ATHLETIC CLUB

Un año del éxtasis de Sevilla para el Athletic: "Soy incapaz de ver cualquier cosa de esos días y no llorar"

El último título copero rojiblanco, que rompió una sequía de 40 años, cumple su primer aniversario con la nostalgia invadiendo Bilbao.

Iker Muniain levanta el trofeo a la afición rojiblanca en La Cartuja./Athletic Club
Iker Muniain levanta el trofeo a la afición rojiblanca en La Cartuja. Athletic Club
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Un año. Doce meses. 365 días desde que el penalti de Álex Berenguer entró, pegado al palo derecho defendido por Greif en La Cartuja. El momento en el que se paró el tiempo y se rompió una sequía de 40 años en Bilbao. El instante en el que toda una generación, jugadores incluidos, consiguió vivir lo que tanto habían soñado. La Gabarra soltó amarras aquel 6 de abril de 2024 en Sevilla. Un lugar para siempre único en la historia rojiblanca. Y ahora, un año después, vuelven los recuerdos de los más de 80.000 rojiblancos que viajaron a la capital andaluza convencidos de que esta vez sí, tras siete finales perdidas, se celebraría un título.

Es abril, pero no ese mes de abril. Así daba la bienvenida a este mes el conjunto rojiblanco en sus redes sociales, con un emotivo vídeo repasando imágenes de aquellos días. Sí, días, porque la celebración duró al menos hasta el 11 de abril, cuando Bilbao se abalanzó a los márgenes del Nervión para experimentar en vida lo que tantas veces habían escuchado. Son días de nostalgia. El club vive un gran momento, coincidiendo el aniversario con una 'final' por la Champions League ante el Villarreal y a las puertas de unos cuartos de final de la Europa League, pero la sensación es que nada será como aquel mes de abril de 2024.

"Soy incapaz de ver cualquier cosa de esos días y no llorar". La frase es de un jugador del Athletic Club, que meses después sigue emocionándose al recordar lo vivido. Para ellos, como para todos los aficionados, fue inolvidable. Irrepetible, también. Nada será como la 'primera', aunque el mérito de este grupo sea enorme y puedan conseguir este curso una clasificación a la Champions junto al primer título continental en la historia de la entidad. Pero el grito de alivio y la sensación de haberlo conseguido al fin, solo es posible después de tantos años deseándolo. Muchos pensaron en que no verían nunca al Athletic levantando un gran título y fue hace un año cuando se rompió un techo de cristal que se había resistido cuatro décadas.

Por eso, Bilbao, su gente y sus futbolistas, se emocionan pensando en aquellos momentos. En la tensión que sintieron durante los 120 minutos y esos históricos penaltis. "Le pregunté a mis amigos si fueron a celebrarlo por ahí: "Nos fuimos a casa, nos fuimos al hotel, sin ganas de nada. No teníamos ganas de nada y esa sensación de que íbamos todos caminando, no como si hubiéramos perdido, pero de haberte quitado un peso de encima". Y en parte yo también lo sentí luego en la celebración, que tenía ganas de celebrar por todo lo alto, pero estaba muerto", reconocía en Relevo Mikel Vesga sobre esa sensación de alivio y de haber conseguido lo que tantos años se persiguió.

La ciudad y la masa social vive hoy ilusionada con nuevos retos. El principal, disputar una final de la Europa League en San Mamés. No solo porque se juega en casa, sino porque los bilbaínos han alcanzado dos veces esta instancia, pero no fueron capaces de superar a la Juventus en 1977 ni al Atlético de Madrid en 2012, por lo que tienen también una cuenta pendiente continental que esperan poder saldar este curso. Aun así, nada será como ese mes de abril de 2024 en el que vieron la Gabarra por primera vez.

Más ganas de ganar

En el vestuario, aunque sienten también esa sensación de que lo vivido hace un año es irrepetible, también señalan el hambre de títulos que despertó haber acabado con la sequía. Degustar la gloria impulsa a seguir queriendo más. Y Sancet, en el balcón del ayuntamiento, le puso palabras a ese sentimiento. "Gracias por hacerme vivir uno de los mejores días de mi vida. Después de ver esto solo entran ganas de seguir ganando y traer más título. Os aseguro que no van a volver a pasar cuarenta años para sacar otra vez la jodida gabarra".

Internamente, este equipo se convenció de que podían seguir creciendo. Óscar de Marcos lo pronunció en su discurso a los compañeros cuando les anunció que se retiraría a final de temporada, pero era algo que ya habían hablado internamente. Aunque durante el curso han querido mantener un perfil bajo, 'a lo bajini', han existido varias charlas en ese sentido. Los más veteranos hicieron ver la oportunidad que tenían por delante a los más jóvenes, convencidos de que tenían plantilla para luchar por ganar la Europa League.

Ernesto Valverde también lo cree. "Tiene entre ceja y ceja esta competición", reconocía en privado un peso pesado del equipo hace meses. El técnico quiere seguir haciendo historia y, aunque ha mantenido la tensión competitiva consciente de que clasificar a la Champions es un paso clave en el crecimiento del proyecto, tiene la misma ilusión de volver a surcar la ría en mayo. "Seguiremos soñando con que nos remolquen 8 kilómetros ría arriba, llegando otra vez a este salón para celebrar con millones de bilbaínos y de aficionados del Athletic vengan de donde vengan. Porque nosotros somos los mejores".