FC BARCELONA - ATLÉTICO DE MADRID

Le pesó ser Luis Figo en el Barça, halló refugio en el Atlético y ahora Simao Sabrosa es el Butragueño del Benfica: "Se quedó a medias..."

El exjugador de Barcelona y Atlético de Madrid está ahora en el club portugués y excompañeros repasan su personalidad.

Deco, Simao y Bojan, recientemente, en el sorteo de la Champions. /ESPORTS RAC-1
Deco, Simao y Bojan, recientemente, en el sorteo de la Champions. ESPORTS RAC-1
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Los Barcelona-Atlético evocan a múltiples jugadores que han pasado por ambos clubes, a héroes de goleadas o de remontadas, de Pantic a Pizzi, pasando por ese Luis Aragonés que les une o por los últimos que han cogido el puente aéreo como Memphis, Luis Suárez, Griezmann o Villa. Y también la historia rescata a Simao Sabrosa, que llegó "demasiado joven al Barcelona" y fue engullido por el aura de Luis Figo para después destacar en el Atlético embrión del que heredó Diego Simeone. Hoy se ven frente a frente con Simao muy pendiente del encuentro. El próximo miércoles, en el estadio Da Luz, su Benfica -él es el portavoz del área institucional- se juega ante el Barcelona el pase a los cuartos de final de la Champions. Nada más y nada menos.

Antes de bucear en su carrera, el actual Simao es el "Butragueño" del Benfica, cargo al que llegó hace tres temporadas. Él se encarga de representar a la entidad en los sorteos, en hablar en actos y en hacer de embajador... Una habilidad comunicativa que ya demostró una vez que colgó las botas, porque Simao se convirtió en uno de los personajes más populares de la televisión portuguesa. "Fue comentarista de fútbol y además tenía un programa de entrevistas en el que recorría todo el mundo en busca de los grandes futbolistas. Viajaba mucho a España, y recuerdo una que le hizo a Iniesta. Pero cuando Rui Costa ganó las elecciones del Benfica, se lo trajo". Ya como jugador, en su última etapa vivida en el Espanyol con 34 años, le recuerdan predestinado a un cargo así: "Se le notaba que era una persona muy elegante, pulcro, bien vestido. Con estilo, talante y tenía educación. El futbolista en general quizás no tiene muchos estudios, pero a él se le veía con capacidades. Y tenía don de gentes, con cierta política", analiza Jaume Bartrés, que coincidió con él como preparador físico en el Espanyol.

"Es una cara muy conocida pero existe una cierta paradoja en él", explican desde Lisboa. "Tiene muy buenas capacidades comunicativas. De hecho, hace 20 años, Simao sacó un documental del título de Liga que ganó Benfica, y eso no era muy frecuente en aquella época. Pero a la vez tiene una imagen algo alejada de la gente", añade y explica algunos capítulos más desconocidos en España. "En ocasiones tuvo una imagen medio conflictiva, como la de un personaje que no va de cara. Estuvo muy marcado al ser canterano de Sporting y capitán del Benfica. Cuando es nombrado capitán hubo una gran polémica, creo que fue la temporada 2002-03. Hubo una votación y el antiguo capitán le acusó de ir por la espalda", recuerdan en una etapa en la que el futbolista apenas tenía 23 años.

En los últimos compases de su carrera, Simao ya empezó a invertir en viviendas tanto en Portugal como en España y toda esa personalidad comunicativa la canalizó para ganarse los vestuarios en los que estaba y ser un líder. "Era una voz autorizada. No era estridente, no daba gritos, siempre tenía una opinión necesaria. Era un tío que analizaba muy bien las cosas. Sabía que decirte y sumar", rememora Víctor Sánchez, compañero en el Espanyol como Kiko Casilla: "Era muy respetado por la carrera que tenía. Al comienzo da respeto, pero luego como compañero era un diez, ayudó como veterano a gente joven; era una época complicada, echaron a Pochettino... Y él supo ponerse el equipo a la espalda y tiró del carro".

La poca empatía de Van Gaal y una verdad: «Llegué muy joven...»

Para situar al Simao que aterrizó en España hay que viajar con la máquina del tiempo al Barcelona que vivió la travesía post-cruyffista y el ocaso de Josep Lluís Núñez. Un trayecto hasta 1999 donde acudir a la sala de prensa de la entidad, contado por los periodistas que habitaban el Camp Nou, era algo parecido a salir escaldado, ya sea por el mal humor de Louis Van Gaal o por las ocurrencias de Núñez. Y, en ese caldo de cultivo, Simao fue presentado en un Barça que venía de ganar una Liga que tenía en Luis Figo y Rivaldo sus referencias ofensivas. Y el Barça, para dar un golpe en la mesa, fichó por 2.300 millones de pesetas (13,8 millones de euros) a este talento de 19 años del Sporting de Portugal.

Se anticiparon al Inter de Milán y completaron la transacción más elevada en Portugal, e incluso el propio club de la capital se quejó públicamente del poder que tenía la liga española. "Sólo la región de Catalunya genera un producto interior bruto superior al de todo Portugal, de la misma forma que el presupuesto anual del Barcelona supera al de todos los equipos portugueses de Primera", escribió el club en un comunicado. Eran épocas sin límites salariales ni restricciones. Y Simao pasó a cobrar 1,8 millones al año.

"Me siento feliz, espero demostrar lo que valgo y deseo otra cosa: tener la misma suerte que Luis Figo", explicó el extremo portugués en su presentación, en la que un Van Gaal poco empático dejó claro que "es joven y, como Zenden, tiene que aprender". Y lo cierto es que al jugador se le quedó grande el Barça. Tiempo después, en sus entrevistas recordando esa etapa, exteriorizaba lo que pensaba cuando se entrenaba en aquel equipo: "¿Dónde voy a jugar? Por un lado, Figo, por el otro Rivaldo, tenía que esperar a que fuesen sancionados o estuvieran cansados...".

"Decía que fue demasiado pronto al Barça... si hubiera llegado a un club puente habría hecho historia"

Jaume Bartrés Preparador físico

Años después, cuando jugó en el Espanyol de 2012 a 2014, se sinceró entre otros con Jaume Bartrés, ahora en Arabia, quien recuerda aquellas conversaciones y las comparte con Relevo. "Clarísimamente, decía que fue demasiado pronto al Barça, que era demasiado joven, que aquello fue... No estaba protegido. A los más jóvenes los tenías que cuidar. Yo aquí he visto a jóvenes como Coutinho, que era tímido, o Lucas Vázquez. Simao dice que llegó pronto, si hubiera llegado a un club puente primero y luego a uno grande, habría hecho historia".

El ejemplo de Quaresma y la cabeza de cochinillo en el Camp Nou

Pedro Baratta es periodista portugués en Expresso y conocedor como pocos de lo que ocurre en Lisboa. Y también valora esa etapa de Simao en Barcelona. "Aquí en Portugal comparamos a Simao con Quaresma cuando también fue al Barça. Llegan jóvenes, les cae el peso de ser Figo y no sale bien. El recuerdo es de alguien que tuvo la oportunidad y no ha podido o no ha sabido aprovecharla", cuenta a Relevo. Los números no engañan: el primer curso jugó 14 partidos de titular con un gol mientras que el segundo, ya sin Figo, fue titular en 31 con tres tantos. No pudo hacer olvidar a un jugador que había sido santo y seña del Barça.

Uno de los partidos inolvidables para Simao fue el 2-0 al Real Madrid en la que fue la vuelta de Figo al Camp Nou. Un día en el que se lanzó de todo desde la grada, hasta una cabeza de cochinillo o una botella de JB, Puyol secó al portugués llamado toda la semana "judas" en la prensa catalana y el propio Simao fue el autor de uno de los goles. Los que jugaron con él recuerdan su golpeo de balón, de los mejores que han visto en su carrera. "Tenía un guante, mucha calidad. Las faltas, los córners, la ponía dónde quería...", explica Víctor Sánchez, a lo que asiente Kiko Casilla: "El golpeo era de los mejores que he visto. Ponía el balón al área y casi siempre estaba Stuani para rematar, nos dio mucho a balón parado". El propio Bartrés destaca que "recuerdo en el Barça cómo driblaba y centraba, pero luego ya no hacía eso, tenía la capacidad de no ir tanto al espacio pero de combinar, de ver el juego... Lo entendía todo".

«Poca gente repara en la importancia que tuvo en el Benfica»

Tras su marcha del Barça, Simao encontró cobijo en el Benfica. Era un club en caída libre que acumulaba casi una década sin ganar la liga: "Su parte del Benfica está ahora algo olvidada, poca gente tiene la conciencia de que fue capitán allí y no reparan en su importancia. Benfica pasaba por una crisis tras 11 años sin ser campeón. Era un club pobre en lo deportivo y en lo económico, pero él en 2005 se echa el equipo a la espalda y ganan el título. Hasta febrero él lo hacía todo, allí estaba preparado para un club grande, pero no se marchó y eso que tenía ofertas de Liverpool y Chelsea...", añade Baratta.

"Su parte del Benfica está olvidada... hasta febrero el equipo era él. Tenía ofertas de Liverpool y Chelsea"

Pedro Baratta Periodista de Expresso

Coincidencias del destino, el ocaso de Figo no coincidió en la selección con el auge de Simao porque en la Eurocopa de Portugal de 2004, en la que Grecia da la campanada en la final, surge un tal Cristiano Ronaldo que jugaba en el mismo lugar que él. "Él se quedó entre la generación de oro, los Figo, Rui Costa, Joao Pinto... y la de Cristiano que gana la Eurocopa en 2016. Se quedó a medias. Además, jugaba en la posición de Figo y Cristiano y eso lo pagó en la selección. Es ídolo máximo en Benfica. En la selección tuvo menos protagonismo, jugó partidos, marcó, pero en los grandes torneos tiene menos minutos...", finiquita.

Lideró un Atlético de entreguerras y fue el «primer jugador moderno»

Y, tras seis años en Lisboa, le llega la segunda oportunidad en España, en el Atlético de Madrid, un club que no estaba al nivel de ahora, donde ir a la Champions no era el pan de cada día ni tampoco pelear los títulos hasta el final. El club colchonero pagó algo menos de 25 millones de euros por él y en los cuatro años en los que estuvo jugó 168 encuentros y fue uno de los jugadores más queridos y con mejor rendimiento. El futbolista ganó una Europa League y una Supercopa de Europa, aunque vio pasar a cinco entrenadores en años convulsos y de cambios. "La sensación que tenemos es que fue un jugador muy respetado", añade Baratta. "No he defraudado a nadie. Me duele mucho salir de este club porque es el grupo en el que he tenido más amigos y me he encontrado como en casa", dijo el portugués el día de su despedida. Jugó 171 partidos y marcó 31 tantos.

Tras un paso por el Besiktas, Simao regresó a la Liga para vivir dos años en la parte final de su carrera en el Espanyol, donde explican algunas virtudes que explica el éxito de su carrera. "Fue el primer jugador que me enseñó cómo es ser profesional. Lo veías en el gimnasio y se lo curraba todo. Comía bien, estaba fino, era muy fuerte en el tren superior... Ya era un futbolista moderno y eso que tenía casi 35 años. Del estilo Carvajal. Simao es de los primeros que vi que trabajaba más con 35 que con 25", explica Víctor Sánchez. "Sufría de tobillos y no paraba de trabajar en el gimnasio y de hacer movilidad. Comía bien, y en aquellos años no era tan normal. Me recordaba a Messi, si está en la cima es por algo, porque hacía lo que tocaba cada mañana... Recuerdo una charla con otro jugador, que era diferente, y me decía que 'hay que estirar el chicle, aguantar un año más es mucho dinero'", añade Bartrés, que también pasó años después por el FC Barcelona.

Desde la distancia lo verá Simao, que seguramente simpatizará más con el club colchonero, donde vivió algunos de los mejores momentos de su carrera: "Recuerdo con mucho cariño esa etapa y echo de menos estar en el club. Fueron casi cuatro años fantásticos a todos los niveles: competir, ganar títulos, ganar partidos, con la afición… Con el sentimiento que tiene la gente y con lo que conseguimos en el campo, tengo que tener los mejores recuerdos posibles. Sin duda fue uno de los mejores recuerdos que tengo como profesional".