Las lágrimas de Lekue y Unai Gómez personifican el día más grande de Bizkaia
Los jugadores celebraron y se emocionaron en la balconada del Ayuntamiento tras una apoteósica Gabarra con Muniain de maestro de ceremonias.

Vestidos con las mismas camisas que los héroes del doblete de 1984, la plantilla rojiblanca celebró por todo lo alto el gran título de Copa del Rey logrado en La Cartuja. Se hizo larga la espera, pero al fin llegó el día en el que La Gabarra surcó la ría, con cientos de miles de aficionados en las orillas y con una plaza del Ayuntamiento a rebosar desde el inicio. Aquel era el punto final. El corazón del Athletic. El objetivo al que todos querían llegar mientras disfrutaban de casi tres horas de recorrido a orillas del Nervión, repleto de anécdotas, de un ruido ensordecedor, de saludos, guiños y recuerdos inolvidables para toda una generación.
En la ría se hacía bueno aquello de 'lo que sucede en la ría se queda en la ría'. Parecía no haber ley. El alcohol corría en los barcos, los capitanes hacían sonar sus sirenas, mientras los jugadores se sacaban selfies, fotos grupales y grababan con sus móviles lo que sucedía a su alrededor. Portugalete se llevó el título de mejor ambiente en los primeros kilómetros, emocionando desde el inicio a varios jugadores. Más tarde, Unai Gómez, un aficionado convertido en jugador, no podría contener las lágrimas. Pero eso vendrá más tarde.
Antes hay que mencionar lo que sucedía en los balcones, en las grúas, en las farolas, en los tejados, en las oficinas... En todos lados. La entrada en Bilbao fue apoteósica. Mientras aparecía el edificio Soñar, icono del Bilbao más moderno, algunos aficionados asomaban en la superficie de San Mamés. Muniain, ya sin camiseta, lanzó unos pétalos a la ría en recuerdo de todos aquellos athletikzales que ya no están y que no pudieron vivir este día único 40 años después. Esa parada icónica fue el pistoletazo de salida de un recorrido por el centro de la Villa hasta desembarcar.
Las lágrimas en el Ayuntamiento
Los capitanes Muniain y De Marcos bajaron de La Gabarra portando la Copa, entre una marea de gente que les llevaba esperando más de 10 horas. Había merecido la pena por ver a sus ídolos de cerca, antes de disfrutarles en las alturas. Subieron la balconada, cumplieron con el protocolo oficial en el interior del palacio municipal y, ya 'calientes' salieron al balcón para celebrar al ritmo de Iker.
Mención merece Ernesto Valverde, introvertido como siempre, sin querer aparecer en el balcón. Tuvo que ser llamado por sus jugadores y por la afición para decidirse a salir y recibir todo el cariño que esta afición y esta ciudad le profesan como uno de los mejores entrenadores de su historia. El 'Ernesto Valverde' resonó en La Cartuja, lo hizo en el Ayuntamiento y lo hará en San Mamés hasta que se decida a rubricar la oferta de renovación que tiene sobre la mesa.
Discursos de los capitanes, con mención para el recuerdo de Óscar de Marcos a los excompañeros que no consiguieron este título, antes de llegar a uno de los momentos más emotivos de la tarde. Iñigo Lekue, natural de Deusto, barrio desde el que se vislumbra San Mamés en su máxima expresión. "Todos somos del Athletic por alguien y en muchos casos esas personas ya no están con nosotros", dijo el lateral, que perdió a su padre este pasado agosto y se emocionó recordando a quienes ya no están. "Aúpa Bilbao. A ver si puedo hablar, porque estoy emocionadísimo. Personas muy importantes en nuestras vidas nos han inculcado el Athletic y sus valores. Nos hemos hecho nuestros y en muchos casos esas personas ya no están con nosotros". Porque él le hizo del Athletic y habrá disfrutado viéndolo desde algún lugar.
La misma emoción que sintió Unai Gómez. El bermeano se emocionó con el aurresku y no consiguió dar la vuelta a la situación en ningún momento. Apoyado por Adu Ares y otros compañeros, mientras Iker Muniain iba presentado a cada uno de ellos, el internacional sub-21 vivió con lágrimas todo el festejo. Como uno más de los cientos de miles que estaban a los pies del Ayuntamiento celebrando y cantando cada canción que Muniain pedía y entonaba.
Se cantó el nuevo tema de moda en Bilbao y conocido como el 'Famoso Athletic' de Muniain, el 'Julen no falla' y un nuevo 'hit' que comienza con 'Yo no soy delantero, yo soy central' y hace homenaje a un Dani Vivian que representa como ninguno la garra de esos zagueros tan bilbaínos. Tras pasar uno a uno por el micrófono, la plantilla se subió a un autobús descapotable para saborear de nuevo la 'locura' callejera y llegar hasta la Diputación, donde los discursos se sucedieron y se puso punto y final a una jornada inolvidable que comenzó a las 6:00 para los más madrugadores y finalizó pasadas las 22:00 horas con imágenes que toda una generación le contará a sus nietos para siempre. Esto era. Esta era la famosa Gabarra de la que tanto habíamos oído hablar.