La Copa no es de los grandes: Real Madrid y Barcelona no llenan La Cartuja
Los asientos vacíos por todo el estadio sevillano contrastan con la final del pasado año que dejó fuera a miles de hinchas del Athletic.

La finalísima entre Real Madrid y Barcelona habrá sido seguida en medio mundo a través de la televisión, pero el Estadio de la Cartuja presentó numerosos asientos vacíos. La Copa del Rey, tan atractiva en ediciones anteriores, dejó esta vez un color naranja entre el blanco y el azulgrana. El clásico entre los dos grandes del fútbol español no llenó por completo el nuevo graderío sevillano, que en esta ocasión lucía su renovado escenario sin pistas de atletismo y con unas 70.000 localidades disponibles.
La diferencia con respecto al año pasado era evidente. Entonces, con más de 70.000 hinchas del Athletic por las calles de Sevilla, cualquiera entrada era un tesoro para los aficionados. De hecho, miles de hinchas del equipo vizcaíno se quedaron sin acceder a La Cartuja y tuvieron que seguir el histórico encuentro desde las pantallas que se habilitaron en la Fan Zone. Con una reventa que funcionó a pleno rendimiento, estar presente en el estadio era lo más codiciado por los aficionados.
En muchas ocasiones se apunta a que las entradas federativas, que se reparten entre multitud de entidades y patrocinadores, provocan esos vacíos en las zonas centrales del estadio. Eso también ocurre esta noche en La Cartuja, pero los huecos no sólo aparecieron en esas teóricas zonas oficiales, sino que los asientos libres aparecieron por todo el estadio. Desde el fondo madridista al azulgrana, ese anunciado lleno en La Cartuja no se produjo finalmente. Como si la Copa del Rey tuviera un color especial para todos aquellos equipos que no son Barcelona y Real Madrid.
Ambiente más relajado
Los días previos e incluso la misma jornada de este sábado ya avanzaban que esta edición copera no iba a tener el colorido de las anteriores. Si la llegada de los aficionados se ha retrasado en el tiempo -prácticamente hasta el viernes por la tarde casi no había señales de hinchas de Madrid o Barcelona- también el número ha sido inferior al de otros años. Menos colapso por las calles céntricas sevillanas y casi ni rastro de hinchas en extramuros.
Eso sí, salvo algún incidente aislado, el buen ambiente reinó en la capital hispalense durante todo el día. Con aficionados felicitando a una novia que se dirigía a la Catedral de Sevilla para contraer matrimonio, en una de esas anécdotas simpáticas del día, o con hinchas de Madrid y Barcelona mezclados en las terrazas sevillanas que se llenaron de clientes para aprovechar ese día primaveral con el que se acogió la Copa. Una edición muy seguida en el mundo pero con menos presencia in situ. Las cosas de este fútbol global, en el que La Cartuja no pudo cumplir el primer llenazo tras su remodelación.