FC BARCELONA - REAL MADRID
El papel desconocido del staff de Xavi Hernández en la llegada de Gerard Martín al Barça: "Jefe, el bueno es el lateral izquierdo"
El Cornellà fichó 'de rebote' al barcelonés. Todo apunta a que disputará su primer Clásico.
De los 22 futbolistas que mañana saltarán a La Cartuja para disputarse la Copa del Rey, el que menos posibilidades tenía de estar ahí, seguramente, era Gerard Martín, que apunta al once de Hansi Flick. En un fútbol en el que todo se comprime y avanza cada vez más rápido, el lateral barcelonés cumplió los 20 años jugando en la Primera Federación y fichó por el Barça Atlètic para reforzar la plantilla. La mentalidad profesional desde que era un niño —"no se permite ni un refresco", aseguran quienes le conocen— le ha llevado a disputar su primer Clásico.
Gerard es un perfil poco común en el mundo del fútbol. Parafraseando aquello que dijo Pep Guardiola sobre Andrés Iniesta, "no lleva pendientes, no se pinta el pelo, juega 20 minutos y no se queja...". Y, además, empezó la universidad. Cursó los dos primeros años de ADE, pero tuvo que dejarlo por la incompatibilidad con el fútbol. En verano se ganó la confianza de Flick. Estuvo en el momento adecuado, en el lugar correcto. Y además reforzó la banda de un Balde con el que se es cauto a nivel de cargas.
Esta temporada, Gerard ha jugado en el estadio del Borussia Dortmund o en el Metropolitano. En total, acumula 34 participaciones, un gol y tres asistencias. Esto ha llevado a su entorno, entre familiares y amigos, a emprender una expedición por carretera desde el viernes en dirección a Sevilla. En Barcelona se quedarán algunos amigos que verán la final juntos, como ya hicieron como con la de la Supercopa. Yeda aparte, será la primera final a la que viaje tanto Gerard como muchos de sus familiares.
En Montjuïc siempre está acompañado —como en la mayoría de desplazamientos—. Amigos y familiares se reparten las entradas que regala el club con los abonos que mantienen, enfrente de tribuna. Amigo, sobre todo, de compañeros que conoció el año pasado en el Barça Atlètic, es un "chico normal" —extraña circunstancia en el mundo del fútbol— que se sigue moviendo con los amigos de toda la vida. El día después de debutar con el primer equipo se juntó con ellos en el bar para comentarlo, como ha hecho siempre. Vive en la casa de Sant Andreu de la Barca donde ha crecido desde pequeño.
Su fichaje por el Cornellà, una 'casualidad'
La carrera de Gerard hasta la élite se entiende como la sucesión de pequeñas casualidades siempre sustentadas por una profesionalidad que ya lucía desde pequeño. Un buen ejemplo es cómo dio el salto del Sant Gabriel al Cornellà. Andrés Manzano, entonces director deportivo, fue a ver al Sangra a ver a su delantero centro, de quien tenía buenas referencias. Sin embargo, al llegar, unos buenos amigos le dieron un consejo.
En el lateral del campo estaban los futuros analistas de Xavi Hernández en el Al-Sadd y el Barcelona: David Prat, Toni Lobo y Sergio García. Todavía no habían dado el salto desde el Sant Gabriel. "Fíjate en el lateral izquierdo", le comentó uno de ellos a Manzano después de reconocer que venía a analizar al punta. Después de 90 minutos, Andrés decidió que lo incorporaría. El ascenso del lateral fue meteórico: una temporada en el Juvenil C y directo al Juvenil A, desde donde saltó al primer equipo y debutó, curiosamente, en el duelo de Copa del Rey ante el Barça de Koeman.
Si por algo ha destacado Gerard en el camino hacia la élite es por su posado tranquilo. Si bien durante los primeros partidos bajo el mando de Flick llegó a sentir algo de nervios, rápidamente se los sacudió. Ahora apenas parece inquietarse, con la mentalidad de un veterano, y afronta el Clásico con total normalidad. La temporada pasada, como jugador el Barça Atlètic, subía a Montjuïc como un aficionado más. Unos meses más tarde, viaja a Sevilla con la responsabilidad de regresar a Barcelona con el segundo título de la temporada.