El infierno de Martí con Manolo Jiménez en el Sevilla que le llevó a la Real Sociedad: "Del Nido, yo me voy; ya puedes buscarme sitio que me voy"
Pep Martí habla a corazón abierto en Relevo de su salida del conjunto andaluz por sus desavenencias con el técnico y de su llegada a Donostia de la mano del empresario donostiarra.

Sólo jugó 22 partidos en la Real Sociedad, pero su legado es imborrable en una afición que le venera. Pep Lluis Martí (Palma, 1975) fue el fichaje estrella de Iñaki Badiola en aquel mercado de invierno de 2007. Su rendimiento fue espectacular, pero no sirvió para que el conjunto blanquiazul retornase a Primera División. No olvida lo sucedido en Mendizorroza, en la penúltima jornada de aquel campeonato. Después regresó a su Mallorca natal para convertirse en, aunque a él le cueste reconocerlo, una leyenda del equipo bermellón. Colgó las botas a los 40 años para después cruzar la línea y convertirse en entrenador. Hoy es el día en el que sigue esperando la llamada para hacerse cargo de un proyecto que le llene en todos los sentidos.
La última aventura como entrenador fue en Gijón y no salió del todo bien, ¿no?
No terminó bien, no. Ni empezamos bien tampoco. Ni terminó ni empezamos. No fue, digamos, lo mejor que nos ha pasado. Al final no fuimos capaces de dar con la tecla. Es verdad que el equipo estaba un poco decaído, pero no fuimos capaces de levantarlo. Las cosas son como son. No hay que obviar los resultados. Son los que mandan.
Y ahora, comentando partidos del Mallorca...
Sí, desde enero. Estoy con la autonómica de aquí, con la IB3 de radio. Y también con la televisión que se hizo con los derechos de la Copa. De hecho, estaré en Donostia. Con la radio voy prácticamente a cada partido. Me comprometí con ellos en ese sentido. Y bueno, estoy bien, disfrutando porque mantengo relación con el fútbol.
¿Cómo llega el Mallorca a la cita?
Llega con la moral alta tras ese empate a última hora frente al Alavés y tras ese duelo contra la Real en el que la expulsión condicionó un poco el partido. Es verdad que el Mallorca no ha tenido buenos resultados en Liga, pero es un equipo competitivo, agresivo, que sabe lo que hace. No está mal. Lo que pasa es que al final hay que meter gol. No está recibiendo, que es uno de sus fuertes, porque es un equipo que defiende muy bien. El año pasado hacía más goles. Metía uno y ganaba y este año, lo contrario. Pero bueno, dentro de lo que cabe, para haber ganado cuatro partidos en Liga, está seis puntos por encima del descenso. Es para estar contento. Eso no habla muy bien del nivel en Primera. Este es el tema que LaLiga está, como se suele decir, muy barata.
¿Hay mucho enfado en la Isla por el arbitraje de la ida?
Sí. Ha habido bastante enfado, pero autocrítica también. Autocrítica con Raíllo principalmente, porque fue el jugador expulsado y porque comete un pequeño error. La segunda amarilla es muy discutible aunque la primera sea más recriminable y más, al capitán del equipo. Esto sí que la Isla lo reconoce. Pero es verdad que la gente estaba muy enfadada.
¿Se hablaba tanto de los árbitros en tu época?
Sí se solía hablar. Lo que pasa es que tenemos el VAR y ahora ya tenemos dos árbitros. No tenemos uno, tenemos dos. Entonces, si se equivoca el primero, ¿cómo es que el segundo no le corrige? Ya tenemos doble actuación. Antes nos íbamos al bar a discutirlo y ahora vamos al otro VAR. Creo que eso está haciendo daño al fútbol también.
¿Cómo lo ves desde tu experiencia?
