REAL MADRID- REAL SOCIEDAD

El hito que busca la Real Sociedad ya lo logró en 1988: "Eran 80.000 personas llamándonos de todo y aquel día salimos ovacionados del Santiago Bernabéu"

'Bixio' Górriz y Agustín Gajate recuerdan para Relevo el 0-4 conseguido en la ida de la eliminatoria de Copa hace 37 años.

Bixio Górriz y Agustín Gajate, en uno de los múltiples partidos que jugaron juntos. /DV
Bixio Górriz y Agustín Gajate, en uno de los múltiples partidos que jugaron juntos. DV
José Luis Lorenzo

José Luis Lorenzo

La Real Sociedad venía de tocar la gloria con las manos en la edición anterior de la Copa del Rey, con esa victoria ante el Atlético de Madrid en una tanda de penaltis inolvidable y en la que Luis Arconada se erigió en el héroe blanquiazul con el penalti detenido a Quique Ramos. Los entrenados por John Benjamin Toshack, sin embargo, no se conformaban y querían un segundo título copero consecutivo. Para ello debían derribar un obstáculo de dimensiones considerables como era el Real Madrid y con el hándicap de que el partido de vuelta de las semifinales se jugaba en el Santiago Bernabéu.

El 1-0 de Atotxa marcado por José Mari Bakero tampoco es que invitara mucho al optimismo, pero el coliseo blanco, aquel 18 de febrero de 1988, fue el escenario de una gesta que todavía se recuerda. El conjunto blanquiazul, en una segunda parte para enmarcar, pasó por encima del Real Madrid, sellando así el pase a una nueva final de Copa. Eso es precisamente, lo que buscarán hoy los de Imanol, el billete a una nueva final. Para ello, la Real Sociedad tendrá que protagonizar una nueva hazaña, más grande aún que la de hace casi 40 años.

'Bixio' Górriz y Agustín Gajate, dos de los héroes de aquella proeza, echan la vista atrás en el tiempo y tampoco consideran tan sorpresiva la clasificación de la Real Sociedad para aquella final que, finalmente, se perdió contra el Barcelona. "Veníamos de una situación muy buena, el equipo funcionaba muy bien. Con 1-0 al Bernabéu, la lógica dice que puedes perder. Pero es cierto que estábamos muy bien. Nos salió un partido redondo y pudimos meternos en la final", valora Gajate. Su amigo Górriz se expresa casi en los mismos términos y destaca la respuesta del equipo a una situación de cambios importantes como el de la llegada de Toshack en lugar del añorado Ormaetxea. "Veníamos de ganar las dos Ligas, pero algunos compañeros se habían dio del equipo. Hubo cambios importantes por la transcendencia de los mismos. Se fue Alberto y vino Toshack y ahí hay un cambio. Él empieza a intentar hacer un equipo con gente como Bakero o Txiki, futbolistas ya más maduros. Éramos un equipo fuerte, con buenos jugadores, que funcionaba bien y en un momento de forma muy bueno. Cuando llega la semifinal, sabíamos que iba a ser un partido complicado, sabiendo que teníamos que sufrir, pero que si superábamos esa etapa, teníamos nuestras posibilidades y así fue", se alegra el de Irún.

Es precisamente Toshack, en opinión de Gajate, "el que empieza a hacernos creer". Para el exfutbolista, "él es la cabeza, pero se encuentra también con una serie de jugadores que empiezan a rendir a tope como Bakero, Txiki, Rekarte... Veníamos de ganar la Copa anterior. Nos habíamos creído que podíamos volver a ganarla. Motivación no hacía falta apenas. Además, yendo a Madrid te da otro plus. ¿Todos los partidos son iguales? En principio, sí, pero no es así, la realidad dice que hay estadios que te dan un plus", confirma Gajate.

