Vinicius vs Araujo: así evolucionó una batalla que propició Xavi
Este duelo ha marcado los últimos Clásicos y amenaza con seguir condicionando este enfrentamiento.

A Ronald Araujo el debut en un Clásico le llegó tarde. Fue en abril de 2021, más de dos años después de sus primeros minutos en el FC Barcelona. El equipo azulgrana, obligado a ganar, visitaba Valdebebas en el extraño caso de fútbol post-pandémico con una defensa de tres formada por Lenglet, Araujo como central por dentro y Mingueza. Solo Ronald sigue en el Barça menos de dos años después. Fue la primera vez que el uruguayo se las vio con Vinicius, que en aquel encuentro (2-1 para los de Zidane) martilleó la espalda de Mingueza. El uruguayo empezó a descubrir que más temprano que tarde terminaría acercándose a Vinicius, como un imán que le llama. El brasileño nunca volvería a disfrutar tanto como aquel día.
Parece que llevemos muchos años viendo uno de los mejores duelos que puede regalar el mundo del fútbol, pero en realidad solo son cuatro partidos desde abril de 2021. De esos cuatro, los dos últimos cara a cara entre ambos , con Araujo directamente resituado como lateral para enfrentar al incombustible Vinicius (y victorias para el Barça, el uruguayo no estuvo en el último de Liga). Desde ese ajuste de Xavi para emparejar a su mejor defensor en el duelo directo y su mejor corrector, el egarense buscaba generar un minipartido dentro del mismo, un 1x1 más propio del baloncesto que del fútbol en el que el uruguayo aceptase con una sonrisa cada embestida de Vinicius.
El cambio de posición que realizó Xavi en marzo de 2022, cuando el técnico prescindió de Dani Alves en el lateral para colocar allí a Araujo, tuvo un impacto directo en la forma en la que ambos equipos entenderían las ventajas y debilidades que se les presentasen. El partido previo, en las semifinales de la Supercopa, Xavi vio cómo el Alves vs Vinicius obligaba a Araujo a acudir constantemente a zonas que desprotegían el carril central, desnudando el carril en el que Benzema emerge como castigo. Bastó una prueba para que el entrenador del Barça tomase esa decisión. Y en la siguiente disputa, Ancelotti tomó la suya.
Puede que nadie haya mostrado la capacidad de Ronald Araujo ante Vinicius ya no de ganar duelos, sino de extinguirlos como se apaga una cerilla. En acciones en las que el brasileño abrasa a sus rivales con su cambio de ritmo y correteo constante, el uruguayo ponía muslo y cadera para demostrar que aquello que le vale ante el 99% de rivales, con él no bastaría. Así, el Barça transformó una debilidad no en una ventaja, pero sí en una variable más.


De pasar de atacar a Mingueza o Alves en anteriores Clásicos, Vinicius se topó con Araujo. De ahí que, ya en la Supercopa de España de este curso, Carlo Ancelotti tomase medidas y empezase a cambiar comportamientos en el recorrido del brasileño, movimientos que elevan su techo porque le multiplican las opciones de ser letal. Lo cierto es que, en los cuatro partidos en los que se han enfrentado, Vini ha provocado cuatro faltas y le ha regateado cuatro veces, cifras que para cualquier otro jugador serían brutales, pero que descubren un trazo de mortalidad en el uruguayo, un pequeño talón de Aquiles. Un jugador que apenas es regateado 0,15 veces por partido lo ha sido 1 por encuentro cuando el brasileño está delante. Y Ancelotti, lejos de querer buscar eso, prefiere otros caminos.

En la Supercopa, Ancelotti optó por centrar la posición del brasileño no como punto de partida, pero sí como una zona en la que estacionase y se quedase, buscando atacar la espalda de Busquets y dejar sin referencia a Araujo, sin misión alguna sobre la que trabajar. El brasileño mejoró, de hecho provocó dos faltas al uruguayo y le regateó otras dos, pero el nivel del resto de compañeros dejó en nada su buen partido.

Otro de los puntos que el Real Madrid trató de explotar, y que contienen un grado de peligrosidad elevado, es eliminar directamente a Araujo de la ecuación iniciando con Vini dentro y buscar que Benzema y él sobrecarguen la zona de los centrales para atacar la profundidad, algo en lo que el brasileño ha crecido mucho.


Mientras que Xavi busca aislar a Araujo con Vinicius, algo que para el resto de entrenadores sería contraproducente, Ancelotti pretende juntar a su extremo con los centrales, en zonas más concurridas pero, paradójicamente, más relajadas, pues un mayor número de piernas no implica mayor control defensivo. Sabiendo que el peaje de Xavi para mover a Araujo es que desde la banda puede llegar a menos zonas a cambio de llegar siempre sobre el brasileño, el técnico italiano anticipa un movimiento ganador con otro de mayor calado. ¿Qué decisión tendrá mayor peso en esta nueva edición?