Lo que se van a encontrar Athletic y Atlético en San Mamés: "Eres como un gladiador a punto de salir al Coliseo, es imposible que no te afecte"
El santuario rojiblanco, clave en la eliminación en cuartos ante el FC Barcelona, lucirá sus mejores galas para crear un ambiente infernal.

Bilbao ya vela armas. San Mamés, también. El feudo rojiblanco será este jueves (21:30 horas) el escenario en el que se dispute una nueva batalla, la enésima entre el Athletic Club y el Atlético de Madrid, con un solo objetivo: conseguir el billete a una nueva final de Copa del Rey. El Athletic lo tiene en su mano después del triunfo conseguido por la mínima en el Metropolitano, pero nadie en la capital vizcaína se fía. A favor del equipo entrenado por Ernesto Valverde, el resultado de la ida, sin olvidar, claro está, el factor campo. Y ahí San Mamés rugirá más que nunca. El santuario rojiblanco lucirá sus mejores galas para intentar llevar en volandas a los suyos a una nueva final de su competición fetiche. Porque eso es la Copa para el Athletic Club. El romance que vive el equipo vasco con esta competición es difícil de explicar, ya que, independientemente de cómo evolucione la temporada, siempre es un equipo a tener en cuenta entre los candidatos. Ha sido finalista en 39 ocasiones y es el segundo club más laureado con 23 títulos, solo superado por el FC Barcelona, equipo, precisamente, al que dejó en la cuneta en unos cuartos de final para el recuerdo, con San Mamés convertido en una caldera.
Hoy volverá a ser una olla a presión. También lo serán los aledaños de La Catedral, que se convertirán en un hervidero en las horas previas al duelo ante el Atlético de Madrid. Se espera, como sucediera frente al equipo culé, un recibimiento multitudinario. Ahí se empieza a ganar la eliminatoria y, por ende, a calentar el ambiente, tal y como reconoce Iker Muniain a Relevo. "Es una sensación única, que es difícil de explicar con palabras. Que miles de personas salgan a la calle a animar al autobús demuestra una vez más la grandeza de esta afición. Te pone los pelos de punta", asegura el capitán del Athletic, emocionado cuando recuerda los multitudinarios recibimientos con los que les agasajan sus más enfervorizados seguidores: "Obviamente, vas concentrado en el partido, pero es imposible que no te afecte y te motive el ambiente. Bengalas, miles de personas gritando… Me gustaría que lo pudieseis vivir para que supieras qué se siente. Estos recibimientos demuestran una vez más lo grande que es la afición del Athletic", enfatiza el futbolista navarro, para quien uno de los momentos más especiales antes de afrontar un partido llega cuando el equipo está a punto de entrar en el campo: "Ya empiezas a escuchar el ambiente de la grada, ves a los jugadores rivales… Eres como un gladiador a punto de salir al Coliseo. Te olvidas de todo lo ajeno al fútbol y pones el foco en el partido, porque ya llega el momento de la verdad".
"La Catedral estas noches tiene esa magia de los grandes partidos que tienen muy pocos estadios en el mundo, y cuando sales del túnel de vestuarios inmediatamente sientes ese aura"
Capitán del Athletic ClubMuniain se pone en posición, levanta la mirada, ve la grada de San Mamés y se muestra orgulloso. "Ya son muchos años, pero cada día es como el primero. La Catedral estas noches tiene esa magia de los grandes partidos que tienen muy pocos estadios en el mundo, y cuando sales del túnel de vestuarios inmediatamente sientes ese aura", trata de explicar el capitán del equipo rojiblanco, que también siente "la responsabilidad" de corresponder con sudor en el campo a las 50.000 personas que se están dejando el alma en su asiento. "Tanto afición como equipo estamos siempre en la misma sintonía para intentar conseguir cosas bonitas con esta camiseta. Disfrutemos cada momento", pide para una noche del especial como la de hoy.
Ese "aura" del que habla Iker Muniain se empieza a generar incluso desde varios días antes al partido en sí, con las conversaciones que tienen lugar entre las cuadrillas de los 'athletikzales', recordando viejas historias que les hacen entrar en ebullición. "Hemos crecido con las historias de nuestros 'aitites' de cuando iban a la final, de la gente que empeñaba los colchones, iban a Madrid a la final y luego, a la vuelta, cuando cobraban, los recuperaban. Eran capaces de dormir en el suelo si hacía falta. Esas historias son con las que nosotros hemos crecido", asegura Ricardo Rodríguez Barañano, socio desde 1995, aunque un asiduo a San Mamés desde 1989. "Para el Athletic la Copa es una competición especial. Piru Gainza siempre se lo decía a Franco: 'Hasta el año que viene' porque llegaban prácticamente todos los años", valora este aficionado del Athletic Club que, como no podía ser de otra manera, hoy ocupará su lugar en la grada de San Mamés.
