Lo que no se vio de la celebración del Barcelona: los bailes de Lamine Yamal, el saludo de Vinicius y el emotivo recuerdo al doctor Miñarro

Contraste. Alegría y tristeza. La Cartuja vio cómo el Barcelona gritó y festejó su 32º Copa del Rey... pero también cómo el Real Madrid lamentó una derrota en los minutos finales de la prórroga. Aunque se produjeron detalles que no se observaron por televisión. Sobre el césped saltó todo el banquillo nada más que el silbato de De Burgos Bengoetxea sonó tres veces y comenzó una fiesta.

La nota negativa la dejó Gavi -cogió una bandera que ponía 'Antimadridistas' más tarde-, que celebró en la cara de Raúl Asencio el triunfo y desató un pequeño rifirrafe que no pasó a mayores... porque el Barcelona estaba en otros menesteres. Bellingham acabó llevándose la roja por decirle algo al colegiado. Pero las cámaras se centraron en Araujo, que desató la locura en las gradas adentrándose, literalmente, entre los aficionados de las primeras filas. Y todos sus compañeros le siguieron. De qué forma. Se formó un corito en el que saltaron y cantaron con la grada baja del Gol Sur de La Cartuja.

Pero hubo más. Mucho más. Lamine Yamal fue a saludar a todos los jugadores del Real Madrid. Uno por uno y en medio de la celebración de sus compañeros. Un gesto muy deportivo, también como Koundé. El francés siguió los pasos del extremo... y se convirtió en el verdadero protagonista nada más llegar con el resto de la plantilla culé. El héroe de la Copa del Rey fue recibido por todo el cuerpo técnico con reverencias. Le 'limpiaron' la bota derecha, la que desató la locura, y Hansi Flick le recibió con un cariñosísimo abrazo. Un apretón de lo más alemán.

Lamine Yamal también fue protagonista. Reclutó todos los focos. Se dio la vuelta a la camiseta, se puso dos gafas de sol -una sobre su nuevo look- y se marcó un par de bailecitos ante la atenta -y paternal- mirada de Lewandowski. Es la felicidad del Barcelona. De una plantilla que saltó de alegría por la Copa del Rey... y la dedicó al cielo de Sevilla.

Porque Ferran Torres sacó una camiseta en recuerdo del doctor del Barcelona Miñarro, fallecido hace algo más de un mes. El ex del Valencia tuvo un detalle que fue, como no podía ser de otra forma, apoyado por todos sus compañeros. Un gesto con alguien que también forma parte de esta Copa del Rey. "Por Carles y por todos los culers que nos siguen desde arriba", escribió el Barcelona en sus redes sociales junto con la foto oficial de celebración, donde se aprecian varias camisetas en memoria del médico fallecido.

En el otro lado del campo, el Real Madrid cayó con honores. Pero cayó. Sufrió la derrota como el que más. Pero, más allá de ese rifirrafe con Gavi, en el que acabó Bellingham expulsado y Rüdiger -que vio la roja en la prórroga- tuvo que ser sujetado por sus compañeros, los merengues se portaron. Tchouaméni fue el primero en 'colarse' en la celebración del Barcelona para darles la enhorabuena. Uno a uno. Y le siguió Vinicius. Gestos deportivos en un festejo pacífico.

Hubo tensión, sí, pero nada que ver con anteriores clásicos. Deportividad. Y todo acabó con el Barcelona haciéndole un pasillo al Real Madrid. Justo antes de levantar al cielo de La Cartuja la Copa del Rey por 32º vez en su historia.