Llorar y un par de cervezas como terapia de Aguirre para superar el golpe: "Mañana los quiero bien"
El mexicano analizó la derrota en la final de Copa y se mostró orgulloso de los suyos.

Javier Aguirre acabó la final contra el Athletic exhausto. Había obrado el 'milagro' de llevar al Mallorca al último peldaño de la Copa y exprimir a los de Valverde hasta los penaltis. Un equipo que en Liga les goleó 4-0 y tuvo que sudar de lo lindo para doblegar a los bermellones. Pero acabó probando el sabor amargo y se percibió en su discurso. De naturaleza guasón e irónico, se vio a un Vasco con un punto de abatimiento por verse en la orilla y sin título.
"Estoy con la misma sensación que todo el mallorquinismo: sensación de crueldad. Fue una bonita Copa del Rey que no tuvo un final feliz. Los penaltis son una moneda al aire, el otro día cayó cara y hoy cruz", declaró el mexicano, que volvió a montar una fiesta para elegir a los lanzadores, como sucedió contra la Real, pero esta vez no salió.
El técnico es consciente del duro golpe recibido por un vestuario que hace poco vivió junto al abismo del descenso y estaba a un paso de tocar metal. Por eso optó por darles espacio en las malas: "En el vestuario no entré. Les dije en el campo que la cabeza alta. Dimos lo que tenemos, no tenemos más. Nos permite estar en Primera, competir contra cualquiera, llegar a una final y soñar con los penaltis. El penalti, en sí, es un gesto técnico, pero también es un juego emocional y una suerte. Te resbalas, le pegas mal, el portero adivina, ajustas mucho, tiras alta... Ahí no hay nada que reprochar. Esta vez, incluso, ensayamos los penaltis".
Sobre la elección de los tiradores, apuntó: "Valoramos cómo los tiran en la semana y el estado de ánimo y físico. Consulto con mis auxiliares y más o menos coincidimos casi siempre. No les pregunto, los designo yo. La responsabilidad es mía, yo soy el máximo responsable de esta derrota".
Aguirre finaliza contrato el próximo mes de junio y, de momento, no quiere hablar de renovación o salida. Ahora, su foco está en la salvación y en el próximo encuentro de Liga, contra el Real Madrid, el sábado: "No tengo tiempo para pensar en otra cosa que en LaLiga y la permanencia. Trataremos de cerrar bien el año. Tengo 24 jugadores. Todos, sin excepción, están muy enchufados. No se nota la ausencia de nadie ni la presencia de nadie, hay un nivel muy parecido. Somos una familia. Lamento alguna lesión grave o alguna molestia física, pero tenemos manera de solventarla de aquí al sábado".
Porque Aguirre los quiere frescos de mente para medirse al Madrid y huir del peligro del descenso: "Hoy les dejaré que lloren en el regazo de la familia o con el compañero y que se liberen y se tomen un par de cervezas. Mañana los quiero bien. Su día libre es el lunes y espero que estén a la altura contra el Real Madrid. La final de la Copa no está en nuestro proyecto. Se fue dando y nos encontramos con una final donde normalmente está Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid... No tengo nada que reprocharle a mis jugadores".
Por último, dejó el siguiente mensaje: "Tengo muchas batallas perdidas, más que ganadas. Mi familia estaba por ahí con mis tres hijas, mis tres nueras, mi mujer y mi nieta. La persona sufre por ellos. Yo estoy bien. Mañana me pondré a pensar en el Madrid y veré cómo puedo sobrevivir a ese partido. Hay que darle vuelta lo antes posible. No puedes lamentarte, porque la vida misma es así. No sé cuánto me queda en el fútbol profesional... Disfruté hoy, no hubo final feliz. Felicité al Txingurri y a algunos jugadores, pero ya estoy pensando en el Madrid. Aparte del agradecimiento, decir a la afición que vendimos cara la derrota. Puede ser un argumento bastante pobre, pero es real".