Del funeral de 2022 a la fiesta de Aguirre: "Perder aquel día era una mancha en tu carrera"
El mexicano, que promete ir a Lluc si vence al Athletic, resalta el gran ambiente en el Mallorca antes de la final copera.

Sonriente y bromista, como casi siempre, aparece Javier Aguirre en la previa de la final de la Copa del Rey. Sin guión para esa charla en la que tratará de elevar el pulso de su Mallorca, pero sí con el recuerdo de otros días más oscuros que deben servir para valorar y disfrutar más este momento. "Perder aquel día era una mancha en tu carrera", sentenció el mexicano al evocar un partido de hace 23 meses, cuando el objetivo del equipo bermellón era la permanencia y no la disputa de un título.
Todo se remonta al 11 de mayo de 2022. Cuatro días antes el Mallorca había sufrido un tremendo varapalo ante el Granada, con un 2-6 que lo convertía en claro candidato al descenso. La tensión se palpó durante toda esa jornada. Del NH Collection, el mismo hotel en el que se aloja la expedición para esta final, al Estadio de la Cartuja, donde Aguirre se llevó a su equipo para una sesión de activación en la misma mañana en la que debía visitar después el Ramón Sánchez-Pijzuán. "El equipo está muy tocado", era el comentario que se escuchaba por los pasillos, entre aquellos empleados que ya empezaban a afrontar la realidad de un posible descenso.
Pero el Mallorca de Aguirre revivió. Con las paradas de Manolo Reina, que realizó el último gran trabajo para la causa después de que el entrenador mexicano lo rescatase para el once inicial. Con un ejercicio de resistencia que incluso pudo tener un premio mayor en alguno de los contragolpes finales, el Mallorca se llevó un punto de Sevilla que le hizo afrontar los siguientes partidos de otra manera hasta que el Granada, precisamente el equipo que lo había goleado, acabó siendo el tercer descendido.
"Es absolutamente diferente. Habíamos perdido 2-6 y estábamos en Segunda División. Vinimos a Sevilla, entrenamos en La Cartuja casualmente... Era una final. Perder ese día significaba irse a Segunda, significaba contratos a la mitad, significaba una mancha en tu carrera, significaba un paso atrás, igual finalizar mi trayectoria en España, yo qué sé… Hoy es un escenario diferente. Este escenario, con ustedes aquí, le dan al partido de mañana otra dimensión y vamos a intentar ganar", recordó Aguirre, que le ha cambiado la vida al Mallorca en estos dos años en su banquillo.
"Aquel día salió, empatamos aquí, con una mano salvadora de Manolo Reina, al que le mando un saludo", dijo después el entrenador mexicano, que aseguró que improvisará su mensaje a los futbolistas como también hiciera aquel día de mayo de 2022. "No hago guiones, a veces sale y otras no. No sé qué voy a decir. Va a ser algo natural. Ellos me conocen, no puedes actuar, lo detectan, no puedes fingir con discursos que no sientes, que estés leyendo o de memoria. Si no hablas con el corazón estás jodido", agregó Aguirre, que sí dejó claro que su Mallorca no acude a La Cartuja como convidado de piedra: "Queremos ganar el partido, competir y ser campeones. Sabemos que no es fácil, tienen 25 puntos más en LaLiga, nos ganaron 4-0 en el último partido, pero siempre hay un pero. Nos jugamos un título, es algo histórico para los que estamos en ese vestidor y lo vamos a pelear".
Una nueva final y una promesa
Con el recuerdo de la final de 2005, en la que cayó ante el Betis, Aguirre sí se siente ahora un entrenador más completo. "A nivel personal estoy más reposado. Entonces fue un Osasuna-Betis, en el que el Betis era mejor, estaba en Champions, pero era muy parecido ahora. Mis hijos eran pequeños, no podían valorar, ahora vienen a disfrutar con su padre, que está en el ocaso de su carrera. Es distinto a nivel personal. A nivel profesional tengo mayores elementos y herramientas, más experiencia y conocimiento del juego. Eso me hace estar seguro de mi trabajo. Todo eso con el respeto a Ernesto y a su plantel, que nos han superado en LaLiga y en los duelos directos", indicó el mexicano, que también dejó claro lo que haría si se lleva la Copa de vuelta a Palma: "Ir a Lluc. Nunca he ido, es una especie de monasterio y es una tradición de los técnicos cuando salvan al equipo. Cuando lo hizo yo no fui, que no prometí nada entonces. Prometo que si somos campeones iré".