Joseba Etxeberria, una leyenda ante su Athletic: "Como le han visto por televisión, se dejan de tonterías"

Joseba Etxeberria se despidió del césped en 2010, ya cuando su eterno regate languidecía y sus carreras en la banda eran cada vez más esporádicas. Un futbolista de los de antes. Encarador, atrevido, ambicioso, anárquico por momentos. Algo más de una década después, brilla como entrenador liderando al Eibar en Segunda División en busca del ascenso y este domingo se medirá al cuadro bilbaíno en Copa del Rey. Quienes mejor le conocen no se sorprenden de la remontada que protagonizó el cuadro armero, que inició en descenso, y tienen clara la receta: "Una gran personalidad, es un líder".

Lo primero de todo, para los más jóvenes, 'Etxebe' es una leyenda en Bilbao. Un ídolo absoluto desde que llegase de forma polémica de la Real Sociedad a finales de los 90 y se retirase como uno de los jugadores con más partidos de la historia del club rojiblanco (514), 15 temporadas y 104 goles. Lógico que se le abriesen las puertas de Lezama al colgar las botas, primero en la formación y después como ayudante de Ernesto Valverde. "Se veía que le encantaba el fútbol, desde entonces ya se intuía que si no era entrenador iba a estar ligado porque estaba todo el día hablando y veía muchísimo fútbol; se iba a relacionar con el fútbol sí o sí", cuenta Mikel Balenziaga, buen amigo, compañero durante dos temporadas y en aquel curso 2013-14 uno de los jugadores a sus órdenes.

"Intento que mis equipos sean muy intensos, que puedan jugar mucho tiempo a ritmos altos y que en los partidos pasen muchas cosas", se define el técnico guipuzcoano a sí mismo. Que plasmen lo que él mismo era en el campo. Pero más allá de tácticas, Etxeberria destaca por su personalidad. Un ejemplo, narrado a Relevo por Chema Aragón, director deportivo del Mirandés hasta este pasado verano, sirve para entenderlo. "Después de perder este año en Burgos le escribí un mensaje y ¿sabes lo que le dije? 'Este es el momento donde tú tienes cualidades para gestionar todo muy bien. A descansar y mañana con el positivismo que te caracteriza'". Y después vino una racha de siete victorias en ocho jornadas. No es casualidad, según Chema. Le conoce muy bien y tiene claro que ahí, en las malas, es donde aparece la mejor versión del Joseba Etxeberria entrenador. "En los momentos más jodidos, él es líder".

Joseba Arriaga, ex compañero como jugador del Athletic, acompañante de habitación y durante una semana jugador suyo en su primera experiencia como entrenador en el Amorebieta, asume como propia esa definición. "Tiene mucha personalidad, arrolladora incluso. No pude conocerle mucho como entrenador porque mi fichaje coincidió con su salida a Tenerife, pero en los pocos entrenamientos que tuvimos ya se percibía esa relación con los jugadores. Se hace respetar", explica. Al extremo no le sorprende el éxito que está teniendo en estos primeros años de carrera y cree que el tramo final como futbolista ayudó al Gallo a "entender mejor el fútbol y a prestar más atención a nivel táctico", aunque recuerda que 'Etxebe' era un "loco" que conocía al dedillo a muchos jugadores y categorías.

Coincide Balenziaga. "Era el nexo entre Ernesto y los jugadores [en su época como asistente de Valverde], y esa cercanía suya y esa manera de vivir el fútbol y de hablar todo el día de fútbol, hacía que pudiéramos hablar con él de todo lo que podía pasar en el día a día. De los entrenamientos, de cualquier confusión que teníamos, corregir cosas…". Tampoco a él le sorprende su carrera en los banquillos y destaca su atrevimiento para asumir proyectos en momentos complicados para ir dando pasos pequeños en su crecimiento. Amorebieta, Tenerife, Bilbao Athletic, Mirandés y, ahora, en un Eibar que sueña con un ascenso que se les ha resistido en las dos últimas temporadas con Gaizka Garitano.

