Pandiani y cómo enchufaba a Osasuna: "Metía cuatro voces con Ricardo y éramos unas máquinas"
El uruguayo, exjugador de Osasuna, atiende a Relevo horas antes de la final de la Copa del Rey, competición que ganó en tres ocasiones.

Walter Pandiani (Montevideo, 27/04/1976) jugó 468 partidos en su carrera y marcó 135 tantos. En LaLiga, el uruguayo disputó 279 encuentros y marcó 83 goles, promediando uno cada 183 minutos. Pero si nos vamos a la Copa del Rey, su competición fetiche, vemos que jugó 23 veces, marcó 11 tantos y ganó nada más y nada menos que tres títulos.
La relación que tuvo con la competición copera fue histórica: "Sí, la gané con tres equipos diferentes. Deportivo, Mallorca y Espanyol. Para el Mallorca fue maravilloso, para el Deportivo lo mismo, en ese momento era un equipo que estaba creciendo. Con el Espanyol también eliminé al Depor, igual que jugando con el Mallorca. Para todos los clubes ganar es importante, pero para estos, más", cuenta el 'Rifle' a Relevo desde Uruguay, donde desarrolla su carrera como entrenador.
Pandiani jugó en muchos clubes españoles y en todos valoraron su entrega y carácter, además de sus goles. Uno de ellos es Osasuna, donde fue ídolo. El club afronta una nueva final de Copa del Rey hoy ante el Real Madrid y Pandiani le manda un mensaje a los jugadores del equipo de Arrasate.
¿Qué les diría a los jugadores de Osasuna antes de entrar a La Cartuja?
Principalmente que disfruten el momento, no es fácil llegar a una final de una competición, de ninguna. Quizá la Copa del Rey es la competición más corta que te lleva a jugar en Europa. De ganarla te puedes encontrar con un lugar en esa competición. Hay que disfrutar del camino, del proceso, de todo lo que va a aparecer antes y durante, el después se verá con el resultado. Tienen que disfrutar y de lo que no tengo dudas es que el club está identificado con Arrasate, es un equipo bien navarro, de mucho trabajo, de pelea y que está jugando bien al fútbol.
El rival es el Real Madrid, al que le metió siete goles en su carrera y le ganó una Copa del Rey con el Deportivo.
Son partidos especiales porque tienen muchísima más repercusión. En la semana se ve, hay periodistas todos los días, se triplican, la gente lo vive de otra manera. Sabes que son encuentros más complicados que cualquier otro, que capaz que al que no le tienes que ganar es al Madrid y sí ganarle al Getafe, Espanyol, Valladolid. Y a veces le ganas al Madrid y pierdes con el Valladolid y te vas a la cueva. Hay ocasiones en las que pensamos: "Todos los partidos los tenemos que jugar con la intensidad y concentración que jugamos contra el Real Madrid". ¿Por qué somos así? Si jugamos con esta intensidad quizá le metemos cuatro al Getafe. Pero es parte de la motivación, sabes que si bajas la intensidad con el Madrid, te clavan como un zapato, por eso hay que estar más concentrado, el partido te lleva a esa concentración.
"Cuando jugábamos contra el Real Madrid, los periodistas se triplicaban en la semana"
Exjugador de OsasunaPero volvamos al presente. ¿Qué tal le trata la vida?
Bien, la verdad que bien. Estoy muy contento con este nuevo proyecto acá en Albion. Volví a Uruguay en julio de 2021, a Club Atlético Cerro, un histórico (Pandiani se encontraba entrenando en Emiratos Árabes Unidos en ese momento) y mi idea era volver a Uruguay para mostrar mi trabajo y estar en algún momento en Peñarol. Por eso era bueno volver al país y empezar mi carrera como entrenador acá, ya que como jugador ya era muy conocido. Pero mi etapa de futbolista ya no cuenta, cuenta la de entrenador.
¿Qué tal le fue esa primera experiencia?
Muy bien, estuvimos a punto de ascender, yo agarré a Cerro en descenso, último en la tabla. Dimos un vuelco radical y llegamos al playoff de ascenso, pero perdimos la clasificación por golaverage y el año siguiente seguimos, a pesar de las propuestas de volver a España como entrenador. Estuve hablando con el Sporting, con el Córdoba, con el Deportivo de la Coruña, pero quería quedarme en Uruguay, aunque el año pasado fue complicado por las dificultades económicas y de infraestructuras, por eso dejamos el club.
¿Ahora en Albion qué tal le va?
Este año estoy feliz por el lugar en el que estoy trabajando, con herramientas, infraestructuras, calidad humana de trabajo y gente muy profesional. Estamos armando un equipo nuevo, con muchas caras nuevas y en breve arranca el campeonato uruguayo. Ya el primer torneo lo terminamos a mitad de tabla pero ahora empieza lo mejor. El año pasado con Cerro pasó lo mismo, empezamos más o menos y después levantamos el nivel. Es fácil de dar la vuelta porque ganando dos partidos te metes arriba en la tabla, la diferencia entre equipos es muy corta, además el torneo es muy largo, con muchos puntos en juego.

