Lío entre el Barcelona y la RFEF en la celebración de Copa: "Aquí lleno de youtubers y mi familia arriba"
Los jugadores del campeón no pudieron celebrar con algunos de sus allegados.

Empieza a ser relativamente común que los futbolistas no disfruten al 100% de las celebraciones. En parte, por las restrictivas normas de las organizaciones, que tratan de que las cosas no se salgan de control. En la Copa del Rey, esta tesitura provocó un enfrentamiento entre los jugadores y la Real Federación Española de Fútbol que se desató cuando algunos de los familiares y amigos no pudieron bajar al terreno de juego.
Ya con la copa alzada y el estadio semivacío, los jugadores se acercaron a la grada para que sus allegados entrasen. La Federación se puso a repartir acreditaciones que debían colgarse del cuello. Sin embargo, no tardaron en darse cuenta de que no había para todos. El más enfadado, Iñigo Martínez, quien no daba crédito con la escena.
Tampoco estaba contento Pedri. Captado por Relevo, el canario mostró su descontento con la situación: "Lo que es una vergüenza es que deis 100 acreditaciones solo cuando traigo 30 invitados". Miraba a la grada, esperando una solución que nunca llegó. Para hablar con algunos amigos, se tuvo que acercar él. "Ahora celebramos en el hotel de la familia, que no he podido ver a todos por un lío con las acreditaciones. Pero bueno, tengo ganas de verlos, darles un abrazo y estar con ellos un rato", dijo después en zona mixta.
Cada vez más futbolistas se dieron cuenta y acabaron protestando. "Aquí lleno de youtubers y mi familia arriba", llegó a decir uno de los futbolistas. Esto se debe a que la Federación permitió pasar a varios influencers al terreno de juego para celebrar con los futbolistas. Sin bien tienen relación con algunos de ellos, la mayoría prefería la presencia de sus familiares y no la de gente ajena.
No fue a mayores y la plantilla no tardó en regresar al vestuario. Siguieron con la fiesta en las entrañas de La Cartuja, con Lamine y Balde desatados. El equipo hará noche en Sevilla y se espera una noche larga. No es para menos. Y esta vez, con todos los familiares presentes.