COPA DEL REY

La Copa del Rey empieza en Sevilla con más políticos que hinchas y las luces y sombras que conlleva un Clásico

La idiosincrasia de una ciudad que históricamente reniega de los dos grandes de España, clave en una semana donde el ambiente aún no ha llegado a las calles. Las autoridades, los mayores 'protagonistas' -forzados- por el momento.

La foto oficial de las autoridades junto a Jesús Navas y Joaquín con la Copa del Rey./
La foto oficial de las autoridades junto a Jesús Navas y Joaquín con la Copa del Rey.
José Manuel Rodríguez
Samuel Silva

José Manuel Rodríguez y Samuel Silva

Poco más de 48 horas faltan para una nueva final de la Copa del Rey en el Estadio de la Cartuja. Días previos en los que en Sevilla apenas existe atisbo de todo un Real Madrid-Barcelona, más allá de los actos con los políticos y las autoridades. El propio trofeo ha sumado 24 horas en la capital hispalense casi en la clandestinidad, hasta que Joaquín y Jesús Navas lo han portado hasta el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía. Faltaría más...

El sentir de la ciudad está siendo bien distinto a años anteriores. En la última edición, miles y miles y miles de vascos inundaron las calles de Sevilla desde días antes. Una afición que se pasa de lo normal. Pero las de Osasuna, Mallorca o Valencia también hicieron mucho ruido, y eso será una comparación inevitable para los próximos días. Pero eso aún no ha llegado. Ahora sólo es tiempo de infinidad de eventos en los que los políticos vuelven a aparecer para ponerse en la foto. Los aficionados y los futbolistas ya tendrán su momento, que todavía no ha llegado.

Vídeo de la llegada de la Copa a San Telmo.

Únicamente las autoridades llevan días pendientes de la final. Primero, intentando poner orden en un escenario con unas obras que se han llevado a contrarreloj. También recibiendo el trofeo, que llegó a Sevilla el miércoles a una hora y con unos protagonistas para nada esperados: por la tarde, cuando ya habían acabado los informativos -ni dos aficionados se asomaron a ver el trofeo-, y custodiada por un elenco de políticos... y Pepe y Julio Salinas como baluartes de Real Madrid y FC Barcelona.

Hasta el momento, Juanma Moreno ha sido el que más efusividad le ha dado a la Copa del Rey. Presentó la quinta edición consecutiva desde el césped del Estadio de La Cartuja. No aceptó preguntas. Fue un discurso simplemente. Se entiende que el temor a un sinfín de cuestiones, sobre unos accesos de otra época y unas obras que se han prolongado demasiado en el tiempo, era palpable. Más politiqueo, menos social.

También afecta, indudablemente, la esencia de una ciudad empeñada en no entregarle la cuchara a los grandes. Aquí en Sevilla se apoyó a Osasuna en aquella final de Copa del Rey ante el Madrid en 2023, pero también se festejó con el Athletic y se lloró con los del Mallorca. Una capital en contra de los grandes del fútbol español. Así de sencillo. Con otras aficiones, los sevillanos no dudaron en volcarse y ser uno más de la fiesta. Esta vez, todo parece distinto, aunque los pueblos de la provincia le darán ese color que le falta a las calles.

Y es que no hay ambiente de final. En las calles de Sevilla no se respira fútbol. Al menos de momento. Hasta muchos viandantes se sorprendían cuando se cruzaban con Joaquín y Jesús Navas. Nadie tenía noticias de ese traslado de la Copa desde el Guadalquivir a San Telmo. Bueno, sí, la representación política era mayoría en una tarde en la que la ciudad, sevillistas y béticos, están más pendientes de los encuentros de sus equipos.

Nadie duda que el sábado será una fiesta y la Copa del Rey será la única protagonista, y no tantos políticos al calor de la foto, que el pueblo no se asoma al objetivo, al menos, por ahora. Seguro que la temperatura irá subiendo cuando se vaya acercando la hora del encuentro. Y también que el sevillano, al que también le gusta apuntarse a todo, estará pidiendo entradas a última hora. De momento, la Copa se podrá visitar en San Telmo, junto a una exposición fotográfica que recorre la historia del torneo. Los primeros aficionados que lleguen a Sevilla ya tienen una primera parada.