabó con una contractura en el cuello y con muchos dolores, pero las lágrimas eran solo de felicidad. Como Muniain, por conseguirlo después de cinco intentos. Le llega el premio también en sus últimos coletazos, a pocos días de cumplir 35 años y con su tercera paternidad recién estrenada.

Su caso es diferente a los de Muniain y Rulo, porque él lleva 2.230 minutos en las piernas, pero su futuro es una incógnita. Él tampoco ha querido darle demasiadas vueltas durante el curso para centrarse en disfrutar, siempre pensando que es el último año, la última final, la última experiencia... Así lleva tres temporadas, aunque la pasión, el sentirse importante en el césped y, sobre todo, la insistencia de Valverde y del club para que continúe le convencieron hace 12 meses. Ahora, con la Copa en la vitrina y en el corazón para toda la vida, debe decidir si le suma un año más a esta extensa carrera que le ha convertido en leyenda rojiblanca, o si pone punto y final y se va por la puerta grande tras levantar al cielo de Sevilla la Copa más deseada.