Górriz y Gajate recuerdan cómo eran los partidos en el Santiago Bernábeu. Relevo

Y el Santiago Bernabéu siempre te lo daba. "Era un campo duro para nosotros. En la época anterior, un poco por temas políticos... Siempre se han metido mucho con nosotros, pero a mí me motivaba mucho ese campo. Tener a 90.000 personas que te están llamando de todo, me ponía", revela Gorriz que junto a sus compañeros de equipo vivieron un episodio inolvidable. "Lo gracioso de todo es que ese día terminaron aplaudiéndonos. Salimos ovacionados del Bernabéu", recuerda Gajate. "Posiblemente, la única vez", le reafirma su pareja de baile en el eje de la zaga. "Fue un partido muy especial. En el primer tiempo sufrimos mucho. Nos fuimos con empate a cero, pero sufriendo mucho. Luego, en la primera jugada, en un córner metimos el gol. 0-1. El equipo empezó a jugar, a funcionar y les pasamos por encima. Hubo algunos aplausos, que eso era rarísimo, pero el recibimiento era duro, pero que nos ponía. A mí me gustaba", declara el de Irún.

"El Mundial del 82 nos hizo mucho daño. La última cena que hicimos de fin de temporada, ellos estaban concentrados con al Selección y cada jugador tenía dos guardaespaldas en ese momento. Hicimos una cena y ya era una situación muy dura y difícil"

'Bixio' Górriz Exfutbolista de la Real Sociedad

Ese pase a la final fue una de las muchas gestas que consiguió la Real que, por aquel entonces, vivía la mejor época de su historia. "Cuando estás jugando no piensas tanto en eso. Sí te das cuenta de que vas consiguiendo cosas, pero se queda ahí. Ese año fuimos subcampeones de Liga y de Copa. Lo vives, pero no eres tan consciente", subraya al respecto Górriz. "Quizá estábamos acostumbrados no a ser ganadores siempre, pero sí a estar en un nivel alto", analiza Gajate. "La gran pena de ese año es que no consiguiéramos ganar la final. De los partidos que he jugado, quizá es uno de los peores recuerdos que tengo. Ya no solo por perder la final, por el ambiente que hubo, por toda la gente que viajó", lamenta Górriz en un partido en el que la Real partía con la etiqueta de favorito. "Perder esa final nos hizo daño a todos", confirma.

 

Larrañaga, en primera línea, con López Rekarte, Uria y Arconada por detrás, en una imagen del 0-4 en el Bernabéu.  DV
Larrañaga, en primera línea, con López Rekarte, Uria y Arconada por detrás, en una imagen del 0-4 en el Bernabéu. DV

Antes de ese nuevo resurgir, la Real, tras la consecución de las ligas, sufrió un bajón en su rendimiento. Una de las claves radica, en opinión de Alberto Górriz, en lo que sucedió en el Mundial de España. "Nos hizo daño", deja claro el exfutbolista. "Afectó toda la preparación que hubo para aquel Mundial. En la última cena que hicimos de fin de temporada, ellos estaban concentrados con la Selección, una concentración larguísima de casi dos meses. Cada jugador tenía dos guardaespaldas en ese momento. Hicimos una cena y ya era una situación muy dura y difícil. La presión era muy alta. Los objetivos eran muy altos y la mayor responsabilidad cayó en el bloque de la Real Sociedad. A ellos les afectó mucho y nosotros, como compañeros, lo vivimos de esa manera. Fue una situación difícil", sostiene uno de los protagonistas de esta historia.

Górriz y Gajate recuerdan sus años como jugadores de la Real Sociedad y la relación que entablaron. Relevo

Porque en aquella Real también existía la presión. "Lo que pasa es que ahora se hace más abultado todo. Ahora lo que mueve el fútbol es triple que antes. Sentíamos la presión de ir a un estadio a jugar y a tener que ganar. Eso sí, pero todo lo que rodea ahora al fútbol yo no lo he llegado a vivir", se alegra Gajate. "Yo me he divertido mucho, he disfrutado mucho en cada entrenamiento. Pero sí tenías esa sensación. Yo empecé a notarla cuando te dabas cuenta que el equipo podía conseguir cosas importantes. Porque si estás en un equipo en el que quedar el décimo es el objetivo, igual no tienes esa presión pero es que nosotros, desde el primer momento, te dabas cuenta que aquel equipo estaba obligado a pelear por cosas importantes", aclara Górriz. A partir de ahí, "tienes mucha presión sobre todo porque sabes que hay mucha gente muy ilusionada como tú de conseguir cosas importantes y que les puedes defraudar en cierta medida. Tienes esa ilusión de hacer las cosas bien para que sean felices, y cuando fallas, pues te llevas más disgusto", analiza.

