La RFEF reparte su 20% de entradas de la final de la Copa del Rey (13.000) entre invitaciones, pactos, premios y una fuerte venta territorial a 226 euros de media
Más que oscurantismo, que es la fama que le precede en este tema, tiene difícil especificar dónde van finalmente esos tickets y por qué no puede evitar los blancos del sector central que gestiona.

Ya está aquí una nueva final de la Copa del Rey (sábado, 22:00, en La 1, Movistar y TV3) y con ella la polémica de todas las temporadas: ¿por qué hay tantos blancos en la grada y todos se concentran casualmente en el sector central de la tribuna mientras en los fondos no cabe ni un alma? Muy fácil de explicar, aunque conviene hacerlo con detalle: básicamente, porque las entradas de esa parte del estadio en cuestión, La Cartuja desde 2020, salen del cupo que maneja la Real Federación Española de Fútbol y, a diferencia con las que distribuyen los clubes tras el reparto de la RFEF, Barcelona y Real Madrid en este ocasión, en gran medida no se conoce adónde van a parar finalmente y si son utilizadas como se desea o son despreciadas como siempre se teme. He ahí la cuestión real.
Lo normal en este tipo de partidos es que la Federación —como institución organizadora de la competición— y los clubes —como protagonistas del evento— se repartan el aforo en tres partes iguales (33,3%). Sin embargo, desde hace unos años sobre todo, en la Ciudad del Fútbol se tiene la sensibilidad de dar una cuota mayor de entradas a los participantes a costa de su porción de la tarta. Cuando Athletic o Real Sociedad, por ejemplo, están inmersas sus aficiones triplican las peticiones. Por eso, en esta nueva edición y con la expectación que se ha generado, Barcelona y Real Madrid se quedaron el 40% del total cada uno y la RFEF el 20% de un estadio remodelado: La Cartuja contará ya, tras eliminar la pista de atletismo, con 70.000 butacas (que en breve serán más) con vistas al Mundial 2030 en el que será sede, pero que para este partido aún estará claramente por debajo de esa cifra. Así, cada club ha contado con 26.031 entradas (52.062 entre ambos) y la Federación, en principio, 13.015 (que darían un total de 65.077), aunque nadie acaba de ofrecer una cifra exacta de cuál será el aforo definitivo y todas las referencias —incluidas las del dossier oficial de la final— hablan de 70.000 localidades.
En esa falta de concreción se origina desde siempre esa fama de oscurantismo que persigue a la RFEF con el tema de las entradas. Mientras el Barcelona y el Real Madrid han explicado con luces y taquígrafos cómo se lleva a cabo el reparto destinado a los aficionados, como otras veces hicieron otros clubes, en la Federación cuesta un mundo hacerlo y suele haber vaguedades. Puede que en parte sea para no desvelar ciertas prebendas pero, sobre todo, porque es difícil individualizar la ruta de cada uno de los tickets que maneja debido a que las casuísticas son múltiples al entrenar en juego patrocinadores y contratos con los operadores televisivos. Aun así, conviene explicar cómo se hace la distribución para evitar suspicacias, mejorar el entendimiento y dar respuesta a las preguntas que siempre sobrevuelan.
El Barcelona y el Real Madrid ponen buena parte de sus entradas a la venta, con prioridad para los socios, pero también se guarda un cupo para sus propios compromisos con patrocinadores, futbolistas, directivos, etc. La demanda suele superar a la oferta, aunque hay excepciones porque los viajes son caros y los alojamientos inasumibles, por lo que los clubes tienen sus propias y libres reglas para que el reparto sea lo más justo posible. Los precios han subido respecto al pasado. Si la temporada anterior oscilaban entre 40 y 220 euros, en esta final, con un Clásico por todo lo alto, irán de los 72 euros a los 270.
Los sorteos
El Barça, por ejemplo, exigió que para poder participar en su sorteo había que estar al corriente de pagos y contar con una antigüedad mínima de un año. Sin embargo, no da preferencia a los socios de Montjuïc. El club emitió un comunicado dando a conocer quiénes fueron los afortunados tras salir el número de corte (7.950). Se asignaron las entradas a las peticiones que iban desde el número 7.950 al 11.610 y del 1 al 4.770. En total se repartieron 8.430 entradas de esta manera, todas en Gol Sur, y el club llegó a denunciar numerosos problemas con la empresa Onebox, responsable de la plataforma de ticketing de la RFEF.
El Madrid, por su parte, recibió 12.298 solicitudes para este sorteo. Y las agraciadas fueron las que iban desde La número 2.992 hasta la 7.629. De las 26.031 entradas que le dio la Federación iba a dedicar en un principio el 80% (20.825) al área social: 19.057 para socios, 1.500 entradas para peñas, 68 para socios discapacitados y 200 para los 100 socios más antiguos. Todas en Gol Norte. Cuando algunas de estas entradas no son retiradas, se ponen a la venta para el resto de socios que no tuvieron suerte en el sorteo.

Una distribución diferente
Lo de la Federación es más complejo y en la casa nadie da cifras exactas, por lo que hay que intentar buscarlas por fuera. La gran parte de la venta, según ha podido saber Relevo, se hace a través de las 19 Territoriales con las que cuenta alrededor de toda la geografía española. La mayoría recibieron 200 entradas en un primer envío y después, en algunos casos, les entregaron otro paquete de 50. Y, además, por si fuera poco, el vicepresidente primero Sergio Merchán (presidente de la Extremeña) aseguró a los barones que si necesitaban más por algunos compromisos no tenían más que solicitarlo. De esta manera se llegará, más o menos, a la cifra de 300 por Territorial que se manejó en la temporada 2023-2024.
En total, entre todas las federaciones autonómicas la Federación ha distribuido 5.700 entradas con unos precios en estos casos que han oscilado entre los 206 y los 246 euros (226 de media). Además, cada una de ellas han recibido cinco entradas gratis (95 en total), con la particularidad de que las dos Territoriales con equipos en la final (Cataluña y Madrid) tiene más entradas a su disposición, al igual que el año pasado ese privilegio lo tuvieron País Vasco por el Athletic y Baleares por el Mallorca.
Lo primero que ha tenido en cuenta la Federación para maniobrar con su 20% son los escrupulosos contratos que tiene firmados. Según las fuentes internas consultadas, cada patrocinador institucional oficial tiene sus condiciones y exige por contrato una cuantía dependiendo de si los encuentros disputados son de la Selección o de la Copa del Rey: Halcón Viajes, TCL, Cervezas Victoria, La Roche Posay, Iberia, Iberdola (para el fútbol femenino). Lo mismo ocurre con el socio patrocinador (Silbö Telecom), así como con el sponsor técnico (Adidas) y los colaboradores oficiales (Seur, Renfe, Multiópticas, El Pulpo, APK Renting, Arcos Automoción, Eneryeti, Cebreiroá y Enrique Tomás). Cada pacto es un mundo y la RFEF siempre intenta tener contentos a sus socios. De esta misma manera, las televisiones con derechos (Right holders) tienen firmadas la entrega de un cupo de boletos para el disfrute de sus profesionales y compromisos, así como para realizar sorteos y promociones con ellas. TVE, Movistar y TV3 en España, son los que más entradas tienen en su mano, pero en el extranjero hay otros muchos operadores con derechos para distribuir la señal a 135 países.
A partir de ahí, y tras el pertinente reparto a las Territoriales, al ayuntamiento de Sevilla y a la Junta de Andalucía, Rafael Louzán ha querido premiar a los empleados de la Federación. A cada uno de ellos (y son unos 600 entre trabajadores, técnicos y árbitros) la institución les ha dado dos invitaciones y, además, les ofrece la oportunidad de poder adquirir más al mismo precio que cualquier otro aficionado teniendo en cuenta que, a diferencia de otras competiciones, no hay un canal de venta oficial y que se prioriza la venta digital (descarga con QR) para que los reventas tengan muchas más dificultades de maniobrar.
El presidente, desde tiempos de Villar, también se guarda un porcentaje para su uso individual y para tener detalles con sus compromisos más allegados. De esa misma manera, los miembros del Gabinete de Presidencia cuentan con un buen número de tickets para distribuir, así como los miembros de la Junta Directiva (31 miembros, con un 50% de mujeres en la nueva configuración). Rubiales disponía de unas 250. Ahora ese número se ha elevado. De lo que cada vez hay menos es de entradas gratuitas. Una amplia mayoría pasa por caja a diferencia de antaño donde había más regalos que recaudación. El presupuesto actual, siendo alto con 379,6 millones de euros, no llega a los 400 a los que llegó a dispararlo Luis Rubiales y por eso hay actualmente una clara directriz, no sólo en este caso anecdótico, de recuperar el pulso cuanto antes.
En ese ejercicio de mimar a todos, la RFEF también tiene un particular detalle con LaLiga, los sindicatos (AFE, Futbolistas ON y FUFPRO), así con el Consejo Superior de Deportes (CSD) y otras instituciones que forman la pirámide del fútbol. Ya sea mediante invitaciones o con entradas de pago a las que tienen acceso y que cada uno paga de su bolsillo sin afectar a la caja colectiva. LaLiga, por ejemplo, ha habilitado un portal digital para que cada uno de los 42 clubes profesionales (20 de Primera y 22 de Segunda) puedan solicitar hasta tres invitaciones a su servicio, independientemente de que sus presidentes y algunos directivos sean invitados personalmente por pertenecer a alguna de las comisiones de la patronal o a algún órgano directivo. Lo que pueden estos clubes de élite es la compra. Javier Tebas, el presidente de LaLiga, no pagarán por su entrada ni hará uso de la invitación personal de Louzán. Una vez más, y pese a que la paz enterró las batallas, no acudirá a Sevilla independientemente de que, además, está en el extranjero estos días por trabajo.