El laboratorio de Los Ángeles donde se forjó la amistad entre Koundé y Tchouameni les acabó llevando a la Kings League

Muchas personas del mundo del fútbol coinciden al asegurar que la élite solo está preparada para los atletas. Y en lo amplia que puede llegar a ser esta referencia, porque no solo de músculo y piernas va la cosa, es habitual que cada jugador tenga su propio equipo particular de nutricionistas y preparadores. En el caso de Jules Kounde, que insiste en explorar los límites de su físico sumando minutos -ha estado 104 partidos consecutivos jugando-, hace dos años y medio que trabaja con una herramienta poco común: la neurociencia.

El verano de 2022, cuando se concretaron los fichajes de Kounde y Tchouameni -inseparables desde que estaban en las filas del Girondins de Burdeos- por el Barcelona y el Real Madrid, los dos franceses viajaron a Los Ángeles para adentrarse en el mundo de la neurociencia, que se basa en la capacidad de procesar más rápido y mejor los estímulos. Es decir, en maximizar la capacidad de reacción mientras juegan. Es un ejercicio con tantas gamas que también lo utilizan jugadores de la NBA, boxeadores y hasta el cirujano de las Kardashian.

A los futbolistas se lo recomendó Fabrice Gautier, el fisioterapeuta que comparten. Por el mismo laboratorio que pasaron Kounde y Tchouameni también estuvo Mbeumo, del Brentford. El Manchester United o el Liverpool, durante las etapas de Solskjaer y Klopp, también instalaron máquinas en sus centros de entrenamiento. Kounde y Tchouameni lo instalaron en el garaje de sus casas. El verano pasado, Jules viajó a Los Angeles para ejercitarse justo antes de la pretemporada. Y, a diferencia del madridista, todavía se entrena puntualmente en su vivienda. Tiene pensado regresar a los Estados Unidos el próximo verano.

Este tipo de entrenamientos son distintos para cada deportista, en función de qué zona del cerebro deben potenciar, y son como ir en bici: se retoman en el mismo punto donde se dejaron, no se 'pierde' nada. Se conoce como la hiperplasticidad del cerebro. Los ejercicios son tan específicos que poco tienen que ver entre los que practican ambos futbolistas. Mientras que Kounde trabaja la visión periférica izquierda -potencia esa zona al jugar como lateral derecho-, Tchouameni trató de ampliar al máximo su campo de visión moviendo lo menos posible el cuello. Le ayudó su conocimiento sobre piano.

Kounde se ha seguido ejercitando activamente y la empresa que le instaló el sistema en casa puede supervisarle a distancia. Le proponen ejercicios cada vez más complejos. La dificultad puede subir del mismo modo que en un gimnasio puedes incrementar el peso de las máquinas. En Los Ángeles han preparado juntos las pretemporadas de 2022 y 2023. Los viajes a los Estados Unidos de los jugadores no solo tienen que ver con la neurociencia. No es ninguna sorpresa verles en pabellones de la NBA. Si bien al principio veían el baloncesto con cierto desencanto, entre los dos se acabaron aficionando. Pero el interés va más allá del deporte.

Es sabido el interés de Kounde por la moda. Es uno de los grandes atractivos en la pasarela de las concentraciones de Francia o cuando los culers llegan al Estadi Olímpic. Jules creó una marca de ropa propia, Homies From Paris, de la que Tchouameni se convirtió en embajador. En su país optaron por presidir una de las franquicias de la Kings League, que continúa con su proceso de expansión a nivel internacional, hecho que le ha llevado a Gerard Piqué a recibir jugosas ofertas.

El equipo de Tchouameni y Kounde se llama 360 Nation y lo presiden con Maignan (Milan), Mbeumo (Brentford), Manu Koné (Roma) y Mayulu (PSG). Cabe la posibilidad de que su equipo se clasifique para el Mundial, que tendrá su sede en Francia y se celebrará del 1 al 14 de junio. El día 5, Tchouameni y Kounde disputarán las semifinales de la Nations League contra España. Y este fin de semana pelearán por la Copa del Rey.