Cuando uno habla de personalidad, el liderazgo es algo intrínseco. Chema Aragón quedó impresionado con esa faceta de Etxeberria desde el primer momento. Desde la primera charla, cuando buscaba entrenador para la temporada 2021-22. Se reunió con varios técnicos, entre ellos el de Elgoibar. "Venía de otra reunión de ocho horas con otro entrenador, cansado, pero en esa hora y media que estuve con Joseba me gustó. Me pareció que en el mano a mano, comunicando, es un tío que te llega. Finalmente fichamos a Lolo Escobar, pero cuando decidimos cambiar de míster la primera opción era él seguro. No hubo dudas porque necesitábamos un líder", cuenta Aragón.

Así llegó a Miranda, tras su pasado en Amorebieta, Tenerife y Bilbao Athletic. Y en Anduva se reencontró con jugadores que había tenido a sus órdenes en Lezama, como Vivian, en esa primera campaña, o, sobre todo, a Beñat Prados, hoy brillando en el primer equipo tras una fructífera cesión en el cuadro castellano-leonés. "Es de los entrenadores con el que más he disfrutado el día a día", destaca el mediocentro navarro, que más allá de la exigencia y el respeto que se le tenía a Etxebe pone en valor la capacidad para amenizar los entrenos y buscar la competencia continua con diferentes ejercicios.

Y lo ejemplifica bien con uno de los 'secretos' del Mirandés: "A él le encantaba competir y que nosotros compitamos entre nosotros. Los miércoles hacíamos como un picnic con los jugadores que habían perdido el juego corto y ahí estábamos todos charlando. Nos lo pasábamos muy bien e hicimos un grupo muy bueno por cosas como esa", recuerda el centrocampista. De 'Etxebe' todo el que le conoce le define también como "un personaje". Bromista y gracioso. "En los rondos se lo pasaba bien. Se ponía cerca, te contaba los pases, vacilaba cuando había caño...", dice Beñat. Como un compañero más, pero siempre manteniendo ese liderazgo para los momentos cruciales.

No solo como entrenador, Balenziaga también destaca esa gestión y cercanía cuando eran compañeros como jugadores del Athletic con una anécdota. "Le teníamos muchísimo respeto como capitán, pero era súper cercano con gente como yo, que acababa de llegar y tenía 20 años. Yo me acuerdo que la primera vez que tuve que salir del Athletic, a la primera persona que llamé para asesorarme fue a él. No era con el que más relación tenía, pero era el capitán y la cercanía que transmitía te daba tranquilidad para poder hablar con él".

Si en los momentos buenos es capaz de "transmitir tranquilidad y normalidad", su mejor versión aparece cuando vienen mal dadas. En Miranda le acechaba el descenso, tras doce jornadas sin ganar y tras perder el derbi ante el Burgos. En el vestuario, reconoce Beñat, ya se especulaba con un cambio de técnico en esa semana, pero ahí apareció el mejor Joseba. "Nos reunió y nos dijo que iba a ir a muerte con su estilo y con su idea de presionar alto. Que confiaba en nosotros y que sabía que lo íbamos a sacar e ir para arriba. Que seguía queriendo arriesgar e ir a por los partidos porque estaba convencido de que lo íbamos a sacar. Fue un punto de inflexión, nos ayudó un montón. Te daba esa confianza porque normalmente a cualquier otro entrenador se le ve nervioso o dubitativo, pero a él le veías feliz y contento y te daba esa tranquilidad".

Chema destaca también el valor de tener un entrenador con un pasado tan importante como el de Etxeberria como futbolista. "El jugador piensa 'soy bueno, pero el bueno de verdad es el que jugó un Mundial es el entrenador'. Como ha sido un jugador que tú has visto en la televisión, ahora es tu entrenador, y entonces se dejan de gilipolleces. Le dejan tomar decisiones. Más allá de las tareas de entrenamiento y demás, que luego cada entrenador puede entrenar de una manera, es un gestor".

En esa gestión, otro punto clave es la carga de los entrenamientos. En ese sentido, el ex director deportivo del Mirandés pone en valor la capacidad para convencer incluso a los profesionales del club en que era muy importante el descanso, tanto como el entrenamiento. "Él quiere que el jugador llegue descansado al partido. Pero yo a veces le decía, 'cabrón, la palabra descanso es después de cansarte, ¿no?' Mide muy bien las cargas de los entrenamientos y yo aprendí eso con él".

Para entender el estilo de juego de Joseba Etxeberria pocos jugadores hay mejores que Prados. No solo porque le conoció en la faceta de formación en el Bilbao Athletic y como profesional en Miranda, sino también porque él personificó uno de los cambios más importantes en la carrera como técnico del guipuzcoano. Pasó a defensa de tres, modificando su posición, y abandonó los extremos para jugar con carrileros, aunque en esencia, dice Beñat, la idea era la misma. "Estoy viendo al Eibar y veo que no ha cambiado mucho su idea", dice en un primero momento.

¿Cuál es esa idea? "La de ir a apretar al contrario, dejando a la defensa muchas veces mano a mano. Es un entrenador que se arriesga a eso, a intentar robar arriba y tener la portería cerca. Además, la idea cuando robas no es de tener el balón para sumar pases, es de mirar hacia delante, de atacar y hacer el mayor daño posible. A él le gusta la posesión pero no quiere la posesión para tener balón y sumar pases, lo que quiere es jugar en campo contrario para hacer daño. Cuando ves un pase que puede progresar, jugarlo hacia delante. Ir a por el partido, básicamente, no esperarlo", analiza uno de los jugadores que mejor le conoce.

En cuanto a la modificación de su posición, pasando a central en línea de tres, Prados cree que fue un cambio de chip emocional, más allá de un cambio drástico en el estilo de juego. "No variaba mucho", dice, y lo explica muy bien, dejando muestras de que es uno de esos futbolistas que entiende de táctica. "Normalmente uno de esos centrales solía estar muy alto. A mí me solía tocar mucho, que era central derecho, estar con el mediapunta del equipo rival. Yo no estaba incrustado entre centrales, por mucho que pusiera línea de cinco. Él siempre quiere ir a por el partido y quiere apretar y para poder hacer ese hombre a hombre sacábamos a un central de zona, que solía ser yo, para ir a apretar. Estabas un poco más arrotado y protegido, pero creo que fue más un tema mental de cambiar algo y dar con la tecla porque en estilo de juego no cambiaba nada".

Chema Aragón pone en valor dos conceptos tácticos que en su opinión fueron claves la temporada pasada en el Mirandés. Por un lado, jugar sin extremos naturales y sí con carriles, algo que sorprende incluso al propio entrenador, y otro la variación táctica mencionada con Prados. "Un jugador que ha sido extremo como jugador y que para él sus extremos son fundamentales, y si pueden ser a pie natural, fue capaz de jugar con carrileros y con dos jugadores más mediapuntas por dentro". Algo que incide en que también está haciendo ahora en el Eibar. Pero, sobre todo, fue la decisión del perfil escogido para pasar a línea de tres centrales: "En vez de meter a un central metió a Beñat. Ese fue un punto de inflexión, porque Beñat es el perfil de que no es central, es un perseguidor, salía de zona, anticipaba, cortaba muchos balones en zonas donde luego nos permitía correr", valora.

Por último, otro de los puntos que hay que analizar es el balón parado. Y ahí aparece una figura clara. Aunque Etxeberria es "un enfermo del balón parado". "Igual porque él era 'enviador' también como futbolista, pero le da mucho peso", alaba Chema, que destaca la figura de Jorge Pérez, ayudante en el staff, como un hombre clave, algo en lo que coincide plenamente Prados. Esa será otra de las armas que intentará utilizar este domingo ante el Athletic. Cuando las caminos del Etxebe jugador y entrenador se crucen en un día muy especial para El Gallo. Un día en el que los focos le apuntarán pero seguro que no le influirán. De personalidad va sobrado.