Entiendo que nos intentamos acercar a la máxima justicia posible, pero es que es muy difícil. Hay que reconocer que arbitrar es complicadísimo. Tienes que decidir en décimas de segundos. Ahora bien, una cosa es la dificultad, intentar tener un criterio y tener una coherencia con los criterios, y otra cosa… Al final nos podemos equivocar. Y yo soy el primero que siempre protesté a los árbitros como jugador y como entrenador. Es verdad que con los árbitros tengo una buena relación y me consideran un buen deportista porque les he intentado ayudar siempre, pero en momentos puntuales no lo he hecho y no me he comportado correctamente. Yo siempre me he quejado un poco de la actitud del árbitro porque hay árbitros que, oye, para sacarte una tarjeta parece que te están pegando con la tarjeta en la cara. No es necesario. Yo creo que esa actitud del árbitro no tiene que ser necesaria para poner autoridad. Hay cierta prepotencia, que a veces sucede con algún que otro colegiado que al final es de lo que se termina hablando aquí en la isla.
"Hay árbitros que para sacarte una tarjeta parece que te están pegando con la tarjeta en la cara. Yo creo que esa actitud del árbitro, de prepotencia, no tiene que ser necesaria para poner autoridad"
Exfutbolista de la Real Sociedad y del Mallorca¿Cómo ves la eliminatoria?
Pues muy igualada porque creo que el Mallorca es un equipo que juega con mucha tranquilidad y con mucha cabeza cuando no se siente presionado o con la obligación de ganar. Todo el mundo puede tener de favorita a la Real Sociedad. Primero, porque en la clasificación está más arriba. Segundo, porque hace un fútbol muy bonito. Tercero, porque va a tener una afición espectacular que los va a llevar en volandas. Incluso añadiría que la situación de Champions, en la que se complicó un poquito el pase, hace también pensar que la Copa es un objetivo principal. Entonces, creo que todo el mundo da ese pequeño favoritismo de 60%-40% a la Real Sociedad. Y eso sí le va a sentar bien al Mallorca. Creo que el Mallorca sí que va a ser un equipo difícil, como demostró la segunda parte el otro día, que es capaz de defender con un jugador menos, pero que sobre todo va a tener capacidad de hacer daño en la transición. Así que espero un partido muy igualado. Yo no le daría tanto porcentaje a la Real Sociedad como favorita. Yo creo que el 50%, si me quieres decir el 51% para la Real por el tema del público, pues perfectamente. Pero creo que el Mallorca va a responder muy bien a la situación de este tipo de encuentros.
Además, el Mallorca le ha cogido la medida a la Real...
Si te das cuenta, todos los equipos que suelen llevar el peso del partido, equipos como el Girona o la Real Sociedad, equipos que son muy protagonistas con el balón, que suelen arriesgar bastante en inicio de juego y que tienen mucha circulación de balón, esos equipos son los que se le suelen dar muy bien al Mallorca. ¿Por qué? Porque el Mallorca está confeccionado de una manera en la que provoca más daño al rival en transición y en recuperación que no en elaboración propia. Pero es que lo hace muy bien, es que a mí me encanta el Mallorca, me encanta porque sabe a lo que juega, cómo lo hace, de qué manera lo hace y sobre todo el nivel competitivo de todos los jugadores, centrados y sabiendo que eso es lo mejor para el equipo. Entonces eso es un trabajo enorme del míster de poder convencer a los jugadores para que de esta manera el equipo saque los puntos necesarios y la eliminatoria. Creo que es un equipo muy bien trabajado y sobre todo no solo técnico-tácticamente, sino también emocional, mental y psicológicamente para afrontar todo este tipo de situaciones.
"Al Mallorca se le suelen dar muy bien equipos como el Girona o la Real, equipos muy protagonistas con el balón, que suelen arriesgar bastante en el inicio de juego y que tienen mucha circulación de balón"
Exfutbolista de la Real Sociedad y del Mallorca¿Con quién disfrutas más? ¿Con la Real, con el Mallorca o con el Sevilla?
