COPA | ATHLETIC - MALLORCA

Pánico en Sevilla a que la Copa no le siga regando de millones y La Cartuja vuelva al ostracismo: "La que ha liado Rubiales..."

La cercanía de la finalización del contrato con la RFEF y las investigaciones arriesgan 50M€ por edición. La Junta negociará.

Los aficionados del Real Madrid celebran la última Copa ganada por su equipo en La Cartuja en 2023./
Los aficionados del Real Madrid celebran la última Copa ganada por su equipo en La Cartuja en 2023.
Alfredo Matilla
Samuel Silva

Alfredo Matilla y Samuel Silva

Sevilla.- No está presente pero seguro que le pitan los oídos. Vayas donde vayas por Sevilla a estas horas, la figura de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación de Española de Fútbol, está en boca de todos. Si hace unos meses protagonizaba todas las tertulias por aquello del piquito no consentido con Jenni Hermoso, ahora, en la ciudad que acoge la final de la Copa del Rey, su nombre sobrevuela por el tema de La Cartuja. Se ha pasado de la satisfacción por aquel acuerdo entre la Junta y la RFEF a la más incómoda incertidumbre. Nadie sabe si este matrimonio de conveniencia perdurará en el futuro debido a la crisis galopante que se vive en Las Rozas, con la Federación bajo la lupa y descabezada.

Un anécdota, a modo de revelación, confirma que el motrileño está hasta en la sopa estos días, para bien y para mal, en todas las conversaciones que giran en torno a este Athletic-Mallorca que se celebrará mañana sábado (22:00h). Uno de los interventores de Renfe que lideraban el AVE de media mañana que trasladó ayer a los primeros trabajadores de la RFEF a Sevilla, ya dio un avance de lo que espera este fin de semana. Con una simple broma, que daba respuesta a la pregunta de un compañero, hizo ver que el protagonismo de Luis ha recobrado fuerza. Si su socio le preguntó, en voz alta y con guasa, si había subido Rubi al tren que ya estaba en marcha, él no se cortó en su réplica entre las risas de los pasajeros y del resto de la tripulación. "No, seguro, lo sé porque tengo la cartera aquí guardada".

Rubiales y su habilidad para los negocios siempre ha sido muy puesta en valor en Sevilla. Por eso, cuando en anteriores ediciones montaba cenas oficiales por todo lo alto para explicar las bondades de los contratos firmados, se le agasajaba. Una final de Copa, según los datos oficiales que maneja el ayuntamiento local, supone una media de 50 millones de euros a las arcas. Unos registros que, sin llegar a lo que supone la Feria de Abril (900 millones en una semana) o la Semana Santa (400), podrían superarse incluso en esta ocasión con la marea de aficionados llegados de Bilbao sin entrada. "Hay lleno técnico en la planta hotelera de la ciudad y su provincia con los más de 60.000 aficionados del Athletic y los 20.000 del Mallorca que se esperan", aseguran fuentes de la asociación hotelera de Sevilla y Andalucía que engloban a los más de 800 bares y restaurantes con los que cuenta la capital andaluza.

Y a ese beneficio, hay que sumar que, por otra parte, la Federación nombró a La Cartuja como sede preferida para los partidos de la selecciones masculina y femenina para esta década con la intención de llegar hasta el Mundial 2030, donde sería una de las sedes, como el escenario con el que se identificara mayormente a La Roja sin el impedimento de que también visite otras ciudades. Por ese mismo motivo, ahora los hosteleros de la ciudad y los propietarios de los diferentes establecimientos de ocio que pueblan Sevilla ponen el grito en el cielo con el descarrilamiento del que fuera mandamás en la Ciudad del Fútbol de 2018 hasta el verano pasado. Su salida y sus manchas por aclarar ponen el solfa todo este tipo de acuerdos con los que ellos se benefician y, lo peor de todo, sus renovaciones. "Tenemos miedo a que el nuevo presidente quiere desmarcarse de estos acuerdos y mire a otra ciudad", es la frase más repetida por los empresarios del ocio en Sevilla.