"El ambiente que se genera es para intentar apoyar al equipo en todo lo que se pueda y para intentar acogotar al contrario. Tienes esa sensación de que puedes influir en el partido, de que somos ese jugador número 12 y la hinchada del Athletic Club ahí nunca pierde". En este sentido, "somos una hinchada de la que podemos presumir", argumenta. "La ilusión que se genera es un poco por intentar apoyar al máximo al equipo e intentar influir en ese estado de ánimo, en el rival, en el árbitro, en tus propios jugadores de 'Venga, vamos a por ellos' y conseguir el objetivo", asegura.
"El ambiente que se genera es para intentar apoyar al equipo. Tienes esa sensación de que puedes influir en el partido, de que somos ese jugador número 12 y la hinchada del Athletic Club ahí nunca pierde"
Socio del Athletic Club desde 1995Ruido de txalaparta, sonido de un cuerno, juego de luces y el himno
Es consciente de que se genera un ambiente "muy especial". Y para muestra un botón. "Tengo una amigo que suele traer a extranjeros a San Mamés, gente que les gusta el fútbol. Y todos coinciden en señalar que se crea una atmósfera especial. Creo, eso sí, que no es muy diferente a lo que se pueda generar en otros campos: intentar apoyar a tu equipo a muerte e intentar influir con tu aliento", en referencia a las palabras que siempre decía a los jugadores una institución del Athletic Club como es Delgado Meco: "Tenemos que notar el aliento de San Mamés", les espetaba. Ricardo entiende que son los aficionados "los encargados" de que esto sea así: "Que los jugadores vean que la afición está detrás, que les vamos a apoyar a muerte. Nosotros sentimos al Athletic como si fuera de la familia. Y si hay algo bueno, queremos estar y disfrutarlo, y si hay algo malo, queremos estar y acompañar al equipo. Esto es así", confirma.
Salta el equipo al campo y empieza el ritual: sonido de txalaparta (instrumento de percusión tradicional del País Vasco), hacen sonar el cuerno, llega el juego de luces, la gente se activa y suena el himno, "el canto de guerra del Athletic". "Hay que cantar el himno a tope para que tus jugadores vean que estamos ahí y para que el contrario vea lo que se le viene encima y lo que va a tener que aguantar. Es un momento que me gusta mucho, el tema de que cuando sale el Athletic se ponen las bufandas, las banderas. Es un momento que me encanta para intentar influir. Se te pone la piel de gallina".
"Hay que cantar el himno a tope para que tus jugadores vean que estamos ahí y para que el contrario vea lo que se le viene encima y lo que va a tener que aguantar"
Socio del Athletic desde 1995"Hay que estar ahí dentro para sentir eso. Es algo que no se puede explicar con palabras. Es una satisfacción enorme y los jugadores lo sienten, desde luego que lo sienten. Lo de hoy va a ser digno de ver", advierte Moisés San Pelayo, secretario de la peña Athletic del Casco Viejo de Bilbao. Con 42 años de socio, Moisés, a sus 72 años, disfruta "como el que más" de lo que acontece en San Mamés cada vez que salta el equipo de sus amores al verde.

"Nosotros ya somos mayores y no participamos, pero nos gusta verlo. Bueno, en lo que sí tomamos parte es cuando sale el equipo y suena el himno. El socio del Athletic lo canta desde que es niño, se lo sabe de memoria", puntualiza este seguidor, que también disfrutó, y mucho, de las hazañas en el viejo San Mamés. No olvida, por ejemplo, lo acontecido aquel 4 de marzo de 2009, cuando el santuario rojiblanco vivió una de las noches más mágicas de la época moderna. La preferida de toda una generación. Los adolescentes de entonces, treintañeros hoy, soñaban con ver a los suyos en una final de la Copa del Rey por primera vez. Los más veteranos, con revivir los éxitos de los años 80. Para conseguirlo tenían que remontar un 2-1 ante el histórico Sevilla de Palop, Kanouté, Luis Fabiano, Diego Capel o Renato. Y sucedió la tormenta perfecta. Un 3-0 en la vieja Catedral, que se vino abajo. "Era otro ambiente. Comparado con éste, no tiene absolutamente nada que ver. ¿Con cuál me quedo? La historia es la historia, pero la animación de ahora es una maravilla de cara a los jugadores. Es mucho mejor", certifica San Pelayo.