«Casi he dormido más con Agus que con mi mujer»

Górriz y Gajate han formado una de las parejas de centrales más exitosas en la historia de la Real Sociedad. "Me dejaba hacer lo que yo quería, no me ponía pegas. Hemos sido un matrimonio sin problemas", reconoce entre risas Gajate. "No tengo el recuerdo de ningún rifirrafe con Agus. En el desarrollo de un partido, puede haber alguna jugada... Tuvimos una relación sensacional y para mí es clave para que un equipo funcione. La relación nuestra personal y luego la relación que teníamos dentro del vestuario", estima Górriz.

"Casi he dormido más con Agus que con mi mujer", suelta el de Irún. "Estar tanto tiempo hace que él me conozca a mí, que yo le conozca a él, cómo jugaba, sus puntos fuertes, sus debilidades. Estar tantos años te hace estar más compenetrados en ese sentido. Quizá no hacía falta ni hablar. Nos llegamos a conocer tanto en ese sentido que no hacía falta ni comunicarse", algo en lo que coincide su pareja de baile: "Compartes tanto dentro del campo que, al final, te conoces muy bien. Cada uno sabe sus fuertes, sus debilidades, por dónde puede ir una jugada. Me he sentido muy seguro cuando Agus estaba de libre, tener la seguridad que le tenía ahí atrás y sabiendo que tenía muchas posibilidades de lo que tú pudieras fallar, él lo pudiera resolver. Eso te da mucha confianza y querer hacerlo bien para que él no tuviera tanto trabajo", explica.

Górriz y Gajate son conscientes de la dureza con la que se empleaban los centrales en su época. Relevo

«Con el VAR actual estaríamos más fuera que dentro»

Centrales de los de toda la vida, fuertes, contundentes, de los que si pasaba el balón, el jugador lo tenía muy difícil, tanto Agustín Gajate como Alberto Górriz tienen "claro" que no tendría sitio en el fútbol de ahora y menos con la existencia del VAR. "Nos tendríamos que haber adaptado a los tiempos de ahora, desarrollar otras capacidades... Hoy en día hay nutricionistas, psicólogos... Ponen muchas herramientas al jugador para que rinda al máximo, pero también la exigencia al jugador es muy alta. Están mucho más preparados que nosotros. Nos hubiéramos adaptado", sostiene Gorriz.

En lo que sí coinciden y en lo que no tienen dudas es en señalar, casi al unísono, que "con el VAR actual, estaríamos más fuera que dentro". Ambos echan la vista atrás en el tiempo y recuerdan un partido entre la Real Sociedad y el Barcelona en Atotxa, con Diego Armando Maradona como protagonista. "Madre mía. Teníamos que estar más de medio equipo en la calle. No sé cuántas faltas le hicimos. Hoy en día es algo que no te lo permiten en el fútbol", declaran.

Gajate y Gorriz, en un Real-Barça.  Diario Vasco
Gajate y Gorriz, en un Real-Barça. Diario Vasco

Por este motivo creen que Messi, por ejemplo, "en aquellos tiempos hubiera tenido más dificultades porque en aquel fútbol se permitía más, los campos eran peores y al jugador de mucha calidad, le costaba más. Me acuerdo de Roberto López Ufarte, los marcajes a los que le sometían en los partidos, eran marcajes que hoy en día no se permitirían", relata Górriz.

Para nada están de acuerdo, en este sentido, que Atotxa estuviera siempre embarrado a propósito. "No es verdad. Algunas veces sí lo estaba, pero con agüita se jugaba bien. Era un fútbol rápido, el balón iba muy muy rápido, pero yo no tengo el recuerdo de que Atocha fuera un campo que siempre estuviera embarrado, quizás la época anterior a nosotros, con el Chino Martínez, con Gorriti, con Ormaetxea, yo creo que igual era una época que sí que el campo se veía peor, pero nosotros teníamos un equipo bueno, que jugaba a fútbol y nos interesaba un campo bueno, no con barro", quiere dejar claro Górriz que confía en las posibilidades del equipo a pesar de que no está dando buenas sensaciones: "La verdad es que el equipo no está fresco, no está bien, pero por calidad y por poder se puede perfectamente porque ya lo ha demostrado. Se puede dar la campanada, siendo consciente de que ganarle al Madrid en el Bernabéu en una semifinal no es nada fácil. Mira todos los equipos europeos que pasan por ahí y caen, pero yo creo esta Real lo puede hacer y yo estoy confiado en que sí".