Al final llega un momento en el que ya ves los partidos de una manera más técnico-táctica que de disfrutar como un aficionado. Estás analizando siempre las situaciones de partido. Disfruto con todo porque te vuelvo a repetir, a mí ver al Mallorca defender con esa actitud de compromiso, de solidaridad, me parece algo excepcional que ha conseguido Javier Aguirre. Y luego está la Real, verla jugar. Yo he disfrutado los últimos años desde la llegada de Imanol. Da gusto verla jugar, o sea, es un placer... Personalmente es uno de los equipos con los que más disfruto, sobre todo por las diferentes alternativas que tiene a la hora de combinar, a la hora de arriesgar, y a la hora de profundizar. La capacidad que tiene Imanol de poder dirigir a los jugadores y darles esa libertad necesaria, dentro de un orden, pero libertad necesaria al fin y al cabo para poder desarrollar su fútbol. Como yo siempre digo, si tienes a Oyarzabal o a Take Kubo o a Brais Méndez o a Merino, o al que quieras, que tienen la capacidad para desbordar, no se lo limites, oblígales a hacerlo. Y la sensación que tengo es esa, incluso emocionalmente, se les nota. Aparte de que yo creo que llevar el escudo en el pecho, no solo en la camiseta, también ayuda mucho para poder inyectarles ese tipo de gusto, ese tipo de ganas que yo veo en la Real Sociedad.
Llegaste aquí a Donostia en una época complicadísima, con el equipo en Segunda, ¿te esperabas verla a este nivel algún día?
Mira, yo no sé si me esperaba eso. Lo que sí esperaba es que la Real Sociedad estuviera en Primera División y que estuviera lo más arriba posible. Yo llegué un miércoles allí, lo recuerdo perfectamente, un miércoles por la tarde y jugábamos el sábado en Córdoba el primer partido, y yo, cuando iba en el avión, ya hablaba con mi representante. Y le decía: 'Miguel Ángel, esto es otro mundo'. Desde el momento en el que llegas al momento en el que te vas, el club te lo da todo, absolutamente todo para que tú puedas estar rindiendo al 100%. No digo que en los otros equipos no se haga. La infraestructura y la logística de la Real en aquel momento a mí me sorprendió muchísimo nada más llegar. Y yo venía de jugar Champions con el Sevilla. Cambié eso por un proyecto que me pareció ilusionante y porque al final me acabaron convenciendo, evidentemente con un aspecto económico, lógico, pero también por un aspecto deportivo. Y disfruté. Disfruté muchísimo de jugar allí, de coincidir con un grupo de personas humanas dentro del vestuario y dentro del club, que me pareció maravilloso. Además, tuve la suerte de compartir también enseñanzas con Juanma Lillo. Para mí fue una etapa maravillosa, de las que he disfrutado muchísimo jugando al fútbol.
"Tengo que reconocer que mi nivel futbolístico en la Real fue muy superior al que tenía. No creo que pueda dar mejor nivel del que di en aquel momento"
Exfutbolista de la Real Sociedad y del MallorcaSolo jugaste 22 partidos, pero es imposible hacer más en menos tiempo…
Tengo que reconocer que mi nivel futbolístico fue muy superior al que tenía. No creo que pueda dar mejor nivel del que di en aquel momento. Cuando llegó Juanma me colocó en una situación más avanzada, con mucha más libertad, cuando antes siempre había estado mucho más cohibido. Gaizka Garitano acabó jugando como pivote. Aranburu y yo jugábamos en los interiores, con cierta libertad, con mucha posibilidad de balón. Pidiéndote Juanma que te explayases, que lo intentaras. Y luego, vuelvo a repetir, el carácter humano de la gente y cómo me recibió. Yo voy muchas veces por Donosti y cuando voy por la calle, la gente todavía me para. El otro día me encontré a varios aficionados aquí, en el partido tanto de Copa como en el de Liga. Y todavía te recuerdan. Y dices: 'Joder, solo fueron cinco meses'. Cuando llegué quedaban 22 partidos y jugué los 22. Y disfruté tanto que me encanta recordarlo. Y luego está la ciudad, una ciudad maravillosa, espectacular. ¿Qué os voy a decir? No digo que Mallorca no lo sea. No me preguntes cuál de las dos es mejor porque me pondrás en un pequeño problema. Porque la tierra siempre tira mucho. Pero de verdad que reconozco que el cariño que he sentido siempre allí ha sido maravilloso.
"Recuerdo muy mal lo sucedido en Mendizorroza. Igual mi vida hubiera podido cambiar mucho respecto a si yo hubiera sido capaz de estirar mi pierna 10 centímetros más. Lo tengo en la cabeza"
Exfutbolista de la Real Sociedad y del MallorcaTe tocó vivir uno de los episodios más crueles en la historia de la Real con ese partido en Mendizorroza ante el Alavés. ¿Cómo lo recuerdas?
Pues muy mal. Lo recuerdo muy mal porque lo recuerdo mucho. Igual mi vida hubiera podido cambiar mucho respecto a si yo hubiera sido capaz de estirar mi pierna 10 centímetros más, porque se produce un centro en un córner en donde yo intento tapar el centro y no soy capaz de taparlo porque, no sé, la pierna no me da para más para tapar el centro. Yo creo que eran 10 centímetros. Si soy capaz de estirar esa pierna, igual ese balón no entra dentro del área y no nos empatan el partido. Y es una cosa que tengo clavadita ahí porque, joder, lo viví y lo pasé mal porque me hubiera gustado poder conseguir ese ascenso por todo lo que había vivido y por seguir estando en la Real por mucho tiempo. No fue una sensación nada agradable, fue de lo peor. Incluso te diría que el último partido con el Córdoba en casa también fue un partido difícil de digerir. Y luego en el vestuario, la verdad que lo pasamos mal. Lo pasamos mal todos, pero con la cabeza alta de haber hecho todo lo posible y lo que teníamos por sacarlo. Pero sí que lo recuerdo mucho y a veces me pregunto... ¿Por qué no pude estirar 10 centímetros más mi pierna para tapar ese centro? Lo tengo en la cabeza.
También te tocó convivir con Iñaki Badiola. ¿Cómo fue esa relación? ¿Cómo se gestó tu fichaje por la Real?
Badiola contactó conmigo a través de mi representante y nos dijo que quería que jugara en la Real. Claro, mi representante le dijo: 'Mira, olvídate. Está jugando en la Champions, así que olvídate'. En Sevilla habíamos acabado de cambiar de entrenador y yo tuve unos episodios... No me gusta hablar mal de nadie porque no lo he hecho nunca en el mundo del fútbol, pero sí que es verdad que tuve una serie de diferencias, sin entenderlas y sin explicármelas por parte de Manolo Jiménez, que era el entrenador del Sevilla. Diferencias como que iba a jugar de titular y no me convocaba, que iba a jugar de lateral izquierdo porque le tenía que hacer el favor, y me dejaba en el banquillo. Yo, al principio, no le daba importancia. Pero en el último partido de navidades, en el cual tenía que ser titular ante el Racing de Santander en casa porque Manolo me lo había comunicado, no solo no salí de titular, sino que en el minuto 95, ganando 4-0, decidió sacarme al campo. Salí y cuando sacó el portero, pitó el final. Era algo poco entendible porque podría, con 4-0, haber hecho debutar a alguno del filial. Pero sacar al capitán del equipo diez segundos al campo, pues tampoco es que fuera de lo más agradable. En ese mismo momento, evidentemente, yo me calenté bastante y hablé con José María Del Nido y le dije: 'José María, me voy. Ya puedes buscarme sitio que me voy. Yo aquí no aguanto más'. José María, que era un poco su ojito derecho, me dijo: 'Pep, tú no te vas a ningún sitio'. Bueno, y ahí se quedó la cosa. Y luego, más tarde, volvió a contactar Badiola con nosotros. Mi representante volvió a llamarme y me dijo que me quería hacer una oferta, que iba a ser el presidente. Y le dije: 'Mira, yo estoy en Champions y llevar el escudo aquí, este baloncito aquí, me vale más que cualquier otra situación'. 'No, es un proyecto importante, tienes que escucharlo', me respondió.
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Es verdad que mi mujer en aquel momento me dijo: 'Aquí no estás bien. Llegas a casa enfadado, de mal humor y lo pagas con el niño'... Unido todo a una oferta irrechazable, tanto económica como deportivamente porque hay que decir las cosas claras, no vamos a hablar con hipocresía, no solo fue por un aspecto deportivo. Había una situación económica fuera de lo habitual. Y es la realidad. El que lo quiera reconocer, lo reconoce y yo no tengo ningún pudor en hacerlo, porque es la realidad. Entonces al final decidí dar el paso. Del Nido aceptó una serie de condiciones que en principio podían ser positivas también para el Sevilla. Y bueno, y así se fraguó un poco el fichaje. ¿Iñaki Badiola? A mí me dio una oportunidad, tanto deportiva como económica, increíble. Entonces no puedo decir nada malo con respecto a eso. ¿Las gestiones que hizo luego con el club? Yo creo que hay gente que está ahí que puede valorarlo mejor que lo que lo pueda hacer yo.