Aun así, la Junta es optimista y tranquiliza a la ciudadanía. Hoy mismo ha anunciado que prevé negociar la renovación de todos convenios con la directiva resultante de las próximas elecciones a la RFEF del 6 de mayo. Así lo ha manifestado el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, en declaraciones a los medios de comunicación, exponiendo que con esta final "acaba" el convenio con la RFEF gracias al cual dicho espacio ha acogido las finales de la Copa del Rey.

EFE
EFE

Una relación que se acaba...

La razón principal de este baile de sensaciones se debe al hecho de que Rubiales fue clave para que la Copa haya hecho ingresar muchos millones de euros a la ciudad desde 2020. Sin embargo, ahora esa sinergia tan ventajosa para la restauración está más en el alambre que nunca, con un juicio social importante y con los partidos políticos divididos y enfrentados en torno a este debate. "Ahora todo está en al aire y preocupa, mira cómo esta la ciudad hoy con dos aficiones que, además, provienen de dos enclaves con un alto nivel adquisitivo y gastan mucho... ¡La que ha liado Rubiales!", reconocía anoche, como desahogo y resignación, uno de los importantes propietarios de varios pubs nocturnos que están a rebosar estos días a orillas del Guadalquivir y con la Torre del Oro al fondo.

Pese a las declaraciones tranquilizadoras de las instituciones, el miedo se palpa en cada rincón. En primer lugar porque la duración del acuerdo entre la Federación y la Junta por albergar la final de la Copa del Rey está a punto de expirar y nadie puede garantizar hoy que se vaya a ampliar. El propio Rubiales negoció, en un principio, un pacto hasta 2023 pero se extendió hasta 2024 para compensar que en el año de la pandemia se disputaron dos finales en sólo 15 días en unas condiciones que no son las actuales al no haber público ni viajes masivos entonces. Y el segundo motivo se centra en que la investigación de la UCO con los contratos de remodelación de La Cartuja (con supuestamente una comisión de 530.000 euros para el expresidente) deja al estadio en mal lugar complicando mucho, aunque sea moralmente, una renovación duradera que no va a ser nada sencilla a tenor de los últimos movimientos. La jueza investiga una subvención "excepcional" de 4,9 millones para adecuar el estadio de cara a la Eurocopa de 2020 que acabó disputándose en 2021 por el Covid.

Sin ir más lejos, el PSOE e Izquierda Unida (IU) en Andalucía han reclamado en las últimas horas "explicaciones" al presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP-A), por los contratos que la administración andaluza firmó con la RFEF en la etapa de Rubiales. Y hay quien puso el foco incluso en los contratos de patrocinio. El portavoz adjunto del PSOE-A, Josele Aguilar, subrayó que la Junta firmó con la RFEF cuatro contratos para el patrocinio de las cuatro últimas finales por un importe de 13 millones de euros: "Es decir, cada final recibía un patrocinio de más de 3.250.000 euros y ahora (ya sin Rubiales) en la edición de 2024 sólo va a recibir 726.000 euros por este concepto... Tienen que dar muchas explicaciones sobre por qué se regó de esa manera ingente a la Federación presidida por Rubiales, puestos que son fondos públicos y por tanto de todos los andaluces".

Un estadio siempre en el candelero

La Cartuja, construida como recinto multiusos en el espacio donde se celebró la Expo de 1992, siempre ha estado en el foco por haber sido mucho menos de lo que se esperaba. De hecho, fue el centro del proyecto olímpico de 2004 y 2008 que nunca acabó por consumarse. Su inauguración se produjo el 5 de mayo de 1999 y se construyó con motivo de la disputa del Mundial de Atletismo de ese mismo año en la capital hispalense.

Con una capacidad de 57.619 espectadores, si ahora está de moda es, entre otras cosas, porque la Federación rescató al estadio del ostracismo del que sólo salía por algunas pruebas menos de atletismo y por alguna final de Copa salpicada de vez en cuando. Esta será la octava final que se dispute en la ciudad después de las de 1925, 1999, 2001, 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023. Actualmente el estadio es gestionado por la Sociedad Estadio Olímpico de Sevilla SA (EOSSA), en la cual se encuentran representados la Junta de Andalucía (40%), el Gobierno de España (25%), el Ayuntamiento de Sevilla (19%), la Diputación (13%) y Real Betis y el Sevilla (comparten el 3%).