El día que Osasuna confió ciegamente en Jagoba: "Personas como él nos hacen grandes"

En estos tiempos, ser entrenador es profesión de riesgo. Esta misma semana se han confirmado los despidos de Pacheta y Diego Martínez, llegando a los once esta temporada en Primera División. Un contraste enorme en relación a lo sucedido en diciembre de 2020 y enero de 2021. Osasuna navegaba en una crisis deportiva de aúpa. El objetivo era la permanencia, pero los resultados de años anteriores difuminaban la meta y marcaban aún retos de mayor calibre. Entonces, para muchos, la 19ª posición en ese momento era insuficiente para garantizar la permanencia de un Jagoba Arrasate que acababa de cumplir 100 partidos al mando. Ahora, ha quedado demostrado que la apuesta de los mandatarios estaba justificada. El equipo se encuentra en la parte alta de la tabla en LaLiga Santander y ha logrado el pase a la final de Copa del Rey.

Por aquel entonces, la posición no era el único síntoma de crisis. Osasuna sumaba tres victorias en 18 jornadas, enlazaba 11 partidos consecutivos sin ganar, incluyendo cuatro derrotas seguidas en esa franja... No lograba un triunfo desde la séptima cita. Pero Luis Sabalza y, posteriormente, Braulio Vázquez lo tenían muy claro: Jagoba era su capitán e irían hasta el final con él.

"Braulio y Cata continuarán como ya sabéis vinculados a Osasuna hasta el 30 de junio de 2022. Y hasta esa misma fecha seguirá con nosotros Jagoba Arrasate al frente del equipo si él quiere. No es momento de tener ninguna duda, sino de dar estabilidad al proyecto y tener plena confianza en las personas que nos han traído hasta aquí. Lo que hemos construido en todo este tiempo que llevamos juntos va más allá de los resultados, es una identidad, un estilo de juego, una forma de hacer las cosas. Somos una familia desde mi despacho hasta el terreno de juego", zanjó franco el presidente.

Y, por supuesto, la parte humana jugó un papel crucial en la continuidad de Arrasate. Sabalza pronunció una frase de difícil explicación racional, señal de los valores de un cuerpo técnico que también brilla en lo deportivo: "Más allá de los resultados que se produzcan en los próximos partidos, somos hoy la misma piña que celebró el ascenso. En mi responsabilidad como presidente, está mantenerme firme para que Jagoba y Braulio sientan en estos momentos el cariño, el calor y la cercanía que merecen por su trabajo y su categoría humana. Personas como ellos hacen grande a nuestro club en cualquier situación y cualquier categoría".

En aquel momento, no todos lo tenían tan claro. Era apostar por el capitán de un barco que parecía ir a la deriva. Braulio Vázquez, director deportivo, continuó en la misma línea que el presidente tres semanas después, en la presentación de Manu Sánchez: "Pensé que con la comparecencia del presi quedó claro, pero ahora pensamos lo mismo. El barco lo pilota el capitán que es Jagoba y el resto somos la tripulación. El barco llegará a puerto o no, pero con el mismo capitán. Si nos hundimos, nos hundimos todos. Y si no, pues llegaremos todos. Más claro... Confiamos en ellos a muerte, vamos todos juntos. Quedan 60 puntos, tenemos que convivir históricamente con lo que es Osasuna y su objetivo de salvar la categoría. Venimos de dos años de Disneyland e igual estamos sorprendidos por la situación de pelear por salvarse, que es su principal objetivo. Dije a principios de temporada que firmaba con sangre ser el 17º y lo sigo pensando".

El tiempo les ha dado la razón. Osasuna retomó el vuelo y acabó LaLiga en undécima posición, consiguiendo la salvación de forma holgada. En la 2021-22, continuó la misma brillante tendencia. El equipo cerró la permanencia prematuramente y acabó en décima posición. Un año más, Arrasate se está consagrando como uno de los técnicos de referencia en LaLiga Santander. Superado con creces el ecuador de la campaña, ha logrado que su Osasuna esté noveno en la clasificación, con ocho puntos de ventaja para con el descenso y, sobre todo, a solo dos puntos de la séptima plaza, que dará un puesto en Conference League si el propio equipo no es capaz de ganar la Copa.

La clasificación para la final no es más que otra gesta de un proyecto sólido, consolidado y que ha llevado un modesto presupuesto a vivir y disfrutar en la élite. Y todo comenzó aquel día. En el que todos discutían la continuidad del técnico y los que mandan fueron francos: si el barco se hundía, se hundiría con todos. Nada más lejos de la realidad, el transatlántico siguió a flote y ahora se cita con la historia. Fue el día en el que Osasuna confió ciegamente en Jagoba Arrasate.