¿Le costó dejar el fútbol? ¿Tenía claro que quería entrenar?
Evidentemente, a uno le gusta estar del otro lado, en la cancha. Yo pude jugar hasta los 40 años, jugué en Suiza hasta esa edad y tenía la posibilidad de seguir un año más después de salir campeón. Pero surgió la oportunidad de hacer el curso de entrenador y eso me llevó a retirarme, porque si no tenía que esperar dos años y yo no sabía si iba a jugar un año más o dos. Pero si era un año tenía que esperar otro para hacer el curso en la RFEF en Las Rozas, un curso intensivo concentrado allí. Yo desde los 33 años ya estaba del lado del entrenador, pensaba como entrenador, empecé a entender las cosas de otra manera. Y creo que también me sirve como entrenador ser líder, siempre fui líder en los vestuarios. A veces con brazalete y otras sin brazalete, siempre fui el que llevaba la bandera por delante. Hoy estar del otro lado tampoco me ha costado mucho debido a eso.
¿Ser líder se nace o se hace?
Se nace y después se fortalece con un montón de situaciones, yo no sé si se hace. El perfil de una persona es el perfil de una persona, se puede variar algunas cosas, mejorar, pero ser líder o sentirse y hacerse líder, no sé. Quizá lo puedas tener al lado en determinados momentos, puede ayudar a cambiar algunas virtudes que uno puede tener, es difícil saber si se puede hacer un líder.
¿Cuánto influye el lugar de nacimiento para ello?
Creo que tenemos (los sudamericanos) mentalidad ganadora, siempre queremos ganar, desde chicos nos enseñaron a ganar, no a formarnos. En el baby fútbol había que ganar, no te formaban, tenías que ganar, pero también conozco uruguayos que son de otro perfil, no como yo, hay diferentes, igual que argentinos, que son parecidos a mí en la forma de ver las cosas y otros que son todo lo contrario. Lo que sí somos es competitivos, queremos ganar siempre, nos importa muchísimo el resultado y el cómo se gana o cómo se pierde. La competitividad va por encima de todo en nuestro juego, uno intenta transmitir eso, que lo principal es la lucha, la constancia, la perseverancia, la profesionalidad, el respeto al compañero, juegues o no juegues, transmitir eso al compañero.
"A nosotros desde pequeños nos enseñaron a ganar, no a formarnos"
Entrenador de Albion Football Club¿Transmite eso como entrenador?
Intento ser justo, en la medida de lo que se puede. Yo dejé a un jugador fuera y lo llamé por teléfono para decirle que lo dejaba fuera de la convocatoria y que no era justo en dejarlo fuera. Pero con el rival que teníamos, lo que necesitábamos en el banquillo nosotros no era el perfil del jugador. Y era un jugador que había tenido poca continuidad pero había trabajado muy bien dos semanas y tuve que hablar con él para decirle que no lo iba a convocar y no estaba siendo justo. Conmigo fueron muy injustos en mi carrera y uno intenta hacer las cosas de la mejor manera posible y que tus jugadores se sientan bien.
¿Cómo era el Pandiani jugador en los entrenamientos?
Yo he tenido buenos momentos y malos momentos, pero lo que yo no dejaba de pelear era en el trabajo. Me he ido a casa el 99% de las veces contento, porque a veces no tienes ganas de entrenar o tienes un mal día por ciertas situaciones. El 99% de mi carrera fue de profesionalidad, de respeto a mis compañeros, de lucha, de trabajo, de dejar todo en el campo e irme a mi casa pensando que hice todo lo que estaba al alcance para lo mejor en mi equipo. En ese sentido estoy sumamente agradecido y creo que los clubes me tienen bien visto porque he dejado todo y en los partidos también.
La mayor cantidad de partidos los jugó en el Deportivo. ¿Cómo ve la situación actual del club? ¿Lo llamaron alguna vez?
Estuve hablando con el Deportivo, fui uno de los posibles entrenadores hace dos años. Yo soy hincha del Deportivo, a mí me encanta, me fascina el club, la ciudad, fue la que me abrió las puertas para jugar en el fútbol europeo, un cariño tremendo me tiene la gente y yo a ellos, mi hijo pequeño es gallego, nació ahí. Ver la situación esta no nos gusta, me encanta ver a los aficionados aunque están en Primera RFEF, ilusionados porque creen que van a ser campeones de Liga de vuelta.