¿Se puede saber la cantidad que te ofreció?
Ha pasado mucho tiempo y no creo que proceda, porque tampoco me gusta hablar de números. Pero te puedo decir que me ofreció el triple de lo que ganaba en Sevilla por seis meses. Primeo me ofreció el doble y le dije que no. Me ofreció el doble más una prima de no sé qué y le dije que no. Me dijo el triple y le dije que no porque estaba jugando en la Champions. Tenía 33 años e, independientemente de que tenía una situación incómoda en la plantilla porque parecía que el míster no contaba conmigo, incluso en algunos momentos hasta pensaba que tenía algo en contra mía, estaba en Champions. Fui a hablar con él y me dijo que no, que no había ningún inconveniente, que simplemente eran decisiones que él tomaba. Nos fuimos a jugar un partido a Bilbao. En el partido anterior me dijo que me desconvocaba porque necesitaba que jugara en Bilbao. Fuimos allí y no jugué ni un minuto. Le dije a mi representante: 'Acepta la oferta porque aquí me voy a morir de asco durante los seis meses que faltan'. Y fue un poco por eso, porque si no, tampoco hubiera aceptado. O sea, si no llega a pasar lo que sucedió en Bilbao… Muchas veces lo he pesado. Y me hubiera perdido conocer a todo el grupo de compañeros que conocí, que fue magnífico.
Se habló mucho también de una posible continuidad al año siguiente, pero ya era complicado, ¿no?
Sí, era complicado porque la Real entró en Ley Concursal con suspensión de pagos. Además, yo tenía contrato en el Sevilla. Ahí es cuando luego me llega una oferta del Mallorca para volver, que también tuve bastante lío para hacerlo porque todavía me quedaban dos años de contrato en el Sevilla. Y tenía 33 años. Así que entonces, venir aquí a Mallorca igual se interpretaba como que iba a retirarme… Pero me retiré con 40 años y a un nivel muy aceptable. Quitando los dos últimos años que las lesiones fueron apareciendo, sobre todo el último año, prácticamente era de los tres jugadores con más minutos de la plantilla durante los cinco o seis años primeros. Entonces, bueno, quieras o no quieras, es demostrarlo. Demostrarlo dándolo todo que es lo que yo he intentado hacer siempre. Porque al final esto es una pasión, además de un trabajo. Lo que siempre les digo yo a mis hijos, es que yo he tenido la gran suerte de trabajar en lo que me gusta. No hay muchas personas en la vida que puedan trabajar en lo que les apasiona. Mi afición, mi hobby, mi pasión es mi trabajo. Me considero un privilegiado.
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¿Te sientes una especie de leyenda en Mallorca?
No, no me siento leyenda. Muchas veces lo hemos hablado con compañeros y no, no me siento así. No, porque soy una persona que le gusta pasar muy desapercibida en todo. Me gusta estar muy tranquilo, no llamar la atención. No utilizo las redes sociales. ¿Qué pasa? Que he elegido una profesión bastante complicada como para pasar desapercibido. Es verdad que a medida que van pasando los años, la gente joven ya te recuerda menos. Te voy a contar una anécdota. Los amigos de mi hijo mayor, Iván, que va a cumplir 18 años, pues sí, pero los del pequeño, que ha cumplido 12 ahora, pues estos, evidentemente, no me vieron jugar prácticamente nada. Y no saben, pero saben que soy entrenador y demás. Pero cuando alguna vez los padres les han puesto algún vídeo o han visto fotos, luego me vienen y me dicen: 'Oye, pero Luis, que tú metiste un gol, que tú hiciste esto, que tú marcaste a Ronaldinho' Y les digo: 'Pues sí. Y se quedan un poco así' En la sociedad de hoy en día, cada vez más joven, la gente menos te reconoce y hay menos posibilidades de que te puedan decir nada y se agradece, aunque, como siempre digo, ojalá te reconocieran toda la vida porque eso significa que sigo entrenando y participando en este mundo tan bonito como es el fútbol.
Hablemos de tu faceta como entrenador. ¿Qué es lo que te has encontrado?
Para hablar de esto voy a beber agua primero… Es un mundo muy complicado. Viví una noche durísima el día que, con el Depor, nos quedamos sin ascenso a Primera aquí en Mallorca. No fue dura, fue durísima. Ser entrenador es totalmente diferente a ser futbolista. No tiene nada que ver. Como jugador eres responsable, pero como entrenador eres el máximo responsable. Sabes que estás siendo injusto con algunos de tus jugadores, no injusto, pero es que solo puedes poner a once. Intentas buscar el mejor equipo para lo que te vas a enfrentar. Me retiré, me saqué el carnet de entrenador y a los tres meses, en noviembre, me llamó el Tenerife. Estábamos en una situación de descenso, salimos, nos pusimos en mitad de tabla y no sufrimos en ningún momento. Al año siguiente jugamos la final del playoff por el ascenso contra el Getafe. Me llegó todo de golpe pero lo supe gestionar bien. Luego el Dépor. Más tarde, Girona y Leganés, dos etapas preciosas, donde los objetivos se estaban cumpliendo, pero en lo que el club decidió cambiar de entrenador.

Nosotros conocemos las reglas del juego. Vivimos del resultado. Puedes trabajar todo el día, pero si la pelota no entra… Y voy a poner un ejemplo, aunque no me gusta señalar a nadie. ¿Qué culpa tiene Imanol de que Sadiq no marcara? Imagínate que por ese balón destituyen a Imanol. ¿Tiene la culpa Imanol? Eso no significa que estemos a merced de los jugadores. Nuestra obligación, como entrenadores, es dar soluciones a los jugadores y tenerlos activos y convencerlos. Si eres capaz de llegar a él, si trabajas como Imanol, lo más normal es que los resultados lleguen. Lo fundamental, en mi opinión, es transmitir y convencer y luego, saber gestionar todo lo que te llega por fuera. Gracias a Dios es una de las cosas que me enorgullece, el poder trabajar tranquilamente sin ningún tipo de presión porque no me llega nada externo y si me llega, siempre será el jefe de prensa el que me lo diga para que yo esté atento. Lo primero que hacen los jugadores al subirse al autobús, porque en el vestuario se lo tengo prohibido, es mirar el móvil para ver qué ponen las redes sociales sobre lo que han hecho. Y yo, en las charlas les pregunto: '¿En serio le vais a hacer caso a una persona que no conocéis de nada y no os importa lo que dice vuestro compañero?'.
¿Cuál es tú próximo reto?
Han salido cosas tanto en España como en el extranjero, pero aquí no se llegó a ningíun acuerdo y en el extranjero no había proyectos atractivos. Estamos esperando a que tengamos una nueva oportunidad para disfrutar de esto sea fuera o dentro de España. A todos nos gusta estar dentro de nuestro ámbito, pero sin renunciar a lo que surja. Llegó algo de Chipre, de Croacia y de Arabia de segunda, pero no fructificó. Seguimos con ilusión. Mientras tanto, veo mucho fútbol, prácticamente todos los partidos de Segunda. También de Primera, más en concreto del Mallorca, y aprendiendo mucho, dándole al inglés para conseguir sacarlo adelante de una vez por todas.
¿El sueño de entrenar al Mallorca está ahí?
Lo veo muy difícil. No quiero decir imposible, pero no lo veo. No es que no quiera entrenar al Mallorca. Todo lo contrario. Quiero entrenar al Mallorca, al Sevilla, a la Real Sociedad, al Tenerife. Tengo un sentimiento especial por esos equipos. Es lógico. Yo tenía tres años e iba al Luis Sitjar a ver al Mallorca y he jugado en las categorías inferiores y el Mallorca me ha enseñado muchas cosas no solo futbolísticamente hablando. Pero soy de las personas que no se hacen grandes expectativas de lo que pueda pasar o no. Vivo el presente y mi presente ahora es aprender, ver fútbol, seguir con proyectos personales en Palma, disfrutar de mis hijos…. No quiero hacerme ilusiones… No es esa la palabra. No quiero hacerme ni hipótesis ni conjeturas. Lo que venga. Predispuesto a todo, sí. Echo de menos el verde y el verde de jugar al golf no me basta.