Creo que merece mucho respeto esa gente, que llena el estadio cada fin de semana, 25.000 personas en Primera RFEF, incluso más que algunos equipos de Primera y Segunda. La gente está volcada al cien por cien con el equipo intentando desde la parcela que a ellos les toca, intentando ganar partidos con el empuje desde la tribuna. Es una categoría difícil, muy competitiva, que se define por detalles y no por el nivel del equipo que puedas tener. A veces hay que ser mejor en los detalles, es un equipo de los que mejor juega pero hay que ser competitivo.
Osasuna fue otro lugar con el que se le identifica mucho. ¿Extraña El Sadar? ¿Es el mejor campo para un '9 peleador' como era usted?
Por la afición, no solo el estadio. Caliente, de sangre caliente, que lo vive muy intensamente. El aficionado navarro es una cosa de locos, es lo que más se asemeja al fútbol sudamericano. Es divino, el estadio espectacular, coreando mi nombre todos los partidos con la entrega que uno da, haciendo goles importantes para salvar al equipo del descenso. Ahí había que liderar el vestuario muchas veces, nosotros teníamos a Puñal, a Cruchaga, que no eran tanto de armar una reunión. Entonces yo decía: "Vamos a hablar, tenemos que hablar". Estábamos Ricardo y yo. Le decía: "Vamos Ricky, vamos a hacer una reunión acá, esto no puede ser, llevamos tres partidos sin ganar, llegamos al cuarto y nos metemos en la cueva, vamos a agarrar a estos y empezamos a hablar". Yo empezaba y después Ricardo. Metíamos cuatro voces que salíamos a entrenar y éramos unas máquinas después.
Sus disputas con Cristiano o Mourinho marcaron varios momentos de su carrera. ¿Crees que le dejó marcado o le perjudicó?
No, para nada, lo que en aquel momento pasó todo el mundo lo pensaba de la misma manera. Mucha arrogancia, pensando en el uno y hablando mal del otro. Yo creo que entre colegas nos tenemos que tratar bien siempre y yo creo que acá hubo algo que para mi entender no era lo correcto. Tuvimos un cruce de palabras, después Mourinho saltó en el medio, que yo quería publicidad gratuita. Yo llevaba once años jugando en España, pero no me perjudicó, al contrario.

¿Le faltó algo en el mundo del fútbol?
Creo que dentro del fútbol, nada. Cumplí con las expectativas y los objetivos que se fueron marcando. Lo único, lo de la selección uruguaya, haber tenido más posibilidades, más oportunidades. Creo que tuve pocas a pesar del gran nivel en el fútbol europeo. Tuve pocas y no las aproveché. Eligieron a otros y me quedó ese sabor amargo dado que yo estaba a gran nivel en Europa.
¿Le explicaron por qué?
No, ni tampoco pregunté por qué me habían convocado cuando me convocaron. Eligieron a otros compañeros que creían que estaban mejor, no quiero pensar más allá de eso.
Tuvo relación con el entrenador campeón del mundo, Lionel Scaloni.
Fuimos cinco años compañeros de habitación, nos conocemos con los ojos cerrados. Hicimos el curso de entrenador juntos también. Era un tipo que lo tenía claro, de joven. Era de los que hablaba, muy jodón, abierto a todo, bromista, se ponía a hablar en todos los idiomas, en cualquier idioma él se ponía a hablar, se lo inventaba porque no hablaba ninguno. Hablaba inglés, italiano, árabe, portugués y con tres palabras de ese idioma te armaba una conversación y era un cague de risa. Gran tipo, seguimos en contacto y muy contento por cómo le está yendo.

¿Cuál es su objetivo como entrenador? ¿Y sueño?
Dirigir Peñarol, por supuesto. El resto, vendrá solo. Dirigir un equipo grande como es Peñarol te abre otro tipo de oportunidades. Quizá no haber dirigido los equipos que tuve posibilidad en Europa por mi inexperiencia, que a veces te juega una mala pasada, ya no es tanto. Entonces ya tendré más posibilidades de entrenar al Deportivo, a Osasuna, al Espanyol. Esos clubes en los que creo que soy muy querido, estuve muchos años y creo que tengo posibilidades